El Viaje Nocturno

 

 

Bismillahir Rahmanir Rahim

 

Esta noche, en nuestra religión, tuvo lugar un hecho que marcó un antes y un después, un año antes de que el Profeta (saws) emigrara a Medina.

Piensen ustedes que viene alguien que ustedes tienen en vuestros corazones, de los verdaderos santos como Muzaffer Efendi (ra), Sefer Efendi (ra), Hz. Pir (ks), los qutubs, etc. Ese alguien viene y les dice: “Anoche Allah (swt) me llevó desde aquí hasta Jerusalén, y desde allí ascendí a los siete cielos y me he reunido con el Creador.” No estoy defendiendo a nadie, sin embargo, los no creyentes estaban muy contentos con esto porque lo iban a hacer quedar a Hz. Muhammad (saws) como ciertas otras personas, como políticos cuando hablan por televisión. Y, sin ninguna duda, no fue así. Ustedes saben que muchos se fueron, dejaron la religión, cuando Hz. Muhammad (saws) relató este viaje. Los detalles de dicho viaje nadie lo relata como lo hizo Muzaffer Efendi (ra) en su “Irshad”, ustedes tienen los libros allí, así que léanlo. Vale la pena. Si lo han leído una vez, léanlo dos. Si lo han leído cincuenta veces, léanlo la vez cincuenta y uno. Vale la pena disfrutar de las palabras de Muzaffer Efendi (ra) con respecto a los detalles de este viaje.

Hay dos maneras de verlo, una es leyendo el Corán i-Kerim, la Surah que habla de la Ascensión, del Viaje Nocturno de la Meca a Jerusalén, hacia la Mezquita Al-Aqsa, y luego el Mir’aj en sí, que es la Ascensión, pasando por los siete cielos hasta encontrarse con el Creador.

El viaje fue algo extraordinario, único. Absolutamente único, ningún otro ser humano ha recibido ese regalo. Es indescriptible.

Dicen que Allah (swt) se llevó al Profeta (saws) desde el Templo de la Paz hacia el templo interior. Uno es el exterior, la Ka’aba, el otro es el interior.

Buraq, ese conocido animal místico, con cuerpo de caballo, alas, y cabeza de ser humano, fue traído para transportar al Profeta (saws), por orden de Allah (swt), esas distancias y llevarlo ante Él. El arcángel Gabriel (as) lo acompañó y lo guió en el camino.

El cuerpo de Buraq está conectado con la mente que representa nuestro intelecto. Y el cuerpo representa al cuerpo humano. La cabeza, siendo la misma la cabeza de un ser humano, indica perfección, y también simboliza el aliento. Fíjense ustedes que el aliento es lo que realmente controla nuestra vida terrenal.

Nosotros podemos estar sin muchas de las otras cosas por un tiempo determinado, que nos permiten existir, como ser beber agua, o comer. Pero no podemos estar, más de unos segundos, sin respirar, sin inhalar ni exhalar. Ese aliento es el Buraq, ese simbolismo es el Buraq, que nos lleva del mundo exterior al mundo interior en un instante.

Realmente no sé cuántos kilómetros hay entre Meca y Jerusalén, pero me atrevería a decir que pueden ser mil quinientos o dos mil quinientos, algo así y no creo estar muy errado.

Hz. Muhammad (saws) fue llevado en un instante hacia Jerusalén y, cuando llega, ve a los ángeles y a los Profetas esperándolo. Algunos dirán: “¿Pero ¿cómo estaban los Profetas? ¿Estaban sus cuerpos o sus almas?” ¿Realmente tiene importancia eso? Hz. Muhammad (saws) los vio a ellos, y así está descripto por los veinticinco      Compañeros del Profeta (saws), algunos muy conocidos como Hz. ‘Aisha (ra), y otro no tanto.

Hz. Muhammad (saws) dirigió el salat, y luego Allah (swt) lo lleva para encontrarse con él, en el punto del Árbol del Loto, más allá del cual el arcángel Gabriel (as) no podía pasar.  Hz. Muhammad (saws) continúa y se presenta ante Allah (swt) a una muy corta distancia, solamente de dos arcos. Tienen un hermoso intercambio, maravillosamente descripto por Muzaffer Efendi (ra). Lean ese capítulo esta noche, por favor. Y Allah (swt) describe algunas de las Surah que les ha revelado a nuestra Comunidad. Y termina describiendo desde Surah Al-An’am hasta ayat Al-Kursi y Surah Al-Fatiha. También Allah (swt) le ordena una cierta cantidad de salat.

Cuando Hz. Muhammad (saws), de acuerdo a Muzaffer Efendi (ra), desciende y Hz. Moisés (as) le pregunta cuál es la cantidad de salat que Allah (swt) ordenó hacer, entonces Hz. Moisés le dice: “Nunca realizarán esa cantidad.” Y envió nuevamente al Profeta (saws) dos veces, hasta que finalmente retorna con la orden de los cinco salat que hacemos hoy en día. Fíjense ustedes si tenemos problemas para hacer hoy en día los cinco salat, cuánto más trabajo hubiera sido con el mandato original.

Esta increíble, maravillosa jornada que celebramos esta noche, les repito, es un hito que marca un antes y un después en la historia de nuestra religión.

Hz. Yibril (as) en esta jornada representa la razón. Y fíjense ustedes que para comprender ciertas cosas en nuestro camino la razón puede llegar hasta cierto punto, más allá de eso, los que saben, no hablan.

Cuando Hz. Muhammad (saws) estaba ascendiendo lo vio al Profeta Adam (as) que miraba hacia su derecha y sonreía, y cuando miraba hacia su izquierda lloraba.

Cuando se describe la acción de sonreír viendo hacia su derecha a los habitantes del Paraíso y de ver hacia su izquierda llorando a los habitantes del infierno, muchos se preguntaron: “¿Cómo es posible que haya visto habitantes en el infierno cuando el Día del Juicio Final aún no ocurrió?” Pero ellos tienen la habilidad de ver el futuro y lo que va a suceder.

Hz. Muhammad (saws) y Allah (swt) conversaron noventa mil palabras, de las cuales treinta mil fueron entre ambos. Las segundas treinta mil son para la élite: los qutubs, los santos, la gente espiritualmente elevada. Y el resto fue para los creyentes, para los que seguimos esta religión.

En mi caso vivo permanentemente agradecido por dos cosas, además de tener a Hz. Muhammad (saws) como mi Profeta (saws). Agradezco que se me permita rezar y agradezco el Corán i-Kerim, la Palabra de Allah (swt). Y por, simplemente, recitar Al-Fatiha.        

Hz. Muhammad (saws) decía: “Aquel que recite Al-Fatiha no será quemado por los fuegos del infierno.” Claro, hay que ver cómo él veía eso, cómo era esa recitación y cómo la hacemos nosotros. Pero nuestra esperanza, además de su intercesión, es poder continuar rezando, recitando el Corán i-Kerim a diario y, simplemente, con nuestro último aliento poder decir: “Ash-hadu an La ilaha illa Allah wa Ash-hadu ana Muhammadan abduhu wa rasuluhu”. Y partir con esas palabras.

Ruego al Creador por nosotros que estamos en una etapa difícil. La curva de ascensión llegó a su cénit, a su punto más alto, cuando Hz. Muhammad (saws) estaba en este mundo, a partir de ese momento la curva fue descendiendo y los tiempos serán cada vez más difíciles.

Ustedes conocen el hadiz que dice que llegará el momento en que dos rakats de namaz hechas en un día tendrán el mismo valor que toda la adoración que hacían todos los Compañeros del Profeta (saws) en un día. Tan difícil será poder rezar.

Ustedes se reúnen los sábados. Y en ese día uno piensa en estar en algún boliche, salir aquí, allá, música, esto y lo otro, tantas cosas. Y la mayoría de la población de Buenos Aires, o de Salta, o allá en Corrientes, e imagino que en Santiago de Chile no será muy diferente, están viviendo esas cosas alejados de Dios. Ustedes eligieron estar allí, en un lugar de adoración: los hombres con las cabezas cubiertas, las mujeres con las cabezas cubiertas y adorando.

Les ruego que consideren esta noche como una noche de milagro, una noche en la cual Hz. Muhammad (saws), en la presencia del Creador, dijo: “La ilaha illa Allah.” (Nada existe sino Tú). Cuando Allah (swt) oyó la recitación de esa frase de los labios de Hz. Muhammad (saws), dijo: “Verdad, verdad.” No podemos imaginar lo que ese encuentro fue, en cambio podemos estar agradecidos por poder hablar de ello, por poder participar en la forma que nos sea permitido esta noche, poder rezar.

Para aquellos que puedan ayunar es un hermoso día, para aquellos que pasen toda la noche rezando y ayunen mañana recibirán el regalo de cien años de ayuno y de rezos por este día tan especial.

Mañana recuerden, si pueden, que entre el Salat Ad-Dhuhur y el Salat Al-‘Asr, hay unos rezos especiales que fueron recomendados por Hz. Abdul Qadir Al-Gilani (ks). Es un hermoso momento para poder realizar eso.

Agradezco al Creador poder verlos esta noche, y le ruego que acepte todas vuestras devociones, tanto hoy y el resto del día que termina mañana con el Magrib, y que Los recompense exponencialmente. Ruego que, por cada palabra, cada frase, cada sílaba, cada letra del Corán i-Kerim reciban las bendiciones que Allah (swt) prometió a Hz. Muhammad (saws) para su Comunidad esta noche.

 

As Salam ‘alaykum wa rahmatullah wa barakatuh.

Sohbet de Hajji Orhan Baba. “Al-Isra’, Al-Mir’aj: el viaje de Hz. Muhammad (saws) a Nuestro Señor”. Martes 2-4-2019