Conceptos básicos en Islam

 

Bismillahir Rahmanir Rahim

 

Quería, ante todo, hablar un poco de la verdad del Islam. Son temas que todos conocemos, pero siempre es bueno revisar algunos de esos conceptos.

Por ejemplo, el nombre Allah (swt) sólo le corresponde a Él, y nadie puede, debe, ni le es permitido tener ese nombre, lo cual no significa que sea incorrecto llamarse ‘Abdallah, ‘Abdullah. Eso está perfectamente bien. Pero llamarse Allah (swt) es una prerrogativa que ha tomado para sí mismo y para nadie más. Ese nombre es Su esencia y contiene todos Sus Atributos. Todo en la creación está generado a través de ese nombre. Es la causa de la Unidad de Allah (swt), la causa del origen del Corán i-Kerim, y de todos los demás Libros Sagrados, y es el origen del rezo y de la adoración.

Nuestro Profeta (saws) nos dice que mientras Su Nombre sea pronunciado el Fin del Mundo no llegará. El día en que ese Nombre deje de ser pronunciado por Su Creación lo único que quedará, cuando eso suceda, será Aquel que otorga los nombres. Todo lo nombrado va a desaparecer.

En el Corán i-Kerim encontramos noventa y nueve de esos Hermosos Nombres, y éstos les son dados a los miembros de las diferentes Tariqahs cuando es necesario, para incentivar algo o bien curar algo. La mayoría de las Tariqahs tienen catorce de esos nombres, aunque la Yerrahiyyah es la excepción y para nosotros existen veintiocho. A medida que vamos avanzando los Nombres y la cantidad de recitaciones van cambiando. Mi sugerencia es que cumplan con todo lo que les es dado, pero no agreguen aquello que sientan que deben hacer sin consultar.

Lo equivalente a esto es lo siguiente: si uno va al médico y le dice que tiene que tomar una penicilina de quinientos miligramos dos o tres veces por día, y nosotros decidimos que lo vamos a tomar seis o siete, vamos a pagar las consecuencias de ese tipo de cosas.

Espiritualmente ocurre lo mismo. Hay varias cosas muy interesantes. Uno no puede hacer los rezos de otra persona, no es posible, y no es recomendado. Por más que amemos al otro y deseemos hacerle un favor, no es posible.

Cuando en Islam hacemos la declaración de la fe y decimos: “La ilaha ila Allah”, (“Nada existe sino Allah”). Pero podríamos llegar a decir: “La ilaha ila Al-Khaliq”, (“Nada existe sino El Creador”) sin embargo, eso no corresponde porque un árbol puede crear frutas, una persona creativa puede crear algo que beneficie a la creación, como hoy estamos siendo testigos de ese tipo de cosas que ocurre todos los días. Es decir que esas son manifestaciones de las habilidades de nuestro Creador, pero “La ilaha ila Allah” es claramente una frase que todo lo cubre, que todo lo absorbe, e indica que nada existe sino Allah (swt). Y tenemos una manera de pronunciarla en especial. El ombligo es el centro del cuerpo, la conexión entre la parte superior que nos distingue del resto de la creación, y la parte inferior que es la consecuencia que es estar en esta Tierra habitando un cuerpo. Entonces decimos: “La” que se sitúa en el ombligo, y subiendo por el lado derecho del cuerpo decimos: “La ilaha”, (“Nada existe”), y después decimos: “Ila Allah”, que va desde el centro de la frente, lo que mucha otra gente llama el tercer ojo. “Ila Allah” va hacia ese lugar donde habita el alma en nuestro cuerpo, entre el corazón y el esternón. Teniendo en cuenta que el cuerpo está dominado por tiempo y espacio, nosotros estamos compuestos de esos cuatro elementos básicos, y vivimos en la séptima semana donde el alma desciende del lugar donde espera hacia el embrión y entra al cuerpo. En ese momento ese embrión se convierte en un ser humano porque tiene el alma que ha llegado.

Tenemos que tener en cuenta que el alma no tiene las limitaciones que tiene el cuerpo. El alma no está limitada ni por tiempo ni por espacio, y continuará su trayectoria. Está en la dimensión donde las almas residen, descienden a este vehículo por un tiempo determinado. El día quince del mes de Sha’ban, Allah (swt) indica a Sus ángeles quiénes van a nacer y quiénes van a partir en esos doce meses, entre el quince de Sha’ban y el próximo.

El alma desciende al cuerpo por el período que Allah (swt) ha determinado que esa persona vivirá en este mundo, y luego el alma continúa, desde aquí va hacia al Barzakh. Y allí es donde las almas esperan el Día del Juicio Final. No es posible regresar para esas almas. Nada vuelve hacia atrás, nada ni nadie. Y allí esperaremos de acuerdo a la manera en que hemos vivido. Los resultados serán apreciados en esa dimensión. Aquellos que han vivido una vida armoniosa, limpia, que han cumplido con sus obligaciones, sea cual fuera la religión que practiquen van a ver sus acciones recompensadas. Y aquellos que hacen lo contrario recibirán lo que merecen.

Tenemos que hacer, por supuesto, los cinco salat por día, pagar el zakat, el ayuno en el mes de Ramadán, la Shahada antes que nada, y el Hajj. Esas son las obligaciones básicas de los musulmanes, las obligaciones básicas.

Imaginen las obligaciones de un musulmán como una casa. Una pared son los cinco rezos diarios, la otra es la caridad, la otra es el mes de ayuno y la otra es el Hajj. Esa casa tiene un acceso de dos hojas, en una está escrito: “La ilaha ila Allah”, en la otra: “Muhammad Rasulullah”. Ahora bien, el techo de esa casa es la pureza, la limpieza del cuerpo interior y exterior. Si carecemos de esa limpieza interior y exterior, y la misma no está hecha con sinceridad, esa casa no sirve, pues no tiene techo, se derrumba, lo mismo que si le falta una pared.

La ablución es el prerrequisito para hacer el salat. El agua es un signo de vida, es lo que permite la existencia de estos cuerpos, de esta creación en la Tierra.

Si estamos en un lugar donde no hay agua, una zona desértica, y llega la hora de tener que hacer el salat y hemos perdido la ablución, entonces la tomamos con la tierra. Por supuesto, no inhalamos la tierra, la ablución con la tierra es más reducida, pero la tierra también es un símbolo de vida, porque todo nace de la tierra.

La tierra es considerada el elemento más bajo de los cuatro que componen nuestro cuerpo con respecto a categoría, pero cuando usamos la tierra no tenemos que pensar solamente en la limpieza interior, sino en disminuir la influencia de los sentimientos de superioridad y de arrogancia que, muchas veces, nos molestan.

En estos caminos espirituales dicen que la arrogancia espiritual es sentirse superior a otros porque rezamos más, y porque en nuestra imaginación estamos más cerca del Creador. Esa arrogancia es muchas veces mortal para nuestro estado espiritual.

En el Camino hay muchas tentaciones, especialmente para aquellos que tienen ciertas posiciones de autoridad, y hay dos cosas básicas: dinero y sexo. Y quizás no me crean, quizás no hayan experimentado ese tipo de cosas.

En una visita que hicimos en mil novecientos noventa y ocho a Istanbul conocimos a un Sheikh al que recién habían expulsado de nuestra Tariqah. Una persona que si tengo que clasificarla de acuerdo a lo que hemos visto que emanaba de él, nosotros ni siquiera le podemos tocar los talones.

Amor es la base de nuestra enseñanza. En Tasawwuf hay dos caminos: el camino de la iluminación y el camino del amor. La Yerrahiyyah pertenece al camino del amor, pero estamos hablando del Amor Divino.

El objetivo del Camino es dejarnos e ir hacia el Creador. No es fácil. Un ejemplo común es el del Profeta Yusuf (as), que decían que luego de Hz. Muhammad (saws), era el profeta que tenía mayor belleza humana como hombre, y a eso agreguen el awrah, la Luz de la Profecía. Él era esclavo en la casa de Zuleyka, y ella estaba absolutamente enamorada de él, y hacía todo lo posible para seducirlo. Él luchó intensamente contra todo eso y jamás dejó que eso ocurriera. Zuleyka, decían, era una muy atractiva mujer, hubiera sido de su agrado, sino que él tenía mucho más miedo de causar la ira del Creador.

Ruego a Allahu Ta’ala que nos encuentre entre esos, entre los amantes del Creador. Aquellos que cuando rezan y hacen dhikr no tienen nada más en su mente y en sus corazones que al Creador.

Que quede en claro que nuestro objetivo es Islam en el completo significado de esa palabra que es sumisión al Creador, y ruego que ese regalo nos sea otorgado a todos y a cada uno de nosotros en la medida que podamos beber de ese elixir, Insha’Allah.

 

As Salam ‘alaykum wa rahmatullah wa barakatuh

 

Sohbet de Hajji Orhan Baba. “Aspectos básicos de nuestra religión.” Jueves 24-03-2016