Sohbet Sheij Tugrul Efendi 30-05-2016

Sohbet lunes 30.05.2016 – 23 Sha’bân 1437  

 

“Islam es una religión de amor”

As-Salamu alaykum

He llegado inshaallah

UNESCO ha declarado al 2016 como el Año de Ahmad al-Yasawī, quien fue, como ustedes saben, una persona muy importante.

El Pīr de Turkestán ha hecho una gran contribución para nuestra conversión (de los turcos) al Islam. Habrá unos programas a nivel estatal para conmemorarlo, así que iré a Turkestán. Puede que no llegue para realizar el primer tarāwīh, pero lo intentaré (lo hizo ☺).

Ahora estamos pasando la última noche de Viernes del mes de Sha’ban. El mes de nuestro Amado Maestro está llegando a su fin, y el mes de su ummah llega el domingo, después del Salāt al-Asr.

Esa noche se rezará el tarawīh — ese es otro tema — pero como saben, nuestro Amado Maestro ofrecería largas súplicas en la primer noche de cada mes lunar, y especialmente cuando era capaz de ver la luna creciente, rezaría mirando la luna nueva.

Hoy en día, el único tema por el cual nuestra sociedad necesita orar y que oren más, es vivir acorde a la noción de tawhid; carecemos tanto de esta cualidad.

Como si fuera goma de mascar en nuestras bocas, tendemos a repetir ciertos rezos formulistas, sin sentir nada: “Yā Rabbi (Oh Señor), perdona mis pecados… hazme esto… hazme lo otro… dame esto… dame lo otro…” Está bien hacer dichas súplicas, pero una de las definiciones de “irfān” — la cual tiene muchas definiciones — es “el conocimiento de cómo uno debe comportarse según lo necesario en cada situación dada.” Hoy, lo que se necesita en la situación actual es rezar por la remoción de todos los estados que no sean apropiados para ser un Muhammadan (Muhammedilik en Turco), más de lo que rezamos para el perdón de nuestros pecados personales; uno debería rezar para la remoción de estos terribles estados, pero no deberíamos hacer este rezo superficialmente; uno debe hacerlo lo más sinceramente posible, pero incluso esto no es suficiente, uno debe traducirlo en acción.

Hay todo tipo de comentarios acerca de Ramadán, particularmente bajo la influencia de “los vientos sociales democráticos”, como por ejemplo, decir, “Ramadán es el mes para compartir, es esto, es lo otro…” No. Esto es toda charla ociosa. Esto no es más que dar golpes al aire, en nombre del supuestamente entrañable Islam para cierta gente.

Un musulmán no es un social-demócrata, no es un liberal, no es un capitalista, no es un socialista, ni ninguna otra cosa. Ningún “ista” o “ismo” hecho por el hombre puede ser combinado ni remotamente con la gloriosa denominación de “Musulmán”. ¿Acaso el Islam / La Shari’a Muhammadan / La religión de Allah / Los Mensajes del Amado Profeta alayhi’s-salāt-u wa’s-salam, carecen de algo en absoluto que sentimos la necesidad de agregar un atributo más, un título más para reforzar el significado?

Para ser capaz de compartir algo, uno debe poseerlo. Proclamas conocer al Dueño de todo (Mālik al-Mulk), y luego tienes la audacia de decir “Comparto lo que poseo”. ¡¿Qué propiedad?! ¡¿Qué posesión?! Bueno, incluso tú, tu ser, no te pertenece, ¿¿Cómo podrían de manera alguna pertenecerte las cosas que están fuera de ti?? ¿Quién alguna vez ha podido llevarse consigo a la tumba sus títulos de propiedad… para ponerlos en el “bolsillo” de su mortaja… o llevarse su libreta de ahorros? Uno debería estar “dando” en lugar de “compartiendo”. Esto no es compartir, es dar. Ni siquiera estoy hablando sobre las limosnas, que son el derecho del pobre sobre el rico. Aquellos que creen: “Bueno, yo hice todo este dinero…” o “lo heredé de mi padre…” ¿¿Cómo puede alguien reclamar una porción de ello como su derecho?? — o más precisamente… aquellos que no son capaces de pensar, están negando un derecho que Allah ha establecido y ordenado su cumplimiento, pero no son conscientes de esto. Allah dice que el pobre tiene tal derecho, y eso es todo. Por lo tanto, uno debe estar agradecido con aquel que ha recibido las limosnas de uno, pensando, “Tú me has ayudado a pagar esta deuda que debo, fuiste tan gentil de aceptarla de mí.” Pero no lo hacemos así. Bueno, mucha gente que es lo suficientemente rica no paga su zakah en absoluto; lo que estoy intentando decir es… “Inviten a los pobres a sus mesas, alimenten a los pobres, etc, etc…” Mis amados hermanos; hay tantas fundaciones en el mundo, y como ustedes saben, una de las más acaudaladas entre ellas es la Fundación Rockefeller; tiene billones de dólares a su disposición. Ayudan a mucha gente, es cierto. Pero como musulmán, ¿cuál es mi diferencia con la Fundación Rockefeller? Cuando fallamos en probar esta diferencia, no podemos ir a ningún lugar con slogans vacíos como “Ramadán es un mes para compartir.”

Solía estar de moda en el pasado decir, “Uno debería ayunar para tener mejor salud” pero, como fue continuamente contrarrestado con el hecho de que ningún rito o adoración debe ser hecha por razones secundarias o terciarias, ya no se propaga con tanta frecuencia.  ¡No adoramos para tener mejor salud, mansiones y palacios en el paraíso, o para deleitarnos con houris o ghilmāns[1]! Es hecho únicamente por Allah. Cuando hacemos la intención para nuestro salāt, el ayuno, u otros ritos de adoración, decimos “Tengo la intención de hacer tal y tal en nombre de Allah”. Aquellos más cercanos a Allah no dicen eso: dicen, “por Allah”. Entienden la diferencia entre los dos, ¿cierto?

El sacrificar un animal aún lo presenta cierta gente como “el festival de la carne”. Si ese fuese el caso, Allah hubiese ordenado, “Compren carne del carnicero y dénsela a los pobres.” Pero no es lo que Él dijo. “Fa salli li Rabbika wa’nhar” (“Haz tu salāt y sacrifica por tu Señor”). Él lo dice precisamente: no para alimentar a los pobres, solo por Allah. Sacrificar un animal para el sacrificio y luego hacer uso de lo que tengas del animal son dos cosas distintas; no podemos utilizar la discreción para el cumplimiento de la segunda parte. La razón por la que estoy diciendo esto, es porque existe ese tipo de gente: sacrifican un animal, pero luego dicen, “¡No comeré de él!” ¿¿Por qué no lo harías?? “Ya soy capaz de costear y comprar carne todo el año, así que lo distribuiré todo entre los pobres.”

¡Ey tú! ¿Sabes más que el Mensajero de Allah? Así lo encomendó él, paz y bendiciones sean sobre él: Consumirás un tercio de él así como también aquellos por quienes eres responsable de proveer, darás un tercio de ello a tus amigos y parientes sin importar su situación económica, y el último tercio es para los pobres. Rasūlullah  así lo ordenó, y por encima de eso, nos atrevemos a agregar nuestras consideraciones personales y sin darnos cuenta que esto es absolutamente indecoroso hacia Rasūlullah. Bueno, recuerdan esa escena en el famoso film de Kemal Sunal y Şener Şen[2]: “No puedes defecar encima del…. del agha” Si ni siquiera puedes defecar encima del ya saben qué de un mero agha, ¿¿cómo es posible que cualquiera pudiese hacer un comentario personal sobre lo que dijo Rasūlullah?? Si uno comete esta indecencia, está condenado por el  āyah en la Sūrah de Hujūrāt: “fawqa sawti’n-Nabiyy.” (Corán, 49:2) Decir cosas por encima de lo que él ha dicho, hacer consideraciones por encima de sus consideraciones… ¿Acaso el Corán no es en última instancia las palabras que salieron de la bendita boca del Profeta? Allah no nos dijo…  Él le dijo a Su Mensajero, quien nos dijo a nosotros. Por lo tanto, nadie puede decir nada por encima de lo que él ya declaró. No nos dejemos engañar en el pensamiento de que Ramadán es realmente Ramadán a través de los slogans de un número de instituciones oficiales.  El Islam no es una religión de obligaciones, es una religión de amor. Siempre doy ese ejemplo, déjenme repetirlo e irme cuando mi cigarrillo termine, no tomaré mucho de su tiempo…

Supónganse que son padre de dos hijos. Uno de sus hijos ama las cerezas,  la favorita del otro es la ciruela (una  variedad de ciruela que es verde, dura, jugosa y amarga, que crece y se consume mayoritariamente en Turquía). Y de hecho, los niños deben consumir fruta, y es parte de su responsabilidad hacia ellos también proveerles fruta. Esta es una obligación para ustedes impuesta por Allah.

¿Pensarías, “Bueno, todas las frutas son en definitiva lo mismo, les llevaré frutillas mejor”… o dirías, “Mi hijo ama las ciruelas, mi hija ama las cerezas, entonces les llevaré a ambos sus favoritas”? ¿Hay una ley, una obligación pertinente respecto a esto? No. Esto no es una obligación. Su obligación es cuidar a sus hijos, pero ellos tienen su propio sentido del gusto, sus amados hijos tienen sus propias elecciones personales. ¿Actuar de esta manera nace de una obligación legal o es simplemente amor? ¿Entonces, cuál es superior? El Amor. Así es. Es así de simple. Y luego… algunas personas…  Bueno, no seré capaz de perdonarlo tan fácilmente…al mufti cuya respuesta oficial a nuestras peticiones respecto al salā del viernes por la noche fue que recitar la salā para nuestro Amado Profeta no era obligatorio. ¿Está la religión hecha de obligaciones? Yo quiero oír más y más acerca del nombre de nuestro Amado Maestro, sus cualidades, alabanzas; si pudiera, me encantaría entregar esos salās yo mismo, pero no puedo. No soy Rahmi o Murad (dos de nuestros prominentes hāfizes) pero al menos disfruto escuchándolos. El señor dice que no es una obligación… ¿Amar es una obligación?

Un hombre en los Balcanes, que estudio en al-Azhar, según escuché, hizo algunas exclamaciones indecentes acerca de algunos cánticos de alabanzas para el Profeta, recitar el Mawlid, etc, etc… Hermanos, no pueden convertirse en seres humanos decentes estudiando… ¿Cómo uno puede alcanzar la verdadera humanidad? ¿Respóndanme? Actuando sinceramente sobre lo que saben; no leyendo, ni estudiando; sólo por las acciones puedes convertirte en un ser humano real. El hombre dudó porque lo confrontó nuestro Sheikh Metin (İzeti) (de nuestro Kalkandelen [“Tetovo” en Macedonia] Zāwiya en Macedonia). El Sheikh Metin es un albano enojadizo — pero es sólo un poco enojadizo — de mal genio pero de buenos modales,  no como yo, que soy de mal genio y grosero. (El ikhwān dijo “¡ASTAGFIRULLAH!”) Él le preguntó a Metin “¿Cuál es la norma sobre recitar el Mawlid?” La respuesta de Metin fue tan hermosa, que le ardan las orejas: “Amo a mi madre. Dígame la norma para amar a mi madre, y luego le diré la norma para recitar el Mawlid.”  Por supuesto el hombre tambaleó y fue incapaz de responderle. ¿Hay un aleyah en el Sagrado Corán que nos ordene amar a nuestras madres? No. Pero hay un aleyah que dice: “No digas ‘¡uff!’ a tus padres.”

Está este aleyah, pero ningún otra aleyah en el Corán ordena a los creyentes que amen a sus padres, porque Allah no debe escribirlo abiertamente en el Corán debido a que esto ya es un kawnī (ontológico) āyah que Él ha concedido a Sus siervos. Pero el respeto por los propios padres no viene de forma natural. Dado que el Profeta Adam no tuvo padres, no heredamos ese respeto. El amor por los padres se manifiesta a través del respeto y la buena conducta hacia ellos. Allah, Todopoderoso, estableció los límites de cómo esta disciplina debería ser, dándonos una breve oración en el Corán: “Ni siquiera puedes decirle un “¡Uff!” a ellos” (Corán, 17:23) Eso es todo. Esto significa, decir eyvallah a todo lo que digan, en tanto que sus peticiones no vayan en contra de claros mandatos Coránicos (nass). Nunca deberían estar en conflicto con las órdenes de Allah.

Estas son cosas que no pueden explicarse a través de las leyes, las responsabilidades, y las obligaciones. Bueno, ¿qué institución tiene el Islam que sea inexplicable? Eso no es posible. Entonces, si no está explicado por ley, ¿cómo puede ser explicado? Se explica a través del amor. Por eso lo que es importante en Ramadán es priorizar el amor. Y a través de la manifestación de ese amor, lo que importa en última instancia es tener tawhid manifiesto en nuestras vidas. Todos los enfrentamientos, disputas, peleas, empujones, contiendas, guerras entre los musulmanes no les sientan en absoluto. Por otra parte, no es posible proclamar que todos aquellos envueltos en estas acciones sean musulmanes. “Bueno, los infieles nos están engañando…” ¡Despierten, abran sus ojos, no sean tontos, no sean engañados! ¿Por qué nadie podía engañar o embaucar a los Benditos Compañeros?

Por ejemplo, en Badr, Seyyidinā Abu Bakr fue confrontado por su hijo. En Khandak (o Ahzāb), también. Durante el combate individual (mubāraza) antes de que comenzara la batalla, Seyyidinā Abu Bakr sacó su espada, y mientras avanzaba a paso ligero, nuestro Amado Maestro con su otra bendita mano derecha[3] — todo esto está registrado en tan fino detalle — lo detuvo, diciendo algo como, “Tú  hazte a un lado Abu Bakr.” ¿Por qué no eran engañados? Es muy simple: su fe era fuerte, eran sinceros y leales. Nosotros, en comparación, somos musulmanes cuya fe no es fuerte, no tenemos sinceridad (ikhlās), y no somos leales (sādiq). Es por eso que todas estas peleas entre musulmanes se han perpetuado sin cesar. Así es como los incrédulos son capaces de engañarnos. Es por eso que nos preocupa mucho más nuestro mundo que nuestra religión, es por eso que  priorizamos nuestros propios intereses por sobre los de nuestros hermanos.

El resumen de toda esta charla es: durante el mes de Ramadán, actuemos acorde a las acciones de Rasūlullah con el amor que tenemos por él, y no según slogans comunes que van y vienen en un instante. Oremos para que nuestro ayuno nos mantenga. ¿Comprenden? Permitamos que el ayuno nos mantenga. Iba a decirles “Que tengan un bendito Ramadán”… Pero ese es un slogan también. Ramadán ya está bendecido.

Que Allah nos permita una porción de esa bienaventuranza.

Los encomiendo al resguardo de Allah.

As-Salamu alaykum.

 

[1] Ghilman (plural de ghulâm) (Corán, 52:24) son los jóvenes siervos que serán designados al servicio de la gente del paraíso sin importar su género.

[2] Una muy famosa escena del film Kibar Feyzo. Kemal Sunal (1944-2000) estaba entre los mejores actores cómicos de Turquía.  El legendario Şener Şen (b. 1941), considerado por muchos críticos como incluso mejor que Kemal Sunal, es también famoso por un número de blockbusters en el cual actuó roles muy sombríos.

[3] La palabra “izquierda” (“sol” en Turco) tiene implicancias negativas. Es por eso que cuando queremos referirnos al lado izquierdo o a la mano izquierda de una persona bendita, primero y ante nada de nuestro Amado Profeta, decimos “su otro lado derecho” o “su otra mano derecha” en Turco. También hacemos esto para nuestros sheikhs en el Asitane. Por ejemplo, “el hombre sentado a la otra derecha de Tuğrul Efendim”. Lo que decimos en Turco es “sâğ-ı sânî”, literalmente, “segunda derecha.”