Nur Muhammadi

 

Bismillahir Rahmanir Rahim

 

Quería hacerles un breve comentario acerca de una hermosa descripción de este Camino que uno de ustedes hizo en un e-mail. En el mismo se mencionan dos situaciones, esta persona piensa, medita, reflexiona en su búsqueda, y luego, sin tener ninguna conexión conmigo, esas preguntas son respondidas en los sohbets. Y quiero decirle a esa persona y a todos ustedes que eso es algo que sucede frecuentemente, no siempre, pero con frecuencia en este Camino cuando la conexión entre dos personas es de corazón a corazón.

En este Camino, como en todos los caminos, los inicios despiertan un tremendo entusiasmo. Entonces queremos hacer todo y por duplicado, y aún más.  Al comienzo queremos rezar todas las horas, en vez de hacer cien salawats harían cinco mil, etc. Y cuando hacemos esos comentarios y deseos, que son divinos y están perfectos, no tenemos en cuenta que estamos hechos de carne, y ésta manda, hasta que luego de mucho, mucho trabajo la parte espiritual se convierte en el aspecto predominante de nuestro ser. Pero ello demanda esfuerzo continuo, perseverancia, esfuerzo, crecimiento, disciplina; porque todos, en algún momento, flaqueamos en nuestras intenciones, y decimos: “No estoy seguro, no quiero o es demasiado.” Y lo que es interesante es que, a gente de nuestro Camino, y lo he visto muchas veces, gente con muchos años en esto comienza a flaquear y desaparece. Es una pena tirar por la ventana tanto esfuerzo.

Cuando la conexión de corazón a corazón se va debilitando, y algunos de nosotros dejamos ese teléfono espiritual descolgado como para no responder a quien pregunta por nosotros, y para no responder a nosotros mismos. Esa conexión se va debilitando y, en algunos casos, se corta. Insha’Allah que el Creador nos preserve de eso.

En este Camino, como en todos los caminos espirituales, hay pruebas. Allah (swt) nos presenta esas pruebas para que podamos aprender, pero principalmente para que podamos vernos a nosotros mismos, saber dónde estamos, y qué tenemos que corregir para continuar. De lo contrario se convierte en una escuela donde uno memoriza cosas que no comprende.

La otra parte del e-mail que me pareció muy bien expresada fue la siguiente. “Baba, muchas veces cuando usted habla, sus palabras, sus pensamientos, sus enseñanzas quedan, y se guardan en el cofre de los tesoros. Y quedan allí hasta que, en algún momento, en nuestras vidas, algo sucede que nos permite pensar y buscar. Abrir ese cofre, buscar y tomar lo que necesitamos.” Y es, entonces, cuando esos conocimientos se hacen carne y allí es cuando realmente aprendemos. Así es este Camino. Para aquel que quiera aceptar estas normas, repito, es un Camino con pruebas, pero es una aventura maravillosa. Y aquel que prefiera ceder a los deseos de la carne y poner excusas tales como: “No voy porque fulano no me gusta, o porque esta persona no me saluda, o porque esto sucede y lo otro sucede.” Uno no va al dergah a mirar qué camisa tiene el tipo que está enfrente. Vamos al dergah por otros motivos.

Durante todas estas semanas he estado hablando del origen de la Creación, del Nur Muhammadi. Y creo que es importante aclarar el concepto de Nur, de Luz, que es tan importante en nuestra religión, a tal punto que hay una Surah del Corán i-Kerim donde se habla del Nur. Allah (swt) es wajib, ¿y qué es wajib? Es aquello que es absolutamente esencial, pero estoy hablando de wajib desde nuestro punto de vista, porque necesitamos comprender, pues Su existencia es absolutamente necesaria para todo aquello que es mumkin, es decir, lo que puede ser necesario o no en la existencia. Pero Allah (swt) es wajib porque todas las posibilidades de la existencia dependen de Él. Es la Luz de la luz, la Luz que todo lo ilumina. Si cierran los ojos y pueden imaginarse un mundo sin luz se darían cuenta de que no podríamos observar nada.

La Luz de Allah (swt) sobre Su Creación permite la visualización de todo lo que Él ha creado. Este un pensamiento muy simple, muy claro, comparado en esta dimensión con el sol que cuando se pone todo es oscuro.

Sin embargo, Allah (swt) creó con esa luz otra Luz, una Luz que tenía consciencia, que es única, que unifica, que no es material, no es algo que podemos tocar. No tiene multiplicidad y se conoce a sí misma y conoce la causa de su creación. Esa es la Luz Primordial, el Nur Muhammadi.

Ahora bien, Allah (swt) envió desde el comienzo de la Creación diferentes revelaciones que, luego nosotros para preservarlas, las hemos expresado por escrito, como “Los Salmos” a Hz. David (as), “La Torah” a Hz. Musa (as), el Antiguo Testamento, todo estos están contenidos en el Corán i-Kerim. Todas las Escrituras Sagradas que Allah (swt) reveló están en el Corán i-Kerim. Y todo lo que está contenido en el Corán i-Kerim está a su vez contenido en la primera Surah, Al-Fatiha, que significa “La apertura.” Todo lo que está contenido en esta Surah se encuentra contenido en la primera frase, en el Basmalah: “Bismillahir Rahmanir Rahim.”  Todo lo que está contenido en la misma se encuentra contenido en la primera letra ba (ﺏ), y todo, a su vez, se encuentra contenido en ese punto.

Hay una frase que proviene del Creador: “Todo lo que ha sido, ha sido a través de Mí. Y todo lo que será, será a través de Mí.” Entonces, la esencia de la esencia está en ese punto, debajo, en la letra ba (ﺏ).

El Profeta Muhammad (saws), como ustedes recordarán, decía: “Yo soy la ciudad del conocimiento y ‘Ali es la puerta de entrada de esa ciudad.” Esto confirma aquello de lo que hablamos, de que el conocimiento es un punto. el hombre el ser humano, necesitó poner un punto al lado de otro y crear letras para poder leerlas y poder adquirir conocimiento.

Lo que llamamos materia es todo aquello que depende de la percepción con nuestros sentidos para su existencia, porque si no utilizamos nuestros sentidos para percibir la existencia de lo material, entonces no existiría para nosotros. En todos los casos lo material tiene un largo, un ancho, y profundidad.

Es importante tener presente esto, porque para comprender la inteligencia y comprender el alma, que son invisibles, tenemos que entender que la existencia permite la manifestación de esto que es invisible en esta dimensión. Nosotros vivimos en el reino de la percepción con nuestros sentidos. Nuestro ser material es de este mundo, de la percepción. Este mundo es lo opuesto al mundo espiritual, llamado Malakut.

Malakut incluye todo aquello que es invisible, aquello que es espiritual, todos esos seres incorpóreos, a todas las abstracciones. La llave del conocimiento y la llave para estos secretos del Malakut es nuestra habilidad para distinguir entre uno y otro.

Lo que es común y crea unidad en cada una de estas dimensiones es que todas las cosas que son materiales están relacionadas con nosotros, por ejemplo, todos los seres humanos estamos relacionados los unos con los otros, simplemente porque nuestros cuerpos están hechos de algo mineral. Sin embargo, hay cualidades de esto que separa a uno del otro, porque si esta separación no existiera no podríamos comprenderla. En otras palabras, aquello que es parte de la Verdad Absoluta no puede ser otra cosa que la Verdad Absoluta. Por ejemplo, el número cuatro es un número par y está relacionado con todos los números pares. Esa relación la podemos aplicar a todo lo que vemos en este mundo material, y es necesario para que podamos comprender aquello que existe. Pero, como dijimos al principio, hay partes que son wajib, que hacen absolutamente necesaria la existencia del mundo que nosotros percibimos, y en el mundo que percibimos hay cosas que son mumkin, es decir que en algunos casos su existencia es necesaria, y en otros casos no lo es.

Y, por último, en un tercer nivel se encuentra aquellos que es mumtani, la negación de la existencia. Estamos estableciendo esto a un nivel muy bajo para poder comprender otros niveles con los cuales continuaremos en los próximos sohbets. Por ejemplo, es absolutamente necesario que tengamos un cuerpo para existir, eso es wajib. Lo que es mumkin, por ejemplo, es estar parado o estar sentado, estar dormido o estar despierto, y así con todo. Y lo que es imposible para nosotros es ser otra cosa que no somos.

¿Qué sucede cuando no podemos o queremos dividir aquello que no es posible dividirse? Como el átomo. Todo está compuesto por átomos, pero el átomo no tiene espacio ni tiene tiempo, sin embargo, todo lo que nos rodea tiene estas dos dimensiones. Algunos con mayor densidad, otros con menor densidad. Todo, donde estamos sentados, donde nos apoyamos, las paredes, los cuadros, los muebles. Todo está compuesto por átomos. Y hay espacio entre átomo y átomo. Y el átomo tiene un núcleo, ¿percibimos todo eso? El punto es que hay una realidad que los sentidos nos permiten observar, y está la realidad que nuestros sentidos no nos permiten observar. Pero es una realidad de la que estamos rodeados en todo instante. La Tierra está compuesta por átomos. El Universo está compuesto por átomos. Todo lo que existe está compuesto por átomos y con los cuales nosotros no tenemos ninguna relación, porque por más que nos demos vuelta y queramos tocar las paredes sobre las que están nuestras espaldas apoyadas percibiremos algo que es sólido, y que podemos ver a través de esa luz, el Nur Muhammadi que permite al resto de la creación existir, y entonces el sol ilumina o crea lo necesario para que nosotros podamos ver la existencia creada por Allah (swt).

Allah Al-Bari’, el Creador de Formas y Contornos, no está limitado por espacio ni tiempo. Al contrario, Él creó el espacio y el tiempo. Él existía antes del comienzo y existirá luego del final. No es posible comprender al Creador intelectualmente. Y, en el caso de los átomos, si pudiéramos asignarle un lugar, inmediatamente lo opuesto comenzaría a existir, algo así como la materia y la antimateria. El problema es que ambas cosas no pueden existir en el mismo espacio, porque se aniquilarían mutuamente.

El átomo es la esencia de lo material que existe en nuestra dimensión. El alma, la suprema inteligencia, es la esencia de nuestra vida, pero proviene de la otra dimensión, del Malakut. Y ambas dimensiones se unen en cada uno de nosotros, es por eso que somos Sus khalifas en esta creación. Es por eso que tenemos la obligación de adorarlo, de trabajar para Él, de servir a Su Creación.

Este es un tema tal vez un poco tedioso para algunos, pero necesario comprender para saber de dónde venimos y hacia dónde podemos ir, porque la liberación de la carne es, justamente, caminar en sentido opuesto a lo que la carne pide.

 

As Salam ‘alaykum wa rahmatullah wa barakatuh.

 

Sohbet de Hajji Orhan Baba. “La Luz de Allah (swt). La Luz de Muhammad (saws). El mundo espiritual.” Jueves 26-02-2015