El Basmallah

 

 

Bismillahir Rahmanir Rahim.

 

Un pensamiento ha estado ocupando mi mente en estos últimos tiempos, acerca de cómo hacer que las devociones sean más íntimas con el Creador. Y entiendo, y tengo totalmente claro, que ese es un regalo que Allah (swt) manifiesta en nosotros.

Por ejemplo, durante el dhikr, ¿cómo puedo hacer para que cuando diga: “¡Ya Hayy!”, Allah (swt) me regale el significado de Ya Hayy?

Allah (swt) nunca nació y nunca va a morir, Él siempre fue, pero ¿qué significa eso? Está más allá de la capacidad de nuestro intelecto comprender algo así. No podemos siquiera imaginar algo o alguien que nunca nació y nunca morirá, que siempre existió.

Y si empezamos a analizar ese pensamiento, no podemos realmente comprenderlo. En cambio, quisiera, Insha’Allah, con Su permiso, con Su aprobación, con Su misericordia, con Su regalo, cuando diga: “¡Ya Hayy!”, que cada átomo de mi ser vuele hacia ese nombre.

Una ambición quizás desmesurada e incomparable con mi estado espiritual, pero algunos han llegado, sin ninguna duda, absolutamente sin ninguna duda, como Hz. Muhammad (saws) que ha estado allí. Él existió luego de Hz. Allah (swt) cuando nada más existía, su Nur.

Estuve hablando con algunos de ustedes en estos días, acerca de cuando Hz. Adam (as) vio el nombre de Hz. Muhammad (saws) y preguntó: “Oh Allah ¿quién es Muhammad?” Y Allah (swt) le respondió: “Es uno de tus descendientes.” Pero cuando Adam (as) le hizo la pregunta estaba en el Paraíso. No podía tener hijos como nosotros comprendemos, ni descendientes como nosotros comprendemos, porque para eso hace falta dos cuerpos. Y quiso descender, sin ninguna duda, primeramente, porque su destino estaba escrito por su Creador. Descendió entonces a esta dimensión, y Allah (swt) le asignó un cuerpo, también le asignó un cuerpo a Eva (as). Sin embargo, estuvieron separados por los motivos que ustedes conocen, por un muy largo período.

Finalmente, cuando ambos se unieron, comprendieron una dimensión del amor que no es posible sentir si el cuerpo no existe.

Recordarán ustedes que, en la mezquita en Medina, donde se encuentra el cuerpo de Hz. Muhammad (saws), el cuerpo de Hz. Abu Bakr (ra) y el cuerpo de Hz. ‘Umar (ra), hay una cuarta tumba vacía. Y cuando a un encargado de cuidar ese lugar le preguntaron para quién era esa cuarta tumba, la respuesta fue que era para Hz. ‘Isa (as). Porque cuando retorne a esta dimensión nuevamente va a vencer al shaytanir rayim hacia el final de los tiempos, pero está allí porque tiene que conocer el amor. Es decir, él tendrá que casarse y tener el amor que corresponde a esta dimensión.

El primer verso de Surah Al-Fatiha es el Basmalah, la famosa letra ba ( ب ) en Bismillahir Rahmanir Rahim, es la manifestación de los Nombres de Allah (swt), de Sus Atributos, en un cuerpo. La cuestión es ¿qué cuerpo? El cuerpo de Hz. Muhammad (saws). El cuerpo del nombre que vio Adam (as) inscripto en los cielos cuando él estaba en el Paraíso.

Inmediatamente, Hz. Adam (as) entendió que debía descender a esta dimensión, que debía atravesar los setenta mil velos y estar aquí, y permitir que la unión de él y de Hz. Eva (as) diera nacimiento a esta humanidad.

Hace pocos días, allá en California, en la casa de mi hija, estuve leyendo un libro que habla de las formas del agua. Algunos de ustedes quizás lo conozcan, creo que fue escrito por un profesor japonés que empezó a experimentar con las partículas del agua.

No les puedo dar mayores detalles porque no lo he leído completamente, pero a aquellos que lo hayan hecho les pido que lo compartan con el resto.

Dicho científico mostró, a través de estos experimentos, que las partículas de agua están afectadas por lo que nosotros emanamos. Es decir, si nuestros pensamientos son positivos las formas de esas partículas son perfectas. Es como cuando se dibuja un copo de nieve y aparece en él el dibujo con la forma perfecta. Así son las fotos que he visto en el libro. En cambio, si el pensamiento es negativo lo opuesto ocurre, y también hay fotos de eso.

Ustedes dirán: “Bueno Baba, pero esto es un extremo de la ciencia y todo eso.” Entiendo todo eso y estoy de acuerdo.

Ahora bien, cuando nosotros miramos a un ser marino como un pez o un tiburón, por ejemplo, o cualquier ser marino que habite en las aguas, lo vemos rodeado del líquido en el cual tiene que existir. Si hay diferentes temperaturas de agua, se mueven, emigran, se reproducen; o cuando ven que otro pez se acerca, y ese pez puede ser su alimento, van y lo comen.

Por otra parte, nosotros también estamos rodeados de un elemento, y ese elemento es el aire. Nosotros vivimos en ese elemento. Uno es gaseoso, y el otro es líquido.

Cada movimiento que estoy realizando en este momento con la mano o al hablar o lo que sea, está influenciando, está cambiando, está creando una corriente, aunque sea mínima y diminuta, de ese elemento que llamamos aire. Y si nuestros pensamientos afectan a ese elemento llamado agua, como he descripto hace unos segundos, no tengo ninguna duda de que esto que nos rodea, el ambiente gaseoso en el cual debemos existir para poder vivir en este cuerpo, también se ve afectado por nuestros pensamientos, por nuestros sentimientos, por nuestras acciones, por nuestras demostraciones de amor o de lo opuesto.

La letra ba ( ب ) del Basmalah, del Bismillahir Rahmanir Rahim, es una letra complicada. Debajo tiene un punto. Dicen los que saben que ese punto era la estación de Hz. ‘Ali (ra), yerno y sobrino de Hz. Muhammad (saws).

Hz. ‘Ali (ra) en sus charlas enseñaba el significado del Basmalah. Es en dicha estación que nosotros damos gracias y alabamos a Allahu Ta’ala. Si pensamos en su significado, la mencionada estación, nos permite meditar. Allah (swt) y el Profeta (saws) en esa estación se convierten en uno, a través del regalo del Creador a nuestro Profeta (saws), de Su compasión, y de Su misericordia.

El segundo verso: “Alhamdu lillahi Rabbil ‘alamiin”; dicen que uno de los secretos de Al-Fatiha está escondido en esta frase. Comienza con “Al-Hamd”, es decir que la alabanza es para el Dueño, el Creador de los Mundos.

Así pues, en la presente estación estamos diciendo: “Tú existes y yo también”; ¿por qué? Porque en ese primer nivel nos atribuimos el derecho a alabarlo.

Siempre hablamos de los tres niveles básicos de nuestro camino; hay siete, pero generalmente hablamos de los primeros tres: La Shari’ah, la Tariqa, y la Haqiqa, el nivel de la Verdad Divina.

En Al-Fatiha, al nivel de la Shari’ah, decimos, como mencioné hace un momento: “Sólo a Ti nosotros adoramos.” Nos atribuimos la acción de adorar. En la Tariqa, nosotros al menos, deberíamos pensar y considerar, que somos nada, que realmente no existimos.

Uno acciona, trabaja, se mueve, piensa, a través de Su permiso. Es decir, nada proviene de nosotros.

Hz. Muhammad (saws) decía que no debemos hablar más de veinticinco minutos, media hora, porque esa es toda la capacidad que tiene el ser humano para poder concentrarse en estos temas. Cuando hablamos más allá del límite de ese tiempo nuestra capacidad de comprender desaparece, y nos adormecemos y no recordamos. Así que vamos a respetar eso.

Deseo leerles una historia que he repetido en el pasado.

Les ruego que mediten sobre las dos primeras ayats de Surah Al-Fatiha, porque quisiera, Insha’Allah, la próxima semana continuar. Al-Fatiha es una conversación entre el Creador y lo que Él creó: nosotros. Es un intercambio entre los dos.

Quisiera pedirles que durante la ceremonia Yerrahi del dhikr, piensen acerca de eso que acabo de mencionar, en lo cual nuestro ser, cada átomo de nuestro ser dice: “¡Ya Hayy!”, y vuela hacia Él y se convierte en Uno. Traten de sentir ese Tawhid, esa unión con el Creador. No hagamos de nuestras reuniones solamente un espacio en el que vamos a comer, a charlar con quien está a nuestro lado para ver qué novedades hay. Después nos reunimos otro día para cantar ilahis, aprender esto o lo otro, sin pensar y sin meditar sobre lo que estamos aprendiendo, porque si ese esfuerzo interior nuestro no existe, perdemos el tiempo.

El camino requiere de nuestros esfuerzos, de tratar de pedirle a Allah (swt) que nos permita Tawhid, que nos permita unión.

Hz- Rabi’ah Al-Adawwiyyah (ra), ustedes saben y dije muchas veces que ella es una de las santas por la que tengo predilección, cierto día le envió a Hz. Hasan Al-Basri (ra) tres regalos: una vela, una aguja y un cabello. Y le dijo: “Sé como la vela. Ilumina al mundo y quémate en ella.” Sin ninguna duda eso de quemarnos no significa que debemos pegar un saltito y tirarnos a una hoguera.

Además, la santa agregó: “Debes ser como la aguja, que siempre está trabajando desnuda. Es decir, sin ningún apego. Cuando hagas estas cosas, mil años para ti, serán tan cortos como un cabello”. Espero que los significados de estas frases estén claros para ustedes.

Hz. Hasan Al-Basri (ra) después de escuchar todo esto, inmediatamente, le preguntó si ella se casaría con él. Ella le respondió lo siguiente: “La conexión, la unión del matrimonio, corresponde a aquellos que tienen ser, que son. Es decir, los que se encuentran en el estado en que dicen: ‘yo existo y él también’. Necesitan un cuerpo. Aquí el ser ha desaparecido, yo no existo. Existo sólo a través de Él (refiriéndose a Allahu Ta’ala). Le pertenezco totalmente y absolutamente a Él. Vivo bajo la sombra de Su control. Si vas a pedir mi mano, debes hablar con Él.” Entonces Hz. Hasan Al-Basri (ra) le pregunta: “¿Y cómo has podido encontrar ese secreto?” Ella le dice: “Todo lo perdí, todo lo dejé, y cuando eso ocurrió, encontré todo en Él.” Hz. Hasan Al-Basri (ra) insistió con otra pregunta: “¿Y cómo es que tú lo conoces a Él?” Hz. Rabi’ah (ra) le respondió (y por favor presten atención a esto): “Tú conoces el ‘cómo’; yo, conozco el ‘no-como’”.

Bueno, hoy se me ocurrió una lección muy difícil de comprender, espero que se diviertan y que puedan llegar a sus propias conclusiones, Insha’Allah.

Esto es de muy alto nivel, pero en algún momento tenemos que empezar a trabajar en serio. En algún momento tenemos que dejar todo esto que nos cubre por Él, e Insha’Allah, existir a través de Él, pues ese es el camino de la Tariqa.

Esta taqiyya que tenemos puesta y el pañuelo verde que tienen ahí las mujeres, cuando se unen forman el turbante de la santidad de Hz. Pir (ks).

No podemos ir al dergah para ver qué sucedió la semana pasada, a ver si River y Boca juagarán en Madrid o en Barcelona, o en Qatar O en Paraguay. En otras palabras, cosas del mundo.

Venimos para unirnos a Él en la travesía final, y no sabemos cuánto tiempo nos queda, sólo Allah (swt) sabe cuándo y cómo.

Les pido, por favor, mediten acerca de esto, traten de entender la historia, lo que le decía Hz. Rabi’ah Al-Adawwiyyah (ra) a Hz. Hasan Al-Basri (ra), dos santos de muy elevada estación espiritual. Ella, sin dudas, estaba mucho más cerca de Allahu Ta’ala que él.

Ruego que esos estados nos sean otorgados a todos, Insha’Allah.

 

As Salam ‘alakum wa rahmatullah wa barakatuh.

Sohbet de Hajji Orhan Baba. “El Amor. El Basmalah. La Bendita Surah Al-Fatiha.” Sábado 1-12-2018