Ver con los ojos del corazón

 

Bismillahir Rahmanir Rahim

 

Para poder ver con los ojos del corazón necesitamos abandonar las estupideces de la vida diaria. Nos levantamos siempre con las mismas preocupaciones en general: ¿Qué voy a comer? Me tengo que bañar, me tengo que vestir, tengo una cita, no tengo una cita, voy al trabajo tantas horas, me permiten salir a almorzar entre las 12,00 hs y la 13,00 hs, pero a las 13,00 hs debo estar porque de lo contrario me echan. Y así transcurre nuestro día con todas las cosas que nos rodean del mundo. ¿Cuánta parte, cuántos minutos, qué rato de ese día lo usamos para meditar, para hacer dhikr meditando, recordando al Creador? ¿Por qué no hacerlo cuando nos levantamos, en la mejor parte del día, el último tercio de la noche? Para el horario del salat Al-Fayr, y luego de cumplir con nuestras obligaciones religiosas, o antes, nos sentamos a meditar. Ponemos nuestra mente en tal calma y comenzamos a hacer dhikr entonando el nombre del Señor o en silencio.

Y ustedes me preguntarán, ¿Por qué meditar Baba? Pues bien, hay dos herramientas para conocer nuestra religión: el Corán i-Karim, la palabra de Allahu Ta´ala, y el ejemplo de Hz. Muhammad (saws) ¿Y cómo comenzó Hz. Muhammad (saws) este camino, esta religión? Pues meditando. Y lo hizo por lago tiempo en esa cueva, hasta que el arcángel Gabriel (as) descendió y le trajo su primera Revelación. Una Revelación que tardó 23 años en llegar a nosotros. El mismo grado de inclinación que tiene la Tierra en este momento. Y esta época se acabará cuando esa inclinación cambie.

Si hiciéramos meditación como corresponde, un minuto, cinco, de a poco, nuestras vidas cambiarían fundamentalmente. Antes de hacer el dhikr, en los dergahs, es recomendado que los derviches se sienten y calmen su interior antes de hacerlo. Recuerden o de lo contrario quienes están allí les explicarán: La ilaha, la sale del ombligo, va por el lado derecho, sube y La ilaha, “Nada existe”, terminando en el famoso tercer ojo, lo enviamos, ila llah, hacia un espacio entre el corazón y el esternón, en el medio del cuerpo, donde reside el alma, ila llah, “Sólo Allah”. Y dejar y pensar y tratar de concentrarnos en estos dos puntos: en el tercer ojo, y en el lugar donde está el alma, para poner nuestra mente en blanco, y meditar sobre Allahu Ta´ala, sobre Su Creación. Si hiciéramos estas cosas Insha´Allah, avanzaríamos.

Hablando de estas leyes universales, en sufismo existe lo que se llama “El desdoblamiento de la Tierra”. En el Corán i-Karim, en el Surah 27 “An-Naml” (Las hormigas) entre las ayats 38 y 40, se describe el movimiento del trono de la reina de Shiba, en lo que se tarda en guiñar un ojo. En ése Surah, el Profeta Salomón (as) se dirige a su corte, a su gente, y deseo aclarar esto. Decían que uno de los regalos que Salomón (as) tenía, y él era el hijo como ustedes saben del Profeta Dawud (as) era el control sobre el mundo de los genios. El Corán i-Karim nos habla de las dos dimensiones que Allah (swt) creó: al ser humano y a los genios. Y decía que Salomón (as) usaba a los genios para trabajar en sus minas, las famosas minas del rey Salomón (as) cuyas riquezas jamás fueron encontradas. Pero el Profeta Salomón (as) pide  a sus jefes, les dice: “¡Dignatarios! ¿Quién de vosotros me traerá su trono antes de que vengan a mí sumisos?”  (Noble Corán, Surah 27 An-Naml, ayat 38)  Y ella ya estaba en camino para unirse con él. Uno de los jefes de los genios, Said An-Ifrit dijo: “Yo te lo traeré antes de que tengas tiempo de levantarte de tu asiento. Soy capaz de hacerlo, digno de confianza”. (Noble Corán, Surah 27 An-Naml, ayat 39) Y así lo trajo. Lo que tardó en abrir y cerrar los ojos, el trono de la reina de Shiba estaba donde se encontraba el Profeta Salomón (as) y cuando ella llegó allí se encontró con su trono.

Él quería establecer quién era él y quién era ella, antes de irse como lo hicieron.

Eso me lleva a otro tema, que en Tasawwuf, en Islam, se llama Tay Al-Azr, y ese regalo de teletransportación que hoy día vemos en películas del espacio y demás, le fue otorgado y le es otorgado a los santos que tienen cercanía a Allahu Ta´ala. Eso significa, atravesar la Tierra sin moverse. Así que en otras palabras lo que dicen es que la Tierra se mueve, no la persona. Sino la Tierra se mueve y trae al lugar, a la distancia, al objeto, a la persona, a donde está el santo y no al revés. Hay muchos casos de esto en nuestra tradición.

Los casos más comunes son, desde Hz. Abdul Qadir Al-Jilani (qs) que es uno de los cuatro nombres que mencionamos en nuestro dhikr, y él era el qutub de los qutubs. Hoy día hay un qutub en la Tierra.

Hz. Abdul Qadir Al-Jilani (qs) nació en Gilan, en lo que era Persia antiguamente. Se educó en diferentes lugares. Pasó un tiempo en Jorasán, una ciudad en Asia Central, y luego llegó a Bagdad y se quedó allí hasta el final de sus días. Su tumba está a unos 50 o 60 kilómetros fuera de la ciudad de Bagdad.

Fue un hombre de un increíble conocimiento. Desde todo lo básico de la Shari´ah, la escuela de jurisprudencia islámica Hanbali, hasta Tasawwuf. La Orden Qadiriyya desciende de él, de sus enseñanzas, él la inició.

En una oportunidad había alguien que lo estaba escuchando en uno de sus muchos sohbets, estaba sentado frente a él, se llamaba Abu Muali y era un discípulo. Y de pronto, Abu Muali, tenía la necesidad de ir al baño, y por respeto no se quería parar, no quería hacer nada que alterara lo que estaba sucediendo. El santo estaba dando su sohbet y él no quería de ninguna manera levantarse e interrumpir, porque además estaba sentado frente a él. En un momento no aguantó más y decidió irse, porque de lo contrario tendría un problema, un accidente ahí mismo. Entonces  comienza a levantarse, mira de reojo y  ve que el santo también se estaba levantando. Termina de levantarse y ve que el santo Hz. Abdul Qadir Al-Jilani (qs) le tira sobre la cabeza un chal que llevaba puesto. El discípulo se quedó tapado y cuando se quita el chal de pronto mira y estaba en un increíblemente hermoso valle, rodeado de árboles, sol, plantas, y un río de aguas muy puras que corría por allí. Mira todo eso y no podía creer cómo había sucedido. En fin, ve el agua, va cerca, hace su necesidad, toma su ablución y hace dos rakats de namaz, y cuando está a punto de terminar Hz. Abdul Qadir Al-Jilani (qs) extiende la mano, le quita el chal y el discípulo se encontraba nuevamente frente al santo. Nunca se había ido, pero sí había estado al mismo tiempo en otro lugar. Y cuando está a punto de irse, se da cuenta que no traía consigo las llaves de su casa. Por ende, busca por todos lados, alrededor suyo y dice: “¿Qué ha pasado con estas llaves?” y de pronto recordó que cuando fue a tomar su ablución tuvo que quitarse la ropa y para no perder las llaves las había colgado en las ramitas de un árbol. De todos modos, no las tenía más.

Tiempo después, Abu Muali, sale de viaje por negocios, y de pronto un día llega al valle en el cual él ya había estado, y lo reconoce, lo ve y se dice: “Aquí es donde he estado”. Y empieza a buscar el lugar donde había tomado su ablución y hecho sus dos rakats, busca el árbol y encuentra las dos llaves colgadas. Ese valle estaba a catorce días de distancia de Bagdad.

Hablando de verdaderos sheikhs y para que vean el nivel de este santo.

Cierto día un ladrón entra a su casa y quería robar, pero de pronto se quedó ciego. No es bueno tener esas ideas en casas de estos santos. Y como no sabía dónde estaba ni que podía caminar y tropezaba, hasta que se queda sentado en un rincón.

A la mañana siguiente lo descubren y lo llevan frente al santo. Él lo mira, pone sus manos sobre los ojos y dice: “Este hombre vino a llevarse riquezas de este mundo. En lugar de ello se llevará algo que jamás podrá olvidar”. Puso sus manos sobre sus ojos, la visión regresó, y mientras Abdul Qadir Al-Jilani (qs) lo estaba mirando, volvió a poner la mano sobre él y ese hombre inmediatamente entró al estado de walidiyya, es decir, se convirtió en santo. Y en ese momento uno de los abdal, que son los asistentes del qutub, se había ido al más allá. Y Hz. Abdul Qadir Al-Jilani (qs) lo llevó de la mano, para que el hombre que había sido un ladrón la noche anterior, se sentara con los otros abdals. Ya Rahman! Ya Rahim! Ya Karim!

Cuando hagan el dhikr esta noche, cuando hagan su salat esta noche, pídanle a Hz. Abdul Qadir Al-Jilani (qs) nosotros somos Yerrahis, pertenecemos a la rama de Tasawwuf, por eso mencionamos su nombre, es uno de los cuatro qutubs que nombramos en el dhikr, que nos permita alcanzar estados aproximados a este del que estoy hablando. Para que después todos podamos entender cuando hablamos de amor en este camino, cuando decimos “con todo amor” o “amado fulano de tal” o “amada fulana de tal”. Estamos diciendo “amado, amada” en el nombre de él, a través de él y por él. Así es como amamos. No de ninguna otra manera.

Insha´Allah estas palabras hayan sido claras y eficientes. Les ruego me disculpen si no lo han sido. He tratado de dar a entender que hay una realidad más allá del intelecto.

Durante siglos hemos visto a la física con un solo ojo. Ahora estamos obligados a ver a la física cuántica con los dos ojos. Con los ojos que están aquí para entender, y con los ojos del corazón, para darnos cuenta que detrás de todo esto que estamos descubriendo hay una sola explicación, y una sola realidad: la Realidad de Allahu Ta´ala.

Ámense los unos a los otros en su nombre Insha´Allah.

Que Allah (swt) acepte todas vuestras devociones, vuestros ayunos, vuestras buenas acciones, y les otorgue todo aquello que es mejor para ustedes. Y les ruego que en vuestros rezos recuerden a este faqir, por favor.

 

As Salam ´alaykum wa rahmatullah wa barakatuhu.