Taqwa y tawba

 

Bismillahir Rahmanir Rahim

El mes de Ramadán es el tiempo de recibir los regalos de Allahu Ta’ala.

Todo debe seguir la ley pero debo recordarles uno de los tantos hadices de Rasulullah (saws) quien ayunaba en los meses de Rayab como Ramadán, de manera tal que creían que no iba a detener el ayuno. Y debo recordarles  todos los regalos que Allahu Ta’ala concede a todos los que ayunan en este mes de Rayab, aunque nosotros somos débiles, nuestra fe, nuestro imán, es débil.

En el tiempo de Rasulullah (saws) fue donde él un hombre y le preguntó: “Ya Rasulullah, yo soy débil, no puedo ayunar todo el mes de Rayab. ¿Qué puedo hacer para obtener todos los regalos que Allah ha prometido en el mes de Rayab?” Y Rasulullah (saws) le respondió: “Ayuna un día al principio del mes de rayab, un día en medio del mes de Rayab, y uno al final del mes. Allahu Ta’ala  es generoso y da diez regalos por cada buena obra, y será como si hubieses ayunado durante todo el mes de Rayab”.

Hz. Salman Al-Farsi (ra) relata un hadiz acerca de esto, de este incidente de ayunar tres días en el mes para los débiles como somos nosotros. Pero Rasulullah (saws) dice: “Cada día que ayunas,  rezas una oración nafile de diez rakats, entre Magrib y la oración de la noche, por cada rakat recitas una Surah Al-Fatiha, tres veces una Surah Al-Ikhlas, y tres veces la Surah Al-Kafirun, y cada dos rakats haces el Taslim. Y luego de los diez rakats uno recita La ilāha illa llah wahdahu la sharika lah, lahul mulku wa lahul hamdu, wa huwa ‘ala kulli shay’in qadir.”

Hay una ocasión que es el primer jueves de Rayab, llamada Laylatul Raga’ib, que fue el catorce de octubre, y que Allah (swt) me perdone no habérselo mencionado antes, es un día muy importante. Se dice que todos los ángeles se reúnen alrededor y sobre la Ka’aba, y que Allahu Ta’ala se dirige a ellos, y pregunta: “¿Qué desean de Mí, Mis ángeles?” Y los ángeles Le responden: “Perdona los pecados de aquellos que están ayunando este día y rezando oraciones nafile”.

Insha’Allah no olvidemos las oraciones de ese día. Son doce rakats, después del Surah Al-Fatiha, tres Surah Al-Qadr, y doce veces la Surah Al-Ikhlas en cada rakat. Y después de haber finalizado los doce rakats, se hacen setenta salawats para Rasulullah (saws).

Se dice en un hadiz que al que haga esta oración Allahu Ta’ala perdonará todos sus pecados, y que luego de estar en Su Paraíso, nos saciará la sed con el Río de Rayab.

Hay otro día muy importante en este mes. El veintisieteavo día del mes de Rayab. Se dice que si uno ayuna durante ese día  y hace una oración nafile, entre la oración del mediodía y la oración de la tarde, Allahu Ta’ala Le dará una recompensa como si hubiera ayunado cien años.

El veintisieteavo día de este mes fue cuando Allahu Ta’ala bendijo a Rasulullah (saws) con el regalo de ser Su Profeta.

Muchos de nosotros no pueden hacer este ayuno y estas oraciones, pero es mi deber decirles cómo uno hace su oración y su ayuno.

En un hadiz Rsulullah (saws) dice: “Hay algunos que ayunan y todo lo que obtienen es hambre y sed, y hay algunos que hacen su oración y todo lo que obtienen es de esto es cansancio y falta de atención.”  Rasulullah (saws) dice: “El ayuno es un blindaje contra el fuego del infierno”.

Les advierto que muchas cosas pueden romper este blindaje. ¿Qué puede fortalecer este blindaje y no pueda romperse?  Es taqwa. ¿Qué es taqwa?

Hz. ‘Umar (ra) le preguntó a un ‘alim judío que conocía mucho el Islam y se comportaba como un mu’min: “¿Sabes lo que es taqwa? El ‘alim judío le respondió: “Yo sé lo que es. ‘Umar, cuando eras un niño, ¿Andabas descalzo sobre la arena?” Hz. ‘Umar (ra) le respondió: “Sí.” Y agregó el ‘alim: “Tú sabes que la arena está llena de espinas. ¿Cómo caminabas?” Hz. ‘Umar (ra) dijo: “Caminaba con mucho, mucho cuidado. Con mucha conciencia.” Dijo el ‘alim: “Ia ‘Umar, eso es taqwa”.

Hace una semana les he hablado de imán y de ihsan. ¿Qué es esto? Es saber que a pesar de no poder ver a Allahu Ta’ala, Él está presente y nos ve. No sólo ve nuestras acciones y nuestras palabras, sino que también ve nuestros pensamientos y nuestros sentimientos, ve nuestro pasado y nuestro futuro. ¿Cómo nos comportaríamos? Sin duda, con mucho cuidado. Hablaríamos con mucho cuidado, incluso pensaríamos con mucho cuidado, por temor a Allahu Ta’ala, pero no por temor al castigo de Allahu Ta’ala, sino temer pobreza o enfermedad, porque todos son probados con enfermedad y con dolor y problemas en este mundo.

Cuando Hz. Adam (as) fue creado, su parte de barro fue puesta a secar, y hubo cuarenta días de lluvia y un día de sol. Así es este mundo: cuarenta días de miseria y uno de sol.

No hay que temer las pruebas de Allah (swt) sobre nosotros en este mundo, tampoco temer el no tener el deseado Paraíso. Lo  que como musulmanes debemos temer es perder el amor y el cuidado y la visión de Allahu Ta’ala. Que Allahu Ta’ala  proteja a todos los musulmanes de esta situación tan terrible. Y esto es lo que significa taqwa.

Tengamos cuidado de lo que hacemos, de lo que decimos, de lo que pensamos.

Cuando Rasulullah (saws) dice: “El ayuno es un blindaje contra el fuego del infierno”, habla de un blindaje de la mentira, contra la maledicencia, contra el pensar mal el uno del otro. Entonces, ¿de qué sirve estar hambrientos y sedientos, mientras se está hablando mal de otros o mintiendo? No tiene sentido rezar cuando la mente está pensando en la cuenta de banco.

¡Ya Rab, despiértanos de este estado de inconsciencia, Ya Rab, haznos estar atentos, despiértanos de este estado de inconsciencia, Ya Rab, aparta nuestros corazones del amor de este mundo. Tú dices que no te contienen  los dieciocho mil universos que has creado, pero dices que sí te contiene el corazón de Tu amado creyente. Ya Rab, perdónanos, ayúdanos a limpiar nuestros corazones. Ya Rab,  nos has dado el honor de crearnos bajo la forma de seres humanos, y has enseñado a nuestro padre Adam (as) los divinos nombres que tenemos en nosotros mismos. Ia Rab, haznos amar a Rasulullah (saws)  que nos has dado como un ejemplo. Ya Rab, perdónanos. Ya Rab, aumenta nuestro amor por Ti, aumenta nuestro amor por aquel que Tú más amaste, Hz. Muhammad (saws), Ya Rab, aumenta nuestro amor entre nosotros y une a la Ummah de Muhammad (saws). Tú dices que amas a los que se aman por Ti, haz que nos amemos el uno al otro por Ti!  Al- Fatiha.

Hay algunos lugares y unos momentos que son más importantes que otros lugares y otros momentos. Y quiero que pongan atención porque en nuestra religión hay ciertos lugares y ciertos tiempos que son muy importantes. Ustedes saben que hay unas horas exactas para las cinco oraciones del día. Hay cierto mes en que hay que ayunar, hay cierto tiempo en que hay que ir al Hajj. Es decir, esta religión nuestra nos indica que hay lugares donde tenemos que estar y hay tiempos que debemos considerar en todas las actividades de nuestra vida. Lugares en donde tenemos que estar y momentos y tiempos que tenemos que estar en esos lugares.

También hay otros aspectos que nuestra religión nos indica, porque Rasulullah (saws) dice: “Los hombres están dormidos y deben ser despertados”.  El Adhan cinco veces al día es como un reloj despertador, por ejemplo.

El tiempo no existe para Allahu Ta’ala, es por esto que nos resulta shockeante cuando leemos ciertos hadices que dicen, por ejemplo, si uno ayuna un día en Rayab equivale a mil días de ayuno, y que si uno hace una oración nafile es como si uno hubiese estado rezando setenta días, etc.

Allah (swt) no tiempo, porque Él es antes del antes y después del después. No tiene lugar alguno, pero para nosotros Él ha dividido el año en doce meses, y ha hecho uno de esos meses sagrados, y estamos en uno de ellos ahora, Rayab.

Pero más importante es darse cuenta que Rayab es el mes de Allahu Ta’la, Sha’ban es el mes de Rasulullah (saws) y Ramadán es el mes de la Ummah de Rasulullah (saws).

En otro hadiz se dice que Rayab es el mes de tawba,  Sha’ban es el mes de wasifa, y Ramadán es el mes de baraka.

Rayab es el momento para arrepentirse, Sha’ban es el mes de servicio, y Ramadán es el mes en que uno recibe los regalos de Allah (swt).

¿Qué es tawba?

Hz. ‘Ali (ra) un día se encontró con un árabe en la mezquita, y éste estaba con sus brazos abiertos diciendo: “¡Astaghfirullah, Astaghfirullah, Astaghfirullah!”, como muchos de ustedes en sus tasbih diarios, cuando deben hacer cierto número de istighfar.

Si uno dice: “¡Oh señor perdóname!”, solamente con la boca, entonces la boca está mintiendo, porque el resto no confirma esto que está diciendo.

Así pues el hombre le pidió a Hz. ‘Ali (ra): “Ya, ‘Ali ¿Qué debo hacer para que esto que pido sea verdadero?” Hz. ‘Ali (ra) le dijo: “Yo te enseñaré. Primero que nada, cuando dices ‘Señor perdóname’, debes nombrar el motivo por el que te estás arrepintiendo, aunque Tu Señor lo sabe muy bien”.

Pero para darse cuenta de lo que uno hizo mal debe saber que está bien y qué está mal, es decir que uno debe darse cuenta, estar consciente de lo que está haciendo.  Pero si uno está dormido e inconsciente, y no tiene el ‘ilm para saber lo que está mal y lo que está bien, uno solamente está hablando con la lengua, diciendo: “¡Oh señor perdóname!” Uno debe incluir en el arrepentimiento de qué es lo que uno se está arrepintiendo.

En segundo lugar, uno debe al mismo tiempo, tener la intención, de allí en adelante,  de no volver a cometer nunca más el pecado  por el cual se está arrepintiendo. ¿Pero ustedes saben cuán a menudo nos damos cuenta de que hemos hecho algo mal, le hemos pedido a Allah (swt) que nos perdone, y los hacemos de nuevo?

En otro incidente, a  Hz. ‘Umar (ra) le preguntaron: “Ya ‘Umar, hice algo malo y me arrepiento. Tengo la intención de no hacerlo de nuevo pero lo hago, y nuevamente me arrepiento y lo vuelvo a hacer. ¿Cuántas veces, Ya ‘Umar, me tengo que arrepentir?”  Entonces Hz. ‘Umar (ra) le respondió: “Hasta que el saytanir rayim te deje tranquilo”.

Entonces uno no tiene que  sentir que no debe hacerlo de nuevo, sino que debe pedir una y otra vez para que Allahu Ta’ala le otorgue la fortaleza, el coraje, la valentía, para no hacerlo. Mejor aún, pedir: “No me dejes hacerlo de nuevo.” Pero si uno lo hace nuevamente, se tiene que arrepentir. Y Hz. ‘Ali (ra) continuó diciendo: “Después de hacer estas tres cosas, debes hacer que tu cuerpo físico salga de este estado de placer que ha obtenido por estos pecados que ha cometido. Luego viene el ayuno, que es quizás la mejor manera de arrepentirse porque estás haciendo que tu cuerpo que se ha beneficiado por estos pecados,  sufra un poco”.

Finalmente Hz. ‘Ali (ra) dijo: “Hay que hacer la yihad, combatir el propio nafsi ammara, porque esto es lo que te empuja a hacer cosas malas”.

Entonces este es el mes de arrepentimiento. Quizás debiéramos hacer un esfuerzo muy sincero de pensar ayer, o antes de ayer, o hace un mes año, o hace un año: “Realmente he hecho algo que está mal”, y por cuánto entonces otro han sufrido o nosotros mismos hemos sufrido.

Hay que tratar de arrepentirse de acuerdo al modo en que Hz. ‘Ali (ra), como les acabo de decir, le dijo a este hombre árabe.

Su Sheikh se supone que debe ayudarlos en estas cosas, pero ustedes tienen que tomar a su Sheikh como su Sheikh. ¿Qué es un Sheikh?

Un Sheikh que fuma un cigarrillo, que se comporta como ustedes lo hacen, que se viste como ustedes se visten, que va al baño, ¿Entonces cómo puede ayudarme si él es como yo? Eso es lo que Abu Yahl pensó que era Rasulullah (saws). Él pensó que Rasulullah (saws) era solamente  un huérfano. Por otra parte, él mismo cuando esas personas que no eran siervas lo veían y quedaban en un estado de admiración reverencial, él les decía: “Yo soy como ustedes. Mi madre me alimentó con carne seca cuando era un niño”.

Un Sheikh no es un ser físico. Un Sheikh es un ser que representa una orden más elevada, y cuando como derviches se nos dice que un murid se supone debe ser un cuerpo muerto, un cadáver en manos de aquel que lo lava.  Mejor aún, un murid se supone que debe ser como Hz. Isma’il (as) en las manos de Hz. Ibrahim (as), cuando Allah (swt) le ordenó sacrificar a su hijo, a aquel que amaba tanto, le preguntó a Hz. Isma’il (as), y le dijo al niño de siete años: “Mi Señor me ha ordenado que te sacrifique.” Y Hz. Isma’il (as) contestó: “Padre haz lo que sea tu voluntad, e Insha’Allah, me encontrarás entre los pacientes”.

Sin embargo, hace un rato le estaba hablando a uno de mis hijos, y ninguno de ustedes está libre de estas faltas, incluyéndome a mí mismo, cuando uno va donde el Sheikh y le pregunta: “¿Debo hacer esto o debo hacer esto otro?” Y si el Sheikh le aconseja hacer algo que uno quería, entonces le obedece. Pero cuando el Sheikh dice que uno no haga lo que quería hacer, lo hace de todas maneras. Entonces cuando nos encontramos en problemas no nos culpamos a nosotros mismos, sino que culpamos a las circunstancias, e incluso, culpamos al Sheikh: “¿Por qué no me forzó a que no hiciera esto? ¿Por qué no me ordenó que no lo hiciera cuando no estaba haciendo lo correcto?”

Se dice incluso que rompe la relación entre el Sheikh y el derviche el simple hecho de que el derviche pregunte: “¿Por qué?”

Ustedes conocen la historia de Hz. Moisés (as) y Al-Khidr (as), cuando viajaron juntos. La primera condición de Al-Khidr (as) consistía en que Hz. Moisés (as) no le pregunte: “¿Por qué?” Pero ni siquiera Hz. Moisés (as) pudo evitar preguntarle a Al- Khidr (as) cuando éste mató a un bebé en su cuna.

 

As Salam ‘alaykum wa rahmatullah wa barakatuh

 

Sohbet de Hajji Tosun Baba (ra). 2 Octubre de 1999