Qué es el corazón

 

Bismillahir Rahmanir Rahim

 

Estamos frente a uno de esos momentos en nuestro Camino, en uno de esos días que son especialísimos como esta noche.

Esta noche es la primera del mes de Rajab que también coincide con el primer viernes de este mes. Es algo que cada siete años se presenta de esta manera, ¡Alhamdulillah!

Es nuestra tradición seguir la Sunnah de Hz. Muhammad (saws), quien tomaba estos tres meses, el mes de Rajab, que comienza en mi caso en media hora, en el caso de ustedes ya comenzó, el mes de Sha’ban, el mes de Ramadán, de una manera muy particular haciendo esfuerzos extras, aunque él no tenía nada que demostrar a nadie. Sin embargo, a pesar de tener una posición espiritual que para nosotros es incomprensible, ayunaba en el mes de Sha’ban más que en ningún otro mes, excepto en Ramadán, y luego en el mes de Rajab. Y a todo eso le sumaba noches de vigilia. Uno de sus compañeros estaba con él y le preguntó si había ayunado el día quince del mes de Sha’ban, y el compañero le respondió que no lo había hecho. El Profeta (saws) lo miró y le dijo: “Cuando finalice Ramadán, luego del ‘Id ayuna dos días en reemplazo de lo que deberías haber hecho voluntariamente el día quince del mes de Sha’ban”.

También es una realidad que mientras observemos el mundo con nuestros sentidos no vamos a comprender la inmensidad de estos meses tan especiales. Pero deberíamos hacer lo mismo que hizo Hz. Abu Bakr (ra) cuando el Profeta (saws) regresó de su Mi’raj y muchos de los que lo seguían no creyeron que él había ascendido a donde está el Trono del Creador, y dejaron nuestro Camino. Demás está decir que la gente de Meca tampoco creía en su Ascensión y se burlaban. Y cuando le preguntaron a Hz. Abu Bakr (ra) qué pensaba él del Mi’raj, la respuesta fue muy simple: “Si Muhammad lo dijo es así.” Por eso Hz. Muhammad (saws) le dio el nombre de As-Siddiq. Insha’Allah nosotros pudiéramos manifestar nuestra fe de esa manera, con esa simpleza, con esa plenitud de nuestro ser, de nuestra persona, diciendo simplemente: “Es así porque Allah (swt) así lo dice, o es así porque el Profeta (saws) así lo ha manifestado”.

No sé si podemos tener tanta sinceridad, pero también hay otro hadiz, algo para pensar y meditar sobre ello en este mes en el cual Hz. Muhammad (saws) dice: “Si alguien puede pasar cuarenta días con total pureza y total sinceridad la sabiduría fluiría sin freno desde el centro del ser humano hacia la boca y hacia los oídos de quienes rodean a ese ser en particular”.

Hace un tiempo hablamos de los diferentes aspectos, niveles del alma en el cuerpo del ser humano, y habíamos dicho que el alma humana, el alma de la vida, es el nivel del alma que cuando parte de nuestro cuerpo nos convertimos en cadáver y está ubicado en el pecho. Este es un tema sobre el que mi hermano Sefer Baba me ha hecho muchas preguntas. Y preguntaba por qué nosotros le damos diferentes nombres al alma, como ego, intelecto, demás y mezclamos mucho esos conceptos. Y me pregunta: “¿Qué es el corazón Baba?”  El corazón al que se refieren los místicos no es el corazón, por supuesto, del cuerpo, el órgano que hace circular la sangre. El corazón del místico es aquel centro espiritual que no está contenido ni en el espacio ni en el tiempo, y es aquello que contiene el Haqq de Allah (swt). Imaginen ustedes la dimensión de esa parte del ser humano. Es por este concepto en especial que todo ha sido creado para nosotros y nosotros hemos sido creados para Él, porque el resto de nosotros está compuesto de cuatro elementos básicos, y cuando el alma parte de ese cuerpo regresamos a ser esos cuatro elementos.

Nuestra Tierra contiene a millones de seres como nosotros desde el comienzo de la humanidad que han regresado de ese estado. Y cuando estamos caminando por donde sea que vayamos no sabemos a quién estamos pisando.

El lugar de esa alma humana que es obedecer los preceptos que Allah (swt) ha enumerado en Su Corán i-Kerim y que el Profeta (saws) ha demostrado ser, en relación al aspecto en que manifiesta la manera en que debe vivir un ser humano creyente, totalmente devoto del Creador.

Hablamos también del otro nivel del alma humana, y la ubicación del segundo nivel del alma es justamente el conocimiento del camino espiritual, de lo que estamos tratando de hacer. Este nivel del alma trabaja con cuatro de esos doce nombres secretos que son los Nombres de la Esencia del Creador. Si ustedes recuerdan hemos hablado de que estos nombres carecen de letras y sonidos, pero se manifiestan en el corazón místico de aquel que evoca. Dicen los que saben que los doce Nombres de la Esencia del Creador que describen precisamente Su Esencia, están contenidos en la frase “La ilaha ila Allah”, y que cada una de las letras de esas palabras en árabe contiene uno de estos Nombres.

Ahora bien, cuando el Profeta (saws) decía que: “El creyente es el espejo del creyente”, esto lo podemos interpretar de muchas maneras. En cambio, sin ninguna duda el primer creyente en la frase es el Insan i-Kamil, “El hombre perfecto”. El segundo creyente en el cual se refleja el primero es Allahu Ta’ala, porque Allah (swt) en la “Surah Al-Hashr” se llama a sí mismo “creyente”.

Como ven hay niveles muy sutiles del descubrimiento dentro del camino espiritual. Allah (swt) en este segundo nivel nos lleva a través de lo que dice en la “Surah Al- A’raf” en el ayat ciento ochenta, y en la “Surah Banu Isra’il” en el ayat ciento diez, y con esto me refiero a los noventa y nueve Nombres de Allahu Ta’ala. Al respecto el Profeta (saws) dijo: “Aquel que aprende estos Nombres se gana las puertas del Paraíso.” Pero aprenderlos no es solamente memorizarlos. Aprenderlos es lograr la habilidad de ver la manifestación de Allah (swt) a través de estos Nombres en todo lo que está creado. Cuando eso se hace carne en el corazón del que busca, ese nivel es logrado. Es decir, la primera parte del alma humana tiene que ver con todo lo que está conectado con este mundo, incluyendo milagros aparentes, como en el pasado gente de elevado nivel espiritual podía caminar sobre el agua, volar, atravesar grandes distancias instantáneamente. Bueno, todo eso sigue siendo temas de este mundo.

En el segundo nivel ya entramos a un plano que va más allá de la Tierra. El progreso en este nivel es logrado cuando Allah (swt) regala a aquel que busca el grado de intimidad. Él pone el Árbol de la Unidad en el corazón del que busca. Ese árbol que está descripto tiene las raíces en los siete niveles bajo de nosotros y cuyas ramas alcanzan los niveles más altos, incluyendo el Trono de Allahu Ta’ala.

El lugar del segundo nivel es la vida dentro de ese corazón místico. Para una persona que vive en ese nivel todo aquello que tiene que ver con la dimensión de los ángeles, sus habitantes, sus luces, todo lo que habita en esa dimensión es visible.

Y luego queda el nivel más alto, que llaman “El alma del Sultán”, y habita en el corazón del corazón. Es el lugar donde Allahu Ta’ala depositó Su Sirr, Su más grande y escondido secreto. El Profeta (saws) explica que el conocimiento a ese nivel tiene dos secciones: una está en la lengua del hombre con la cual confirma la existencia de Allah (swt), y la segunda sección es la realización dentro de ese espacio del corazón de la manifestación del Creador sin límites, sin ningún control ni influencia alguna del mundo creado. Es un estado que no puede ser comprendido con el intelecto. Quien llega a ese nivel está en el mundo y vemos su figura. Pero esa persona no está más con nosotros y está en todo con nosotros. Su estación espiritual es incomprensible para el ser humano. Dicen que aquel que desea intimidad con el Creador debe hacer esfuerzos, como los que recién fueron mencionados, por ejemplo, tratar de vivir cuarenta días en estado de pureza y sinceridad.

Mi hermano Hasan me hizo una pregunta: “¿Por qué Baba los Yerrahis que descienden de los Halvetis no hacen más la seclusión de cuarenta días?” No sé por qué Fahreddin Efendi (ra) determinó que los Halvetis no iban a hacer más la seclusión que era parte requerida de este Camino. Es más, el Imam de la mezquita que está en este momento al lado del dergah donde Hz. Pir (ks) llegó con sus dos khalifas había preparado una pequeña sala de seclusión dentro de la mezquita. En el pasado contaban que esos pequeños cubículos eran de un lado una pared, los otros dos lados eran de madera, y el cuarto lado era una tela nada más. No había espacio para acostarse, solamente había espacio para rezar, excepto los rezos en comunidad que el que se encontraba en estado de seclusión podía realizar con la comunidad, y luego volvía a su lugar de seclusión sin hablar ni comunicarse con nadie.

Sé que Fahreddin Efendi (ks) decretó que los Yerrahis estarían en seclusión, en halwat, en el mundo. Y entiendo que los Sheikhs que me enseñaron, y estoy de acuerdo con lo que decían, la seclusión en el mundo, estar rodeado de gente es muchísimo más difícil que la seclusión en un estado de soledad. Si podemos, por ejemplo, lograr ese estado de cuarenta días en total pureza y sinceridad, veremos los resultados de ese esfuerzo de una manera inmediata y maravillosa.

Pero todo esto está dedicado a un objetivo y poner énfasis en que la noche que empezó para ustedes y acaba de comenzar para mí es especial para este tipo de rezos supererogatorios. Para aquel que pueda hacer los rezos en este mes por favor háganlo. Hz. Abdul Qadir Al-Gilani (ks) describe cuáles son los beneficios de ayunar. Los que puedan dentro del dergah ayunen eso y más si el tiempo y las tareas que hacen se lo permiten.

 

As Salam ‘alaykum wa rahmatullah wa barakatuh       

Sohbet de Hajji Orhan Baba “Bendito mes de Rajab. Niveles del alma. Los noventa y nueve Nombres de Allah (swt).” Jueves 2-06-2011