Wujud: Parte II

 

 

Bismillahir Rahmanir Rahim

Los otros días hablamos de wuyud. En árabe significa existencia, aquello que existe pero que esta más allá de nuestra comprensión.

Hz. Ibn Arabi (ks), quien desarrolló este concepto se refiere al mismo en otros términos, aunque no lo menciona directamente con esta expresión.

A través del concepto de wuyud podemos llegar a comprender cómo funciona este reino en el cual vivimos y cuáles son las conexiones que nos atan a esta realidad, que Allah (swt) nos ha destinado a vivir.

Wuyud es incomparable, y al no ser comparable está más allá de toda limitación, de toda comprensión; pero su similitud se muestra a través de manifestaciones en el mundo externo y en el mundo interno. Todo lo que existe o es encontrado es una modalidad, una demostración, una manifestación de wuyud; y de la misma manera cada encuentro, cada cosa que conocemos, es un nivel de conciencia, de estar alerta. En inglés hay una palabra que no tiene una traducción directa al castellano que es awarness, “to be aware”, estar alerta en un estado de totalidad, de absoluta conexión.

Esos estados de conciencia son niveles de wuyud que se encuentran a través de esas manifestaciones. Entonces sabemos que no podemos conocer wuyud, porque está más allá de la compresión humana. Sin embargo, decimos que se manifiesta y que nos permite conocerlo a través de esas manifestaciones.

En el Sagrado Corán lo encontramos en los Nombres Divinos, los Atributos de Allahu Ta’ala. El Corán menciona estos Atributos, que son los Atributos primarios, de donde todo el resto desciende. Si afirmamos que todo es a través de la conexión con los nombres de Allahu Ta’ala, que son manifestaciones de Su Esencia, de ese wuyud, entonces podemos llegar a decir que todo lo que se manifiesta necesariamente tiene que tener esos atributos, aunque no los veamos.

Un ejemplo lo encontramos en la luz, la presencia de la luz es suficiente para indicar que hay colores y que los colores van a ser encontrados de una manera u otra, pero también es cierto que hay colores específicos que sólo se manifiestan bajo ciertas condiciones. Por ejemplo, para que veamos el arco iris tienen que existir cristales de agua en las nubes, de manera que la luz se refleje a cierto ángulo y, a través del espectro de la luz que se manifiesta, se puede ver el arco iris. Lo mismo sucede con las luces en el Polo Norte.

Entonces, cuando aparece una cualidad positiva, como la declaración de Tawhid: “La ilaha illa Allah”, (nada existe sino Allah) nos alerta del hecho de que esa cualidad, la de la vida, la de vivir, pertenece a wuyud. Y si observamos vida, deducimos que wuyud tiene vida, está vivo, por ende, utilizando el Tawhid: “No hay Vida sino la Vida real, la Vida Divina”.

Es decir que wuyud es uno, es todo, y si decimos que la realidad es uno, estamos reconociendo que todas las cualidades reales tienen que ser encontradas en su forma más pura, absoluta y no delimitada; solamente en Allah (swt), nuestro Creador.

Alguien entre ustedes preguntó una vez: “¿Qué es el universo?” En Tasawwuf se menciona que existen dieciocho mil universos y, si de alguna manera pudiéramos observar esos universos desde lejos, veríamos el contorno de un hombre, de un ser humano.

“La ilaha illa Allah”, (nada existe sino Allah). Entonces esto que nosotros vemos, que llamamos universo, es algo que está entre Allah (swt), el Creador, y un estado de no-existencia. Es decir, la creación no es Allah (swt), es sólo una manifestación de Él. Cada cosa que existe, cada uno de nosotros, es una manifestación de ese wuyud a través de los atributos, y los atributos se manifiestan en cada uno de nosotros con diferentes intensidades. Algunos tenemos más pasión que otros, algunos somos más generosos que otros, algunos tenemos más ira que otros, algunos somos más sensible que otros; pero todos estos atributos están manifestados en mayor o menor grado en cada uno de los seres humanos.

También tenemos a la imaginación. La imaginación es muy interesante. Desde el momento en que el ser humano existe ejerce una enorme influencia en nosotros, en cada uno de nuestros actos.

En su concepto más rígido, a nivel inferior, también podemos decir que es una facultad específica del alma, que reúne cosas sensoriales que tienen forma o contorno, y la conciencia que no tiene forma, ni se puede ubicar. Es decir que las imágenes de los sueños son percibidas de una forma sensorial, pero están animadas por algo que no tiene forma. Podemos llegar a preguntarnos cómo es que vemos esas imágenes, cómo las percibimos, con qué ojos, cómo es que se forman. El propósito es que a través de esas realidades suprasensoriales, que no son percibidas con los sentidos básicos con los cuales nos manejamos cuando funcionamos en el mundo, es encontrar, extraer un significado a través del sueño.

En el sueño vemos la multiplicidad del mundo externo y la unidad de un sujeto, de un significado, de un propósito. El sueño trae un mensaje para que nosotros lo podamos identificar, cobra forma y tiene un significado, una historia. Ahora, el sueño es una unión, una conexión muy íntima entre este mundo inferior, que llamamos una realidad oscura y la luminosidad del espíritu.

Otro nivel de comprensión de la imaginación es cuando se refiere al reino del alma, siendo, como dijimos anteriormente, una conexión entre el cuerpo y el espíritu. La conciencia en sí es un concepto ambiguo. Si alguien pregunta: “¿Está consciente?”, nos podemos referir a una persona y si despertó de una operación y su mente está superando los efectos de la anestesia; o bien podemos estar preguntando si alguien alcanzó un nivel de santidad, como el nivel de Buda para los orientales. Hablando de la conciencia, entre esos dos extremos, lo que existe es infinito. Y a pesar de que tengamos una manifestación intensa, más real de nuestra conciencia, no se acerca en nada a la manifestación de la Conciencia Divina.

Podemos preguntarnos entonces: “¿Puede el ser humano experimentar la Conciencia Divina, una conciencia pura?” La respuesta es siempre: “Sí y no”.

Tawhid: “La ilaha illa Allah”, significa también que no hay conciencia sino la Conciencia de Allah (swt), entonces si la conciencia humana es nada más que wuyud, como hablamos antes, lo no-delimitado, encontrándose a sí mismo, entonces la respuesta es: “Sí”. Porque esto tiene que ver con nuestro aspecto divino, con la parte que es divina en todos los seres humanos.

En cambio, como todo está definido por esa realidad limitada que es el ser humano, y esa realidad limitada es activa en encontrar ese nivel de conciencia, la respuesta es: “No”.

Sabemos que nadie puede conocer a Allah (swt) sino Allah (swt), pero sí podemos tener acceso a ese nivel de conciencia, a esos conceptos, a través de los Atributos de Allah (swt) que encontramos en el Corán-i-Kerim y en todo lo que existe.

Estos conceptos debemos procesarlos y degustarlos, pues realmente clarifican de una manera extraordinaria nuestra conexión con lo Divino. Cada nivel de conocimiento y de conciencia que adquirimos a través de esos Nombres son accesibles para los seres humanos. Si pudiéramos y tuviéramos el tiempo de observar la Creación de Allah (swt) y apreciar qué es lo que se manifiesta en esa creación de sus Nombres, podríamos rápidamente llegar ese nivel de comprensión del cual estamos hablamos.

Los otros días les relaté lo siguiente: “Dos peces jóvenes estaban nadando y se encontraron con un viejo pez sabio, y le preguntaron: ‘Oh maestro, ¿dónde está el agua?’”. Con esto me despedí aquella noche y con esto quiero despedirme hoy para que vayan asimilando estos conceptos.

 

As Salam ‘alaykum wa rahmatulah wa barakatuh

 

Sohbet de Hajji Orhan Baba. “Acerca de wuyud” (Parte II). Jueves 2-07-2009