Bismillahir Rahmanir Rahim.
Hace un tiempo que venimos tocando temas, individualmente con algunos de ustedes, y a veces en grupo, que tienen que ver con la realidad y nuestra comprensión de la misma. Y este es un tema algo difícil de comprender en este camino, porque aquella realidad a la cual nos referimos en sufismo la comprensión va más allá del intelecto. Y allí comienzan todas esas preguntas ¿Qué quiere decir este hombre, de qué está hablando? Es un tema por demás interesante y es absolutamente necesario comprenderlo intelectualmente.
En sufismo, sabemos, existe una comprensión que está más allá del intelecto. Pero sin el intelecto no podemos comprender estos conceptos. Es decir, no podríamos adquirir estos conceptos y guardarlos, para en algún momento de la experiencia vivirlos y que se conviertan en una realidad dentro de nosotros.
En varias oportunidades toqué este tema y lo quiero hacer una vez más. Sé que la mayoría de ustedes son gente muy educada y conocen estos temas, pero hablemos un poco de lo siguiente: la teoría de la relatividad.
En tal teoría se nos dice, que si pudiéramos viajar a la velocidad de la luz, es decir, a 300.000 km/segundo, sería posible alcanzar distancias que en este momento nos parecen incomprensibles. Y si tuviéramos, insha´Allah, que desarrollar un vehículo que nos permita viajar y, a su vez, sobrevivir en ese ambiente, podríamos llegar a visitar otras estrellas, otros mundos.
Ahora bien, supongamos que queremos visitar a una estrella que está a una distancia de un millón de años luz.
De acuerdo a la teoría de la relatividad, si pudiéramos viajar a la velocidad de la luz, el tiempo dentro del vehículo se torna más lento. Y demos un ejemplo cualquiera, no necesariamente correcto. Supongamos que para llegar a la estrella más cercana a nosotros tuviéramos que viajar a una distancia de un millón de años luz. Siempre es un viaje sin retorno para los que parten. Porque a pesar de que el tiempo transcurre más lentamente dentro del vehículo, fuera del mismo no es así. Es decir, que alguien sube con su familia, ese vehículo se convierte en la casa de ellos, y pasan varias generaciones adentro del vehículo, entre llegar a ese mundo y luego, insha´Allah, regresar dentro del cohete. Quizás ocho o diez generaciones. Es decir, unos doscientos años, medidos desde el punto de vista humano. Puesto que la sexta generación de aquellos que partieron regresa a la Tierra. Pero lo mismo que pedirle al hombre de Neanderthal que de pronto aparezca, hoy día, aquí, en este momento, y nos vea a nosotros como lo estamos haciendo a 12.000 km de distancia. Gente en diferentes lugares, lejos los unos de los otros, todos unidos en una pantalla, y nos podemos comunicar y nos podemos ver. Bien, mientras en la Tierra transcurrieron dos millones de años. Regresarían a un mundo desconocido que ni siquiera pueden saber si va a estar cuando ellos regresen. Ahora mi pregunta a ustedes ¿Cuál es la verdadera realidad en este caso? ¿La del interior del cohete o la de afuera? ………Ambas realidades son correctas. Depende desde qué punto estemos observando. Para los que están en la Tierra la realidad es que pasaron dos millones de años. Y para los que están dentro del cohete son doscientos años. Aclarando que esto es un ejemplo nada más. Para los que están dentro del cohete los doscientos años también son una realidad.
Ahora bien, nosotros sabemos que estas son leyes que dominan el universo. Un aspecto del universo. Son las leyes bajo las cuales nosotros vivimos en estos momentos. Bien, ¿Cuánto tarda la luz del sol en llegar a la Tierra? Sólo 8 minutos y 20 segundos. Y estos 8 minutos y 20 segundos es la luz que viaja a la velocidad de la luz 300.000 km/segundo. Y hay 50 millones de km de distancia del sol a la Tierra. Es decir, que la luz con la cual estamos observando todo también es algo del pasado que llegó aquí. Un ejemplo quizás más claro: cuando miramos hacia los cielos y observamos las luces esas que titilan, en esos hermosos cielos, por ej., de la provincia de Salta y del noroeste argentino. Y ésas luces que miramos ocurrieron en millones y millones de años. Vale decir, que estamos observando algo que recién nos llega y estamos observando algo que ni siquiera sabemos si el objeto que emitió esa luz, se trate ya de un planeta o una estrella, sea lo que sea, todavía existe. De lo único que podemos estar seguros es que ese objeto estuvo allí y en su momento emitió esa luz que llega a la Tierra y todo lo que es el universo, todo lo creado existe, para que este minuto que estamos teniendo nosotros, en este momento suceda, sea así.
Vemos, entonces, que la realidad es algo sobre lo que podemos llegar a debatir. Lo que podemos llegar a debatir es todo aquello que observamos con estos ojos, que podemos ver con esta mente ¿Por qué? Y disculpen por esta noche de ciencia, no tan religiosa, pero pretendo llegar a un punto.
A principios del siglo pasado comenzaron todas estas maravillosas teorías, por ejemplo, con la figura de Albert Einstein, llegamos a percibir y a concebir y a poder ver el átomo. ¿Pero qué sucede? A alguien llamado Lord Rutherford de pronto un día se le ocurre bombardear al átomo con partículas alfa. Y al realizar este procedimiento descubre, que a su vez el átomo que era concebido durante siglos, desde el siglo V, como la base de toda la Creación, lo que constituía todo cuanto existía, que no es verdad. Entonces tomamos este vaso y lo vemos como algo sólido, pero no es así: está constituido por átomos. Y éstos a su vez están constituidos por otras partículas subatómicas. Lo mismo la luz, la lámpara, la mesa, lo que estamos viendo aquí. Más aún, la masa más abundante en toda la Creación es la masa negra o materia oscura. En tanto esta masa negra o materia oscura, que aún no hemos logrado observar, es lo que mantiene a todo esto junto.
Cuando comienzan a ver que el átomo estaba compuesto a la vez de otros elementos menores, como los electrones, y se dan cuenta de que con los elementos que tenemos hoy día no podemos ver lo que es un electrón. Es como algo místico. En cambio podemos establecer teorías y hacer cálculos para ver cuál es el efecto, qué pasa cuando esos electrones se mueven o cambian. Esto se considera el comienzo de la “Física Cuántica”. Pero uno de los mandamientos de la física cuántica consiste en que cuando uno observa un experimento, al observarlo lo modificamos. Ya no pasaría de la misma manera que si dejamos que suceda sin observarlo. Y ahí pregunto nuevamente ¿Cuál es la realidad? Los electrones son indiferenciables, ya que pueden ser lo mismo o diferentes entre sí, porque no podemos establecer diferencias. Es decir, lo que la física cuántica establece es la falta de determinación que existe dentro del mundo de lo físico. Ha roto con todas las reglas que estaban establecidas.
Para un sufí, y aquí lo crean o no, la física cuántica se acerca a Tasawwuf, a sufismo. ¿Por qué? La luz, por ejemplo, está compuesta por unos elementos que son invisibles. No obstante, experimentos han determinado que existen. Sin embargo, estos elementos al observarlos en los experimentos, actúan como partículas que conforman un todo y también actúan como ondas, como lo que es la luz. Ambas condiciones existen en uno.
Nosotros en Tasawwuf decimos, en la teoría de “Wahdat al-Wujud”, la unicidad de Allahu Ta´ala, que todo lo que existe es Él, que lo primero que creó, An-Nur (La luz) procede de Él, no es Él, y no deja de ser Él. Y sin embargo eso permea todo lo que existe.
¿Por qué estoy hablando de estas realidades? Es para dejar establecido que para alcanzar lo que deseamos, la unión con el Creador, antes de regresar al más allá tenemos que atravesar esas barreras que nos impiden ver. Y no podemos ver con estos ojos. Vamos solamente a poder ver con los ojos del corazón.
Para que podamos ver con los ojos del corazón necesitamos abandonar las estupideces de la vida diaria. Nos levantamos siempre con las mismas preocupaciones en general: ¿Qué voy a comer? Me tengo que bañar, me tengo que vestir, tengo una cita, no tengo una cita, voy al trabajo tantas horas, me permiten salir a almorzar entre las 12,00 h y la 13,00 h, pero a las 13,00 h debo estar porque de lo contrario me echan. Y así transcurre nuestro día con todas las cosas que nos rodean del mundo. ¿Cuánta parte, cuántos minutos, qué rato de ese día lo usamos para meditar, para hacer dhikr meditando, recordando al Creador? ¿Por qué no hacerlo cuando nos levantamos, en la mejor parte del día, el último tercio de la noche? Para el horario del salat Al-Fayr, y luego de cumplir con nuestras obligaciones religiosas, o antes, nos sentamos a meditar. Ponemos nuestra mente en tal calma y comenzamos a hacer dhikr entonando el nombre del Señor o en silencio. Y ustedes me preguntarán, ¿Por qué meditar Baba? Pues bien, hay dos herramientas para conocer nuestra religión: el Corán i-Karim, la palabra de Allahu Ta´ala, y el ejemplo de Hz. Muhammad (saws) ¿Y cómo comenzó Hz. Muhammad (saws) este camino, esta religión? Pues meditando. Y lo hizo por lago tiempo en esa cueva, hasta que el Arcángel Gabriel (as) descendió y le trajo su primera Revelación. Una Revelación que tardó veintitrés años en llegar a nosotros. El mismo grado de inclinación que tiene la Tierra en este momento. Y esta época se acabará cuando esa inclinación cambie.
Si hiciéramos meditación como corresponde, un minuto, cinco, de a poco, nuestras vidas cambiarían fundamentalmente. Antes de hacer el dhikr, en los dergahs, es recomendado que los derviches se sienten y calmen su interior antes de hacerlo. Recuerden o de lo contrario quienes están allí les explicarán: La ilaha, la sale del ombligo, va por el lado derecho, sube y La ilaha, “Nada existe”, terminando en el famoso tercer ojo, lo enviamos, ila llah, hacia un espacio entre el corazón y el esternón, en el medio del cuerpo, donde reside el alma, ila llah, “Sólo Allah”. Y dejar y pensar y tratar de concentrarnos en estos dos puntos: en el tercer ojo, y en el lugar donde está el alma, para poner nuestra mente en blanco, y meditar sobre Allahu Ta´ala, sobre Su Creación. Si hiciéramos estas cosas, insha´Allah, avanzaríamos.
Hablando de estas leyes universales, en sufismo existe lo que se llama “El desdoblamiento de la Tierra”. En el Corán i-Karim, en el Surah 27 “An-Naml” (Las hormigas) entre las ayats 38 y 40, se describe el movimiento del trono de la reina de Shiba, en lo que toma guiñar un ojo. En ése Surah, el Profeta Salomón (as) se dirige a su corte, a su gente, y deseo aclarar esto. Decían que uno de los regalos que Salomón (as) tenía, y él era el hijo como ustedes saben del Profeta Dawud (as) era el control sobre el mundo de los genios, el Corán i-Karim nos habla de las dos dimensiones que Allah (swt) creó: al ser humano y a los genios. Y decía que Salomón (as) usaba a los genios para trabajar en sus minas, las famosas minas del rey Salomón (as) cuyas riquezas jamás fueron encontradas. Pero el Profeta Salomón (as) pide a sus jefes, les dice: “¡Dignatarios! ¿Quién de vosotros me traerá su trono antes de que vengan a mí sumisos?” (Noble Corán, Surah 27 An-Naml, ayat 38) Y ella ya estaba en camino para unirse con él. Uno de los jefes de los genios, Said An-Ifrit dijo: “Yo te lo traeré antes de que tengas tiempo de levantarte de tu asiento. Soy capaz de hacerlo, digno de confianza”. (Noble Corán, Surah 27 An-Naml, ayat 39) Y así lo trajo. Lo que tardó en abrir y cerrar los ojos, el trono de la reina de Shiba estaba donde se encontraba el Profeta Salomón (as) y cuando ella llegó allí se encontró con su trono.
Él quería establecer quién era él y quién era ella, antes de irse como lo hicieron.
Eso me lleva a otro tema, que en Tasawwuf, en Islam, se llama Tay Al-Azr, y ese regalo de tele-transportación que hoy día vemos en películas del espacio y demás, le fue otorgado y le es otorgado a los santos que tienen cercanía a Allahu Ta´ala. Eso significa, atravesar la Tierra sin moverse. Así que en otras palabras lo que dicen es que la Tierra se mueve, no la persona. Sino la Tierra se mueve y trae al lugar, a la distancia, al objeto, a la persona, a donde está el santo y no al revés. Hay muchos casos de esto en nuestra tradición.
Los casos más comunes son, desde Hz. Abdul Qadir Al-Jilani (qs) que es uno de los cuatro nombres que mencionamos en nuestro dhikr, y él era el qutub de los qutubs. Hoy día hay un qutub en la Tierra.
Hz. Abdul Qadir Al-Jilani (qs) nació en Gilan, en lo que era Persia antiguamente. Se educó en diferentes lugares. Pasó un tiempo en Jorasán, una ciudad en Asia Central, y luego llegó a Bagdad y se quedó allí hasta el final de sus días. Su tumba está a unos 50 o 60 kilómetros fuera de la ciudad de Bagdad.
Fue un hombre de un increíble conocimiento. Desde todo lo básico de la shari´ah, la escuela de jurisprudencia islámica Hanbali, hasta Tasawwuf. La Orden Qadiriyya desciende de él, de sus enseñanzas, él la inició.
En una oportunidad había alguien que lo estaba escuchando en uno de sus muchos sohbets, estaba sentado frente a él, se llamaba Abu Muali y era un discípulo. Y de pronto, Abu Muali, tenía la necesidad de ir al baño, y por respeto no se quería parar, no quería hacer nada que alterara lo que estaba sucediendo. El santo estaba dando su sohbet y él no quería de ninguna manera levantarse e interrumpir, porque además estaba sentado frente a él. En un momento no aguantó más y decidió irse, porque de lo contrario tendría un problema, un accidente ahí mismo. Entonces comienza a levantarse, mira de reojo y ve que el santo también se estaba levantando. Termina de levantarse y ve que el santo Hz. Abdul Qadir Al-Jilani (qs) le tira sobre la cabeza un chal que llevaba puesto. El discípulo se quedó tapado y cuando se quita el chal de pronto mira y estaba en un increíblemente hermoso valle, rodeado de árboles, sol, plantas, y un río de aguas muy puras que corría por allí. Mira todo eso y no podía creer cómo había sucedido. En fin, ve el agua, va cerca, hace su necesidad, toma su ablución y hace dos rakats de namaz, y cuando está a punto de terminar Hz. Abdul Qadir Al-Jilani (qs) extiende la mano, le quita el chal y el discípulo se encontraba nuevamente frente al santo. Nunca se había ido, pero sí había estado al mismo tiempo en otro lugar. Y cuando está a punto de irse, se da cuenta que no traía consigo las llaves de su casa. Por ende, busca por todos lados, a mirar alrededor de él y dice: “¿Qué ha pasado con estas llaves?” y de pronto recordó que cuando fue a tomar su ablución tuvo que quitarse la ropa y para no perder las llaves las había colgado en las ramitas de un árbol. De todos modos, no las tenía más.
Tiempo después, Abu Muali, sale de viaje por negocios, y de pronto un día llega al valle en el cual él ya había estado, y lo reconoce, lo ve y se dice: “Aquí es donde he estado”. Y empieza a buscar el lugar donde había tomado su ablución y hecho sus dos rakats, busca el árbol y encuentra las dos llaves colgadas. Ese valle estaba a catorce días de distancia de Bagdad.
Hablando de verdaderos sheikhs y para que vean el nivel de este santo.
Cierto día un ladrón entra a su casa y quería robar, pero de pronto se quedó ciego. No es bueno tener esas ideas en casas de estos santos. Y como no sabía dónde estaba ni que podía caminar y tropezaba, hasta que se queda sentado en un rincón.
A la mañana siguiente lo descubren y lo llevan frente al santo. Él lo mira, pone sus manos sobre los ojos y dice: “Este hombre vino a llevarse riquezas de este mundo. En lugar de ello se llevará algo que jamás podrá olvidar”. Puso sus manos sobre sus ojos, la visión regresó, y mientras Abdul Qadir Al-Jilani (qs) lo estaba mirando, volvió a poner la mano sobre él y ese hombre inmediatamente entró al estado de walidiyya, es decir, se convirtió en santo. Y en ese momento uno de los abdal, que son los asistentes del qutub, se había ido al más allá. Y Hz. Abdul Qadir Al-Jilani (qs) lo llevó de la mano, para que el hombre que había sido un ladrón la noche anterior, se sentara con los otros abdals. ¡ia Rahman! ¡ia Rahim! ¡ia Karim!
Cuando hagan el dhikr esta noche, cuando hagan su salat esta noche, pídanle a Hz. Abdul Qadir Al-Jilani (qs), nosotros somos Yerrahis, pertenecemos a la rama de Tasawwuf por eso mencionamos su nombre, es uno de los cuatro qutubs que nombramos en el dhikr, que nos permita alcanzar estados aproximados a este del que estoy hablando. Para que después todos podamos entender cuando hablamos de amor en este camino, cuando decimos “con todo amor” o “amado fulano de tal” o “amada fulana de tal”. Estamos diciendo “amado, amada” en el nombre de Él, a través de Él y por Él. Así es como amamos. No de ninguna otra manera.
Insha´Allah estas palabras hayan sido claras y eficientes. Les ruego me disculpen si no lo han sido. He tratado de dar a entender que hay una realidad más allá del intelecto.
Durante siglos hemos visto a la física con un solo ojo. Ahora estamos obligados a ver a la física cuántica con los dos ojos. Con los ojos que están aquí para entender, y con los ojos del corazón, para darnos cuenta que detrás de todo esto que estamos descubriendo hay una sola explicación, y una sola realidad: la Realidad de Allahu Ta´ala.
Ámense los unos a los otros en Su Nombre, insha´Allah.
Que Allah (swt) acepte todas vuestras devociones, vuestros ayunos, vuestras buenas acciones, y les otorgue todo aquello que es mejor para ustedes. Y les ruego que en vuestros rezos recuerden a este faqir, por favor.
As Salam ´alaykum wa rahmatullah wa barakatuhu.