La verdadera Sumisión

Bismillahir Rahmanir Rahim.

Quería hacerles comentarios sobre este camino.

Hay miembros del Ihvan del dergah de Salta que estaban muy interesados, en algún momento, no ahora, en hacer un viaje a Istanbul.

Todo ello en base a las experiencias que han oído, por parte de Suleyman Baba, y otros allí en Murillo me preguntaron qué debían hacer para prepararse para el viaje, para estar allá.

Imagino que algunos de ellos viajarán por primera vez a Istanbul.

He dicho en muchas ocasiones y lo repetiré una vez más, Muzaffer Efendi (ra) quien también lo dijera en varias ocasiones, sostenía que si él pudiera determinar qué ciudad debería ser  agregada a las tres más sagradas del Islam, agregaría a Istanbul. Por la gente, por los santos, por los mártires, que han partido al Más Allá en esa ciudad.

Y ocurren cosas que son realmente milagrosas. Les conté la semana pasada sobre mi nieta. Que llegó, y también buscando sin saber qué buscaba, se encontró con varias realidades.

Una de ellas fue haber visto a un hombre santo, a un anciano con barba blanca y cabello blanco, que la invitaba al camino. Eso ocurrió frente a la tumba de Hz. Ahmed Raufi (ks) en Üsküdar, donde descansan sus restos.

Él fue uno de los tres Pirs instruido por Ali Kostandili (ks).

Mi nieta no lo sabe, pero allí encontró a su maestro.

Todos tenemos un maestro visible, y otros que nos cuidan en la Tariqa. Esto ocurre con los miembros de la Tariqa. Es uno de los regalos que nos dan.

Algunos de nosotros tenemos sueños, y ella vio, repito, a su maestro espiritual.

Hay dos maneras de aprender en este camino: una es de la mano de la persona, del hermano mayor, del sheikh, del Baba, en el caso de ustedes que tienen a más de uno allí en Murillo. En la provincia de Salta está Suleyman Baba. Por ejemplo, nuestra hermana Nuriyye depende de Murillo.

En el mundo espiritual hay dos niveles. Tenemos el qutub, sus tres ayudantes, los siete que luego vienen debajo, a veces los tres son miembros de los siete, la mayoría de las veces no es así, y debajo de los siete están los cuarenta. Así sería, a grandes rasgos, cómo está compuesto el gobierno divino en la Tierra.

Cuando la identidad del qutub o uno de los tres es descubierta, se va y es reemplazado por uno de los otros.

Son temas que nos interesan pero a su vez requieren de mayor nivel para su correcta comprensión.

Allah (swt) nos pone al lado de aquellos que nos pueden ayudar.

Mi nieta pudo ver a quien la puede ayudar en esta tierra cuando tenía a su lado a nuestros hermanos Yerrahis: Suleyman Baba, Hasana Bayyi, ‘Ali  su esposo, y a una hermosa hermana turca, espiritualmente hablando, llamada Sema Polat.

¿Cómo nos preparamos para este viaje? Nos preparamos de la misma manera en que lo hacemos cuando iremos a ver a alguien de gran importancia en cada uno de los países en los cuales residimos.

Generalmente nos bañamos, nos aseamos, nos ponemos nuestras mejores ropas, nuestras sonrisas y demás, y vamos a reunirnos con la persona de la cual esperamos recibir algo.

El derviche se asea, se perfuma, se pone ropas limpias, para estar en la presencia de aquellos que nos han inspirado en este camino, sin esperar nada. Ésa es la manera de estar preparados. Estar allí en actitud de agradecimiento y sometimiento al Creador, por permitirnos estar en un camino cuyo objetivo es Islam.

Hemos hablado muchas veces de esto. Decimos “yo soy musulmán”. En la mayoría de nuestras bocas es mentira, en el aspecto que musulmán, Islam, sumisión, es el final del camino, es el estado al cual todos aspiramos llegar.

La sumisión comienza en casa, estando frente a quien nos enseña, ayudando en lo que podemos, compartiendo el conocimiento con otros, ayudando en la calle a quien necesita algo.

Mucha gente ve a alguien que está pidiendo en la calle, que parece haberse tomado un par de tragos de más, y que está pidiendo dinero, y dice: “a ese no le doy nada”.

Yo he visto a mi sheikh dar dinero a quien lo pedía, sin fijarse en qué condiciones estaba esa persona. Porque si alguien lo pide, eso ha sido determinado por Allah (swt) y el sheikh obedece y da.

Si la persona que recibe gasta la cantidad que ha recibido en algo halal, pondrá contento al Creador. Y si la gasta en algo haram, tendrá que rendir cuentas, pero eso no es más problema del que da.

El que dio cumplió con lo que Allah (swt) ordena.

Hz. Abu Bakr As-Siddiq (ra) cuando llegó el momento de partir de este mundo repitió algo que había hecho ya una vez en su vida, muchos años antes cuando apenas habían llegado a Madinah Al-Munawarah.

Hz. Muhammad (saws) necesitaba fondos para preparar a su ejército para una de las tantas batallas de supervivencia en las que debieron participar. Y aparece Hz. ‘Umar (ra) con la mitad de todas sus posesiones a entregarle todo al Profeta (saws) a lo que Hz. Muhammad (saws) le pregunta: “Oh ‘Umar, ¿qué es todo esto?” Le responde Hz. ‘Umar (ra): “Mensajero de Allah, esta es la mitad de todas mis posesiones”.

Hacen el salat, a la mañana siguiente hacen el salat Al-Fayr, y Hz. Abu Bakr (ra) no aparecía. Entonces el Profeta (saws) manda a preguntar por qué motivo Hz. Abu Bakr (ra) no estaba ahí. Y cuando van a su casa lo encuentran cubierto con dos palmeras. Estaba desnudo y solamente cubría sus partes íntimas con dos hojas de palmera. Y le preguntaron: “¿Por qué estás así?” y les dijo: “Porque Hz. Muhammad (saws) pidió que lo que no necesitará se donara para armar al ejército.” Y él simplemente entregó todo lo que tenía.

¿Me explico? ¿Los niveles de comprensión? Lo mismo sucede con nosotros personalmente, pero no estoy hablando de propiedades materiales. Estoy hablando de entrega personal al camino de retorno a Allah (swt) en vida.

Y tenemos que decidir si queremos ceder el cincuenta por ciento, un estado altísimo, no le quiero quitar ningún mérito a Hz. ‘Umar (ra), sólo que a uno le fue permitido entregar el cincuenta por ciento y al otro el ciento por ciento.

Cuando llega al final de su vida Hz. Abu Bakr As-Siddiq (ra) estaba rodeado de sus íntimos, incluyendo a Hz. ‘Aisha (ra) y le preguntaban cómo quería que envolvieran su cuerpo. Él dice: “Oh ‘Aisha lava esto. Tiene perfume. Lávalo por favor.” Y le entrega un pedazo de tela. Ella le dice: “Pero esto está usado, está viejo.” Y Hz. Abu Bakr (ra) le dice: “¿Acaso necesitaré algo nuevo en el Más Allá? Usa esto”. Y con eso quiso decirle que tapara las partes que cuando uno parte al Más Allá empiezan a salir cosas: la nariz y la boca. Y con otras dos piezas un poco más nuevas taparon el resto del cuerpo. Así está allí, en Madinah Al-Munawarah.

Según parece, a algunos de nosotros cuando tenemos problemas, nos gusta regresar al pasado y buscar personas que no están más aquí. A menos que estemos en el nivel sexto de nuestro camino espiritual.

No es posible para nosotros comunicarnos con aquellos que no están pero están.

El resto de nosotros debe seguir a quien sabe más. A quien tenemos frente a nuestras narices.

Allí en Murillo lo tienen a Sefer Baba, tienen a varios Babas, hombres y mujeres.

En la provincia de Salta tienen a Suleyman Baba, y ruego que Allah (swt) le otorgue la compañía de aquellos que progresen en este camino, hombre o mujer. En nuestro camino no existen las diferencias esas acerca del género, si es hombre o mujer.

Hz. Rabi’ah Al-Adawiyyah (ra) tenía un estado espiritual tan alto que cuando Hz. Hasan Al-Basri (ra) se encontraba frente a ella decía de sí mismo que se encontraba en bancarrota espiritual.

Así es que con muchísimo cuidado hablamos de estos temas. De lo que hablamos, en todo caso, es del alma. Y el alma no tiene sexo.

En la época de oro de nuestra religión, espiritualmente hablando, alrededor del siglo XI y parte del siglo XII, existieron seres excepcionales.

Uno de ellos, Hz. Sayyid Abdul Aziz Ad-Dabbagh (ra)  es descendiente de la familia de Hz. Muhammad (saws). Él vivió en Fez, Marruecos, una tierra que no conozco, pero que ansío un día pasar a conocer y rezar en la tumba de estos santos que han vivido allí.

Ustedes saben que eso fue parte del itinerario de Hz. Ibn Arabi (ra) y de allí fue hacia las tierras de Meca (Arabia Saudita) y Egipto, y terminó en Damasco (Siria).

Este santo Hz. Abdul Aziz (ra) tenía un nivel espiritual increíble. Y por eso quiero relatarles un par de historias de su vida.

Cierta vez alguien lo quería visitar, y al verlo, en su presencia quedó absorbido por el estado espiritual de este hombre santo. Lo mismo que le ocurriera a Hz. Pir Nureddin Al-Yerrahi (ks) cuando conoció a Hz. Ali Kostandili (ks).

El visitante se quedó, lo conoció, estuvo por espacio de diez días y luego regresó a su casa, la cual se encontraba a cuatro días de distancia de la ciudad de Fez.

Regresa a su tribu y un tío de este hombre hizo algo totalmente reprensible, totalmente fuera de lugar, totalmente haram. Un grupo de veinte personas conocía el acto reprobable que había sido cometido.

Hecho que desencadenaría una posterior guerra entre tribus, que terminaría destruyendo todo cuanto él conocía.

Este principiante de derviche salió corriendo al desierto y empezó a rogar y rogar, pidiendo ayuda al santo. Pasó así unos días en el desierto rogando entre lágrimas, y cuando regresa a su tribu se da cuenta de que todo el problema que había existido había cesado por completo.

Era como si la gente lo hubiera olvidado. No reaccionaban.

Y cuando alguien quería contarle a otro, en secreto de lo sucedido, el tercero ignoraba lo que escuchaba como si de una mentira se tratara.

Estoy hablando de la sutilidad del mensaje.

En otro momento, este santo, le pide al relator de su biografía que lleve dos qurbanes. Algo así como lo que hicimos recientemente en Murillo y en Salta. Pero en este caso eran vivos.

Mi hermano ‘Abdullah y mi hijo Suleyman Baba se han encargado de hacer el qurban en Salta, y entiendo que lo han servido esta noche como parte de la cena. Y agradezco que hayan accedido a mi pedido de que hoy se comiera el qurban.

¿Por qué insistí con eso? Simplemente porque es un acto de agradecimiento. Y el fin de semana pasado ayunamos porque Allah (swt) permitió  que se diera el adelanto, gracias a la generosidad de ciertos hermanos, para comprar una propiedad en Colegiales.  Por ello ahora tenemos ciento veinte días para firmar el contrato de venta, entregar el monto final, y luego comienza la tarea de diseñar lo que usaremos. Tarea que demandará unos dos o tres años, de acuerdo a los medios que tengamos. Cuando eso ocurra, el dergah en Murillo donde están ustedes, será vendido Insha’Allah con el esfuerzo de todos.

Cada uno que trabaje en eso, a que eso sea posible, está colocando un ladrillo para su castillo en el Más Allá.

Yo recibí la bendición de poner un par de ladrillos en el dergah de Spring Valley, New York. Ahora el regalo es para todos ustedes, allí Insha’Allah.

Y espero que un día también sea posible en la provincia de Salta. Y en Santiago de Chile Insha’Allah. Y ¿Por qué no? En la provincia de Corrientes, un dergah o una mezquita o una habitación pero que sea nuestra. Le pedimos a Allah (swt) que haga posible, que haga realidad esto.

 

Bien, con eso de los dos qurbans, nuestro hermano relator buscaba a alguien que los pudiera llevar.  Pues ir con las ovejas haría muy lento el traslado, y ellos querían llegar a donde estaba el sheikh.

Él no encuentra a nadie más que a su hermano, que podía ir con los que estaban llevando el rebaño de ovejas, entre ellos los dos qurbans, y llevarlos donde el sheikh.

Mientras tanto, el tiempo transcurre y el  relator llega a donde estaba el sheikh, y éste le dice: “A mitad de camino, entre tu casa y este lugar, vive nuestro hermano (y menciona el nombre) deja un qurban para ellos y el otro me lo traen a mí”.

El relator se queda unos días, encuentra a su hermano con el rebaño de ovejas, toma los dos; deja uno en la casa del discípulo del sheikh, y el segundo qurban se lo hacen llegar al sheikh.

Cuando dividen lo que enviarían el derviche dice: “Vamos a quedarnos con el más flaco y enviaremos el más gordo al sheikh.”

Así es que eligen uno y se lo quedan. El otro era para la fiesta del ‘Id, del Hajj.

Al llegar el sheikh los mira y les dice: “Me trajeron el peor de los dos corderos.” Y le explican: “No mi sheikh, este es el más flaco y trajimos el más gordo.” El sheikh dice: “Toda la gordura de este no sirve, no es comestible. No sirve esa grasa”.

Cuando el sheikh mira al hermano del relator le dice: “Ven, siéntate a mi lado. Tú quieres un hijo ¿No es cierto? ¿Qué pasa?” El muchacho responde: “Hace quince años estoy casado con el amor de mi vida, pero no puede quedar embarazada. Hasta llegó a pensar que el estéril soy yo.” El sheikh entonces le dice: “Acércate”.

Y lo mismo ocurre cuando uno visita el lugar de la tumba de  Telli Baba (ks) en Istanbul.

La gente visita el lugar donde descansan sus restos y las súplicas para quienes tienen problemas de concebir son otorgadas. Yo soy testigo de uno de ellos.

Pareja unida en matrimonio que hacía como quince años no tenían hijos y cuando fueron allá tuvieron dos.

Entonces este sheikh le dice al que había llevado el qurban: “Siéntate. Tendrás un hijo varón. ¿Qué nombre le pondrás? El hombre respondía con el adab esperado en un dergah y dice: “Mi sheikh, usted sabe más. Usted elija el nombre.” Y el sheikh dijo: “Llámalo Rahhal.” Un nombre rarísimo que no se conocía en la tribu.

Se quedó sorprendido pero eso fue lo que el sheikh dijo.

Así es que va a su casa, se entera que su esposa estaba embarazada, él no lo sabía, pues había pasado largo tiempo llevando el rebaño. Y cuando nace el bebé, le da el nombre y su esposa y todo el mundo se sorprendió.

El nombre en árabe significa “aquél que parte, que se va”.

Y así fue. El niño nació, vivió tres años y Allah (swt) se lo llevó al Más Allá. Un alma bendecida, no tuvo tiempo de cometer pecados.  Se lo llevó tan puro como había llegado al mundo.

Sin ninguna, duda este señor y su esposa quedaron muy tristes. Volvieron a ir con el sheikh para saber si era posible para ellos volver a tener hijos. Y el sheikh les dijo: “Sí, pero ahora vendrá un varón que no se volverá a ir”.

Esto sólo aquellos de un estado espiritual elevado pueden llegar a hacer.

Así era mi sheikh Muzaffer Efendi (ra) y así también fue mi sheikh Sefer Efendi (ra).

Y ustedes dirán ¿qué milagros han sucedido? Pueden preguntar por muchos allá en Istanbul.

El mejor amigo y hermano de mi sheikh Sefer Baba (ra) se llamaba Kemal Baba, yo lo conocí.

Las kasidas de Kemal Baba no tienen comparación, así de hermosos como son los de mi hermano ‘Isa. Tanto más hermosos eran los de Kemal Baba, porque de alguna manera él movía el sonido entre la garganta y la nariz. No sé cómo lo hacía.

Si ‘Isa va a Istanbul pregunten allá si alguien puede enseñarle ese método.

Esa técnica le permitía Kemal Baba extender el sonido. Una voz maravillosa.

La única razón por la que Sefer Baba (ra) fue superior a él, se debió al hecho de que Sefer Baba (ra) ingresó primero al dergah y tomó mano con Fahreddin Efendi (ra). Inmediatamente lo seguía Kemal Baba. Fueron más que hermanos, amigos toda la vida.

Llega un momento en el que Sefer Baba (ra) estaba enfermo y Kemal Baba le dice: “Yo te regalo el esto de lo que me queda a mí en este mundo.” Sefer Baba (ra) lo miró y sonriendo le dijo: “Eso no es necesario”. Kemal Baba replicó: “Sí es necesario, porque tú serás el sheijh en el Asitane cuando Muzaffer Efendi parta al Más Allá, y necesitarás estar aquí”. A los pocos días Sefer Efendi (ra) fallecía.

Ese mismo regalo le fue dado a otra persona que está viva, no la nombraré ahora, por la misma razón, porque esa persona que es un sheikh necesitaba guiar a más gente en el camino al Más Allá.

Ustedes dirán, “Baba esas cosas son extrañas para creer.” Yo los entiendo. Pero también es extraño lo del gobierno divino. También es extraño pedirles a santos que nos ayuden, que intercedan por nosotros ante Allahu Ta’ala, para que nos otorgue aquello que nosotros queremos, deseamos o necesitamos. Y si eso es posible, estas otras cosas también lo son.

Por lo tanto, aquellos que vayan a Istanbul, si desean estar preparados; simplemente hagan la intención, hagan dos rakats nafile de namaz, tomen ablución total antes de partir hacia el aeropuerto, y vayan así, con el cuerpo y el corazón limpios. Esperando nada más que expresar el agradecimiento que ustedes sienten o sentirán Insha’Allah por estar en ese lugar con esa gente.

Cuando estén frente a Hz. Pir (ks) pídanle que interceda por aquello que ustedes necesitan, pues allí los pedidos son otorgados.

Otro lugar que me gusta a mí es, dicho por nuestra hermana Nuriyye, Sokollu Mehmet Pasha, está a media cuadra de donde se hospedarán ustedes, bajando la colina, ahí nomás. Ése es otro de los lugares en donde los pedidos que uno hace son otorgados. Muzaffer Efendi (ra) los nombra en su libro “El jardín de los derviches”. Léanlo, porque allí está la lista de los otros lugares que pueden visitar. Sefer Baba se encargará de llevar a la mayoría de ellos.

Visitarán Bursa, también Konya, donde se encuentran los restos de Hz. Rumi (ks). Limpien su interior y esperen nada. Digan ¡Sukran Allah, Shukran Allah, Shukran Allah! Y nada más.

Reciten “La ilāha illa lah” y vivan en estado de dhikr mientras estén allí.

Agradezco a Allah (swt) me haya permitido transmitirles a ustedes cuál debe ser el estado del derviche: desear estar más cerca de Allahu Ta’ala, cada día un poco más. Hasta que Allah (swt) nos permita llegar a ese estado de “desear no desear”, y luego ese estado también desaparece. Amin.

As Salam ‘alaykum wa rahmatullah wa barakatuh.

 

Sohbet Hayyi Orhan Baba – Sábado 21-10-2017 – La verdadera sumisión a nuestro Creador