Bismillahir Rahmanir Rahim
Una de las cosas más maravillosas, es un milagro, ustedes saben, ocurrió en este mes. Fue trascendental en nuestra religión, Islam. Fue un hito porque marcó un momento en el cual aquellos que tenían en sus corazones la verdadera fe se quedaron, y aquellos que no creyeron en lo que Hz. Muhammad (saws) les dijo se retiraron de Islam.
El tío del Profeta (saws) Abu Talib (ra) estaba casado con Fatimah. Ella se había hecho musulmana antes o después de que el marido murió. Tuvieron una hija de nombre Umm Hani, quien también se había hecho musulmana. El Profeta Muhammad (saws) era muy cercano a Umm Hani, le agradaba frecuentar la casa de ella, rezar y mantener las relaciones que se tienen en toda familia.
Una noche el marido de Umm Hani, de nombre Hubairah, que no quería saber nada con la religión, pero le daba la bienvenida al Profeta (saws) cuando llegaba a su casa, y como ustedes saben, había una persecución muy intensa por parte de los Quraysh, entonces aquellos que lo invitaban a Hz. Muhammad (saws) también corrían peligro de ser agredidos por ellos que querían cortar de raíz esta nueva religión, porque les quitaba a ellos el poder de hacer negocios.
Meca era un punto en las caravanas provenientes del norte de Siria, lo cual incluía a Bizancio y en camino hacia Yemen que venían de la India y llevar a su vez mercaderías que vendían en el intercambio.
Las gentes que integraban las caravanas también traían sus dioses, sus ídolos, en los que ellos creían y los dejaban en la Ka’ba, hasta tal punto que decían que había trescientos sesenta ídolos. Y de pronto aparece Hz. Muhammad (saws) diciendo que hay un solo Dios que no podemos ver, que no está y está en todos lados, y estos ídolos son simplemente piedras o maderas que no tienen ningún poder en absoluto.
Pongámonos en el lugar de esta gente. Desde el punto de vista mundano lo que hacían era proteger sus medios de vida.
Regresando a Umm Hani, una noche el Profeta (saws) hizo el Salat Al-‘Isha junto con todos ellos y ella lo invita a quedarse en la casa, y él acepta contento. Se van a dormir, y al poco tiempo se levanta y se dirige hacia la Ka’ba, porque le gustaba rezar de noche. El cansancio se apoderó de él en un momento, y en un lugar llamado hijr. Los que han estado allí recordarán lo que queda, la pequeña pared que había sido el refugio del Profeta Abraham (as), y allí el Profeta (saws) se queda dormido. El arcángel Gabriel (as) lo trata de despertar, pero no ve a nadie alrededor y vuelve a dormir. Vuelve Hz. Gabriel (as), lo trata de despertar, el Profeta (saws) se levanta, no ve a nadie y vuelve a dormir. La tercera vez Hz. Muhammad (saws) se queda despierto y vuelve a aparecer el arcángel Gabriel (as) en una forma y dimensión humanas, con un animal que era sin ninguna duda celestial, mezcla de equino, mayor que un burro y menor que una mula, y el arcángel Gabriel (as) lo invita a montar. Buraq al principio tenía un comportamiento arisco, no quería que lo montaran. El arcángel Gabriel (as) lo reta a Buraq y así el Profeta Muhammad (saws) lo pudo montar. Cuando así lo hace comienza la trayectoria, y no vamos a hablar de tiempo, porque no creo que sea necesario en este momento, pero eran pasos gigantescos los que daban dirigiéndose a Jerusalén. Al llegar los estaban esperando todos los Profetas en el Domo de la Roca. Hz. Muhammad (saws) dirige el rezo al frente de todos ellos. Luego le presentan dos jarras, otros hablan de tres; una contenía agua, otra contenía leche y otra contenía vino. El arcángel Gabriel (as) le pide a Hz. Muhammad (saws) que elija una de ellas, y él elije la que contenía leche, por lo cual lo felicita y le dice el arcángel Gabriel (as) que él ha sido guiado hacia el camino primordial, lo cual nos otorgó protección. Asumiendo que fueran tres jarras, si hubiera elegido el agua, todos hubiéramos muerto ahogados. Si hubiera elegido el vino, todos estaríamos por el mal camino, y desde ese momento el vino fue declarado prohibido para los musulmanes, al igual que todas las bebidas alcohólicas.
Desde el Domo de la Roca, Hz. Muhammad (saws), montado en el Buraq empieza a ascender, pero no ya en una forma humana, y esto es difícil de comprender. Si él no tenía una forma humana, ¿para qué necesitaba el Buraq y al arcángel Gabriel (as) acompañándolo en todo momento? Son cosas que Allahu Ta’ala decidió y no olvidemos que el Buraq también es un ángel celestial.
A medida que Hz. Muhammad (saws) ascendía, hacía sólo unos instantes había estado en Jerusalén dirigiendo el rezo frente a todos los Profetas que estaban en su forma humana. Y ahora, ascendiendo al Paraíso en los diferentes niveles, los ve en su forma espiritual con un esplendor que es indescriptible. Por ejemplo, cuando ve al Profeta Yusuf (as), todos recordarán que él tenía una increíble belleza, a tal punto que todas esas mujeres que fueron invitadas a esa famosa cena lo ven, estaban pelando frutas y se quedaron tan ensimismadas por su belleza física y espiritual, que emanaba de su rostro y de su ser, que se cortaron los dedos. Y cuando Hz. Muhammad (saws) lo ve dice que su belleza era tan indescriptible, como si la mitad de toda la belleza que fue asignada a esta dimensión estuviera representada en el Profeta Yusuf (as). Pero no se detiene en eso, también dice que el Profeta Aarón (as) era de una increíble belleza. Todo lo que él vio lo hizo con el ojo del espíritu.
Un ser humano que tenía su vida en forma humana, esperándolo donde había partido, y su forma espiritual estaba ascendiendo. Hubo otros casos de otros Profetas que fueron enviados, de acuerdo a nuestra creencia en vida, a estos niveles: el Profeta Enoc (as), que algunos dicen que es Al-Khidr (as), el Profeta Jesús (as), quien está en esos niveles del Paraíso, esperando a que llegue el final de nuestra existencia terrenal, y regresará por orden de Allahu Ta’ala para probar el amor con una mujer. Pero esto no hace referencia, por supuesto, a sexo, y espero que de ninguna manera eso sea así interpretado. Estoy hablando del amor, de nuestra esencia entre un hombre y una mujer, para que él sea completo. Lo mismo ocurre con las mujeres. Es el misterio de nuestra existencia. Allah (swt) nos ha creado no solamente para reproducirnos, sino para tener esa experiencia, de unirnos en uno. Para aquellos que todavía continúan solteros espero recuerden estas palabras y quizás puedan llegar a encontrar la persona con la cual puedan compartir esta existencia terrenal y que los llegue a corresponder en amor para así completar su fe.
Finalmente llegan al Árbol de Loto que es el límite de todo lo creado. No podemos intelectualmente imaginar algo así. Las raíces de ese árbol están en el trono de Allahu Ta’ala. Es allí donde Hz. Muhammad (saws) dice que él fue Profeta cuando Adam (as)) estaba entre el agua y la arcilla, porque ve la Luz Primordial. Allah (swt) envía una luz que cubre todo absolutamente y el Profeta (saws) puede llegar a ver esa luz sin parpadear, sin ser absorbido por tamaña experiencia. Podemos imaginar este tipo de cosas, pero mejor busquemos en el Corán i-Kerim la descripción de esos momentos.
El Profeta (saws) llega a esa dimensión donde el arcángel Gabriel (as) le advierte que más allá no podrá pasar porque se extinguiría, y Hz. Muhammad (saws) continúa con esa invitación de estar tan cerca del Creador. Ningún otro ser creado ha tenido esa experiencia, nunca jamás.
Sabemos que Allahu Ta’ala no puede descender a esta dimensión porque Él le demostró al Profeta Moisés (as) que al manifestarse en la montaña que estaba al lado del Monte Sinaí, la misma desapareció. Es decir que esta dimensión no puede soportar la visión del Creador. Cuando menciono esta dimensión hablo de todo lo creado, y no se trata solamente de lo que nos rodea, sino todas las demás que existen entre esto que percibimos con nuestros sentidos y aquello que forma parte del mundo espiritual. Más allá de todo eso sólo Allah (swt) conoce lo que existe.
Hz. Muhammad (saws) estuvo a una distancia de dos arcos del Creador, y ellos intercambiaron noventa mil palabras. Treinta mil son solamente para ellos dos. Nunca jamás eso fue revelado. Las segundas treinta mil palabras fueron para la élite, para los santos, para los seres espirituales muy avanzados, que han existido, continúan existiendo y continuarán existiendo hasta el Día del Juicio Final. Y las treinta mil palabras restantes son para nosotros, para nuestra guía, para nuestro aprendizaje, y para nuestra obediencia al Creador.
Luego de eso Hz. Muhammad (saws) desciende hasta donde estaba el Árbol del Loto, y ahí se encuentra nuevamente con el arcángel Gabriel (as) y Buraq, quienes lo llevan al Domo de la Roca. Allí estaba su figura humana. El arcángel Gabriel (as) lo acompaña de Jerusalén hasta Meca, lo deja donde estaba la Ka’ba y Hz. Muhammad (saws) retorna a la casa de ‘Umar ibn Al-Khattab (ra). Llegó allí, de acuerdo a las palabras de Umm Hani, un poco antes de la hora del Salat Al-Fayr. Toma su ablución y realizan todos juntos dicho salat. Luego él comienza a relatarles a todos lo que le había sucedido.
Nuevamente, a ver si podemos saborear esa situación. Tenemos a seres humanos que se habían ido a dormir y lo habían visto a Hz. Muhammad (saws) que se había ido a dormir con ellos. Él se levantó, fue hacia donde estaba la Ka’ba, les dice que desde allí viajó hasta Jerusalén y que de allí ascendió a los siete niveles del Paraíso hasta el Árbol de Loto y estuvo con el Creador. Regresa a Jerusalén y de allí a Meca, y todo eso en un término de horas. Umm Hani oyó todo eso y le dijo: “¡Oh, Profeta de Allah! No les digas esto porque no te creerán.” Él se levantaba para hablar, tenía un saco y ella tiró del mismo con tal fuerza y desesperación que la parte superior de su cuerpo quedó descubierta. Hz. Muhammad (saws) le dice: “Sí, eso es lo que intento hacer.” Va hacia la Ka’ba y empieza a relatar todo lo que había ocurrido.
Imagínense los enemigos del Profeta (saws). Estaban llenos de alegría porque al fin podían decir algo en contra de él, ya que ese hecho era difícil de creer. Y se empiezan a reír. Cualquiera sabía que tomaba un mes para las caravanas ir desde Meca hasta Siria, y otro mes para volver. De modo tal que el viaje era imposible. Nada más había que creer o no.
Y así, algunos de los musulmanes que empezaron a escuchar se retiraron, desde ese momento dejaron de creer y a Hz. Muhammad (saws) lo vieron como a alguien que no podía tener la confianza de ellos, y se alejaron, renunciaron a esta religión. Y alguien fue a decirle a Hz. Abu Bakr (ra) lo que estaba sucediendo, lo que estaba diciendo Hz. Muhammad (saws), y él dijo: “Si Muhammad lo dice es verdad. Nada más.” Entonces se dirige hacia la Ka’ba donde estaba el Profeta (saws) y allí fue cuando a Hz. Abu Bakr (ra) le dieron el apodo de As-Siddiq, lo cual significa algo así como “El testigo de la verdad”. Un hermosísimo y muy importante apodo en nuestro Camino. Insha’Allah todos nosotros pudiéramos ser llamados As-Siddiq. Insha’Allah no tuviéramos dudas en absoluto de lo que dijo Hz. Muhammad (saws). Es decir, no tener dudas no solamente es creer en eso, sino en poner en práctica lo que nos es ordenado.
Por ejemplo, cuando Hz. Muhammad (saws) comienza a descender el Profeta Musa (as) lo detiene, y le pregunta: “¿Qué deberes religiosos Allahu Ta’ala te ha dado para tu Comunidad?” y Hz. Muhammad (saws) le dice: “Cincuenta rezos por día.” Hz. Moisés (as) le dice: “No puede ser. Eso es demasiado, no van a poder cumplir. La carne es muy débil. Regresa y pídele al Creador que los reduzca.” Entonces Hz. Muhammad (saws) hace caso al consejo de Hz. Musa (as), va y regresa. Hz. Musa (as) le pregunta: “¿Y ahora?” El Profeta (saws) le responde: “Me ha quitado diez. Ahora son cuarenta.” Hz. Musa (as) le dice: “Continúa siendo mucho. Regresa.” Y así sucesivamente, hasta que Hz. Muhammad (saws) regresa con la orden de que su Comunidad realizase cinco rezos por día. Hz. Musa (as), conociendo las debilidades del ser humano, quería que volviese y pidiera menos rezos. Hz. Muhammad (saws) se negó y dijo: “No, ya he estado muchas veces. Esto es lo que debe ser”, y continuó su camino. Y es lo que tenemos hoy en día. Pero, a veces, ¿qué es lo más importante? ¿Ver al Barcelona jugando con el Real Madrid, y porque está Messi jugando y se demora la hora del salat y queremos ver el partido y no queremos perdérnoslo? ¿o cualquier cosa que nos distraiga de este mundo?
Fíjense ustedes si Hz. Muhammad (saws) hubiera ignorado el consejo de Hz. Musa (as) y nos hubiera traído cincuenta rezos por día.
Somos increíblemente afortunados en tener un Camino, una religión donde todo lo que descendió ha sido registrado en el Corán i-Kerim, que es la palabra de Allahu Ta’ala, es la palabra de Dios, así como fue revelada durante un período de veintitrés años. Y tenemos el ejemplo de alguien que vivía el Corán i-Kerim, Hz. Muhammad (saws), y sus ejemplos, sus hadices y todo lo que fue registrado de su existencia. Así que para nosotros en realidad la cuestión es muy simple. Esto es lo que hemos heredado, esto es lo que nos ha llegado, esto es lo que vamos a vivir Insha’Allah hasta el final de nuestros días en la Tierra.
Lo único importante en este Camino es convertirnos en verdaderos musulmanes: el sometimiento a Allahu Ta’ala que, como dije en muchas oportunidades, es el final del camino, no el comienzo. Porque el sometimiento significa que nos convertimos en siervos de todo lo que Él ordena con total unidad y sin ninguna objeción, sin ninguna disputa, y sin ninguna duda. Este mes, es unos días vamos a celebrar esa noche. Para aquellos que puedan es una hermosa noche para hacer vigilia. Es un hermoso día para hacer ayuno. Y hablando de ayuno recordemos que tenemos desde hoy hasta el día quince del mes de Sha’ban para recuperar cualquier ayuno que debamos del mes de Ramadán de año que pasó y que no hayamos cumplido. Después del día quince de Sha’ban se recomienda no ayunar hasta el comienzo de Ramadán, siguiendo el ejemplo de Hz. Muhammad (saws).
Celebremos la maravilla de este Camino, celebremos la maravilla del Ascenso de Hz. Muhammad (saws), celebremos el regalo de esta fe, no solamente con la boca sino también con el corazón. Y por favor, alejémonos de todo aquello que nos distrae del Creador. Tratemos de remover todos esos amores que tenemos en nuestros corazones y dejemos un solo amor: el amor por Allahu Ta’ala. Porque si podemos llegar a ese estado de comunión con el Creador después todo lo que significa amor será parte de eso. Simplemente estamos enfocando todo lo que nuestro corazón necesita y lo que debe ser nuestra búsqueda.
As Salam ‘alaykum wa rahmatullah wa barakatuh
Sohbet de Hajji Orhan Baba. “La Ascensión Celestial de Hz. Muhammad (saws).” Jueves 28-04-2016