Bismillahir Rahmanir Rahim.
En una oportunidad, estando yo con Tosun Baba en un restaurant, él pidió el plato más caro, para ayudar al negocio sin hacer caridad.
Así pues ¿qué es lo que sucede? Tosun Baba había pedido que le traigan el mejor plato, y el mejor era una brochette. Por lo que le aclaré en castellano a este señor: nada que tenga cerdo. El señor comenzó a explicarme lo que el plato tenía. También le pregunté cuál era la mejor carne que tenía, a lo que el señor me respondió que era lomo. El señor explicó que un pedacito de lomo costaba tres dólares con cincuenta.
El señor trae a la mesa panceta, entre medio. Y le digo: “¿Usted se acuerda que le pedí el plato sin cerdo? No lo podemos comer. Lléveselo de nuevo.” Y el hombre dice: “Esto es panceta, no es cerdo.” No entendía. Le dije nuevamente: “No podemos realmente comerlo.” El hombre se quedó parado, como si el mundo se le hubiera venido abajo, porque era, posiblemente, la ganancia para él, de una semana.
Por lo tanto le pedimos que se lo llevara al asador, que separara todas las partes, que la volviera a cocinar, pero eso continúa siendo haram, esa comida hay que tirarla, pues ya está tocada con la grasa del cerdo.
Tosun Baba pidió que trajeran el plato de nuevo, después de estar ya cocinado. Tratamos de separar, sacar todo lo que pudimos y comimos finalmente la carne, para que este hombre no se ofendiera y para poder pagárselo, puesto que era una persona tan honesta que si le decíamos que no la íbamos a comer, no nos cobraría. De modo tal que en vez de hacerle un gran favor, le hubiéramos hecho un gran daño. Quiero dejar en claro que, de todos modos, la comida seguía siendo haram, puesto que había sido cocida con la panceta.
Una hermana del público plantea la siguiente cuestión.
En las relaciones sociales aquellos que no son musulmanes vienen a nuestros hogares para compartir una comida y demás. Muchas veces amigos y familiares traen alcohol y, al respecto Sefer Efendi (ra) ha dicho, que si un musulmán abre una botella de vino en su casa los ángeles no visitan ese lugar. ¿Qué se puede hacer en estos casos?
Hajji Orhan Baba responde: es un caso que me ha sucedido muchas veces, y realmente la conclusión es que se puede hacer muy poquito o nada. Usted no los puede echar de su casa; los no musulmanes tienen derechos sobre nosotros. Si nosotros los tratamos mal o como bestias o los rechazamos, en el Día del Juicio Final ellos tendrán reclamos y tomarán de nuestra fe. Así que hay que tener muchísimo cuidado con lo que hacemos con ellos. Son situaciones muy difíciles. A mí me sucede con mi propia familia y mi madre es testigo.
Mi hermano toma vino con sus comidas, menos mi madre y yo cuando estamos de visita allí. ¿Qué hago? ¿No veo más a mi familia? ¿No voy más a su casa? No puedo hacerlo. Porque mi esperanza es que Allah (swt) en algún momento derramará sobre ellos Su misericordia y los guiará al Islam.
Y hay otro caso, con mis hermanos Alejandro y Rodolfo. Ocurrió algo inusual.
Sucedió cuando llevamos el cuerpo de mi padre, tras su fallecimiento, para lavarlo. Estaba allí el presidente del Centro Islámico, y yo le dije que quería hacerlo junto con él. El hombre me respondió que sí, y también le indiqué que allí estaban mis hermanos y querían entrar. Nos permitió pasar a todos. Le aclaré que ellos dos no eran musulmanes.
El hombre nos dijo que lo ayudemos a tener el cuerpo y la fuente con agua y demás.
Uno de mis hermanos, mantenía una relación muy compleja durante muchos años con mi padre: no lo podía abrazar ni besar.
Mi hermano decía que mi padre no lo quería, y era vehemente en esa afirmación. Yo pienso que todas las personas saben muy bien que el odio y el amor están muy cerca. Realmente casi no hay diferencia. Muchas veces uno confunde el uno con el otro. Y en este caso mi hermano no podía distinguir eso.
Mis hermanos querían estar allí también con el cuerpo de mi padre, ayudando con el lavado. Y pudieron hacerlo.
Esto lo cambió totalmente a mi hermano. De pronto su corazón se abrió. Es una situación muy poco común, un no musulmán lavando el cuerpo de un musulmán. Pero este musulmán era el padre de este no musulmán. ¿Cómo se maneja esto? Todo llega sin quebrantar la ley, y dentro de lo posible, trabajar en lo más precioso que tiene un ser humano, su corazón.
Así pues, mi hermano se puso a llorar, pudo abrazar a mi padre y darle besos cuando estaba en el cajón. Y fue al entierro pero ya había cambiado el corazón de mi hermano.
Esto es Islam. Mi hermano no hubiera podido ver nada de todo esto si se hubiera tratado de un entierro cristiano, en el que no se puede tocar el cuerpo, no se lo ve, lo maquillan, y le ponen esto y lo otro. Pero lo que sucedió con el entierro musulmán de mi padre humanizó la muerte y a mi hermano le abrió el corazón.
Y la esposa de mi hermano, de pronto, estando expuesta a todo esto que es Islam, expresó su agrado por todo lo que estaba presenciando.
No sé si Allah (swt) será misericordioso o no. Lo ha sido con muchos de nosotros ¿no? ¿Cuántos de los aquí presentes han nacido musulmanes? Bueno, una sola persona de todo este grupo.
La primera vez que vi cerveza sin alcohol fue en Meca, me quedé con la boca abierta. En Estados Unidos también hay, por supuesto. Pero creo que en mil novecientos ochenta o mil novecientos ochenta y dos, una de las veces que hice el Hajj la vimos en Meca por primera vez junto con Tosun Baba y ambos nos quedamos con la boca abierta. Pero hay gente que viene, y si ve eso aquí, se va.
Una hermana comenta: mis hermanos toman vino y yo tomo Terma. Les dije que yo no puedo tomar vino y nada de alcohol, y ahora, sin darme cuenta, ellos también toman Terma.
Hajji Orhan Baba explica al respecto: Esos son corazones sensibles. Es lo que corresponde hacer cada vez que nosotros (musulmanes) estamos sentados a la mesa. Mientras usted no compre ni sirva la botella de vino no hay problema. Tampoco se puede abrir ni servir. No puede hacer nada. Hay que rogar que Allah (swt) los perdone y continuar.
Hay gelatina, hay jabones, hay shampoo también que contiene compuestos haram. Pero no se puede hacer nada. Habría que hacer una lista de cosas y vivir, así, enloquecidos y controlar esas cosas. Se pierde así un tiempo precioso, una energía preciosa, en vez de concentrarse en lo más importante de todo que consiste en limpiarnos por dentro.
Como musulmanes nos preocupamos para que no entre nada en la boca durante el mes de ayuno, pero no nos preocupamos en absoluto por aquello que sale: si nuestra palabra es una caricia, si nuestra palabra es de amor, si nuestra palabra es una enseñanza y decimos, en cambio, cualquier barbaridad.
Ustedes saben muy bien que en el mundo islámico los momentos de mayor nerviosismo para la gente son las dos últimas horas antes de romper el ayuno. Se producen unos líos impresionantes, y estamos ayunando.
Los que saben dicen que hay tres niveles de ayuno.
El nivel común es el que hacemos la mayoría de los musulmanes. Nos privamos de comer, de beber y de tener relaciones amorosas durante el ayuno. Alhamdulillah que se nos permite hacer eso.
Después hay un segundo nivel de ayuno. Es aquel en el que se ayuna con los ojos, los oídos, la boca, todos los miembros. No se levanta la vista para ver nada que no deba ver, no se oye nada que no deba oírse, solamente las recitaciones del Sagrado Corán; y tampoco se toma nada que no corresponda. Con las manos se ayuda, se acaricia a los huérfanos, se da de comer a los demás antes de hacerlo uno mismo, de su boca sólo salen palabras de amor. Así es el segundo nivel que Insha’Allah los miembros de este dergah aspiramos a llegar en algún momento si no lo podemos hacer muy seguido.
Después están aquellos que ayunan, pero lo hacen con todo su cuerpo. No les importa nada de nada, ni el Paraíso ni el infierno, nada de lo existente, solamente Allah (swt). Para esas personas el ayuno es permanente y el mismo se rompe en cada segundo que se olvidan de Allah (swt). A este nivel pertenece el ayuno de Hz. Muhammad (saws) y de algunos otros que han venido a esta Tierra siguiéndolo a él, no se comparan con él, pero han podido Alhamdulillah, llegar a ese nivel.
No sé si algunos de ustedes pretende llegar a ese nivel pero Insha’Allah podamos llegar a ese segundo nivel en que se ayuna con todos los miembros, al menos durante el mes de Ramadán.
Y esta misma filosofía debemos aplicar a cada cosa, a cada relación que tenemos con los demás seres humanos. El que bebe no sabe el terrible dañe que se hace.
En mi caso provengo del seno de una familia cristiana. En otras épocas también tomaba vino y hacía ese tipo de cosas. No tenía la menor idea, en absoluto, del daño que me hacía eso, hasta que Allah (swt) me aclaró el concepto.
Pregunta del hermano Saleh Baba y su esposa: un señor se olvidó una botella de vino en el nuestro auto. Cuando pasaron los recolectores se las di. ¿Está bien eso? Porque al señor que olvidó la botella no lo vimos más, entonces pasó gente que pedía y se lo dimos.
Hajji Orhan Baba: ¿Eso lo dejaron a cuidado suyo o él señor se lo olvidó?
Saleh Baba: El señor pidió que le llevara las botellas pero no pude ir. Así que las regalé.
Hajji Orhan Baba: Mire, si alguien olvidó algo en su auto usted, inmediatamente, se convierte en responsable por ello, aunque sea eso haram, como el caso del vino. Generalmente si le pidieron que lo llevara debía hacerlo, y no tenía derecho a regalarlo tampoco, ni a tirarlo, a menos que el dueño se lo hubiera permitido.
Otro hermano, Abdul Latif Baba, agrega a todos estos casos uno muy particular: En mi caso encontré una billetera tirada con unos cuantos dólares y documentos. La devolví, y como obsequio, me regalaron una botella de vino.
Continúa Hajji Orhan Baba: Con el hermano Jemal fuimos a Meca a hacer el Hajj, y se extravió su billetera con todo su dinero, todo lo que tenía para viajar. Quedó sin nada. No podía pagar el hotel ni la comida.
Lo que hicimos fue muy simple: preguntamos cuánto dinero tenía en la billetera, lo dividimos entre todos los que estábamos, cada uno aportó su parte y se le repuso el dinero inmediatamente.
Esa billetera que se le había extraviado, tres meses después, estaba en la puerta de su casa, en Estados Unidos. Completa, no le faltaba nada. La había encontrado un hajji, que empezó a averiguar a quién pertenecía la billetera y sabía que era un americano. Porque los americanos en aquella época, al principio de los años ochenta eran contados con los dedos.
Así que fue a ver a ese americano al hotel. El americano era periodista y andaba viajando. El hajji le pidió que cuando retornara a los Estados Unidos entregara la billetera al hermano Jemal. De este modo llevó la billetera a la casa del hermano Jemal.
No hemos venido a este mundo a dormir, descansar o a sentirnos cansados. Vivimos casi como si no tuviéramos derecho a sentirnos cansados. Y entiendan esto por favor. No estoy hablando de exageraciones.
El Profeta Muhammad (saws) decía: “El mejor de los caminos es el del medio.” Recuerden que él dormía la siesta, por si a alguno ahora se le ocurre que no duerme más. No estoy hablando de ese tipo de caso.
Estoy diciendo, simplemente, que nunca debemos sentirnos contentos con la situación espiritual en la que nos encontramos.
Hablamos de pobreza, de que no tenemos dinero para esto o lo otro.
Muzaffer Efendi (ra), un sabio, todos lo conocen, el predecesor de Sefer Efendi (ra) escuchaba que la gente decía: “Somos pobres. No podemos hacer esto y lo otro.” Entonces él les decía: “Bueno, si están pobres les pido un favor. ¿Por qué no me venden un dedo? ¿Cuánto cuesta un dedo, o los dientes o una mano? ¿Me pueden vender un brazo, un hígado?” La gente nunca está contenta con lo que tiene.
La pobreza en el faqir no tiene nada que ver con posiciones económicas. El que es pobre en el camino de Islam, en la Tariqa, es aquel que nunca tiene suficiente amor por Allah (swt). El que nunca está contento con eso, ése es el faqir, ése es el pobre del Islam.
¿Cómo podemos hacer para acercarnos a Él? Por supuesto están los rezos supererogatorios, están los tasbih, hacer salats en medio de la noche, están los rezos Sunnah, los rakats de Tarawih, que vamos a hacer ahora.
¿Ustedes saben de dónde viene esa práctica, los rakats de Tarawih? El Profeta (saws) algunas veces lo hacía y otras veces no, para que tengamos en claro que no es obligatorio hacerlo. Pero en la época de Hz. ‘Umar (ra) él comenzó, y nosotros tomamos de su ejemplo.
Pero todas estas devociones extras, todos esos ayunos, todas esas expresiones de devoción y demás, por favor, continúen haciéndolo. Es para ustedes y cada uno de nosotros. Eso no beneficia a nadie más que a la persona que lo hace.
La mejor manera de acercarse a Allah (swt) es servir a su Creación.
Diálogo de Hajji Orhan Baba en Argentina