El verdadero significado del servicio

Bismillahir Rahmanir Rahim.

Hoy, me han enviado unas fotos muy hermosas del edificio emplazado en el terreno que se ha comprado para el nuevo dergah, Insha’Allah. Amin.

Y por esas fotos, con el esfuerzo y felicidad que parecían tener quienes me las enviaron, y por otras cosas que sucedieron últimamente, me he preguntado ¿Cómo fue posible comprar ese lugar? ¿Cómo es posible que Allah (swt) nos permita disfrutar de un lugar que será potencialmente muy hermoso? ¿Qué hicimos para que esto sea posible?

Por supuesto, cuando comienzo a hacer preguntas, me pregunto a mí mismo ¿Qué fue lo que hice yo para que ese lugar fuera posible? Y la respuesta es, nada. Ni antes ni después.

Tomar posesión de ese terreno, de ese edificio que se encuentra bastante deteriorado, no sé si alguien puede vivir allí, imagino que no, implica gastos. Y mi pregunta a mí mismo y también a ustedes es, al dergah, a los miembros del dergah ¿Qué es lo que cada uno de ustedes ha hecho o está haciendo para sufragar los gastos de mantenimiento de ese edificio?

No necesito preguntarle a Baba, porque estoy seguro de que él está al frente, de alguna manera manejando todo eso.

Comprar ese edificio significó juntar mucho dinero. Mantenerlo, significa también, que hay que continuar pagando.

Me parece que corresponde que todos nosotros hagamos una contribución para el mantenimiento de ese lugar.

Tengo entendido que pondrían a alguien a cuidar el edificio para cuidar que no sea ocupado, que hay gastos por hacer, registros, permisos, etc. Y no sé quién de nosotros los está ayudando. Yo no. Y por ello corregiré eso en la medida en que me es posible e invito a todos y cada uno de ustedes, sin excepción, que hagan entrega de una contribución de cada uno, para que ese dinero permita al dergah usarlo de ser necesario y cuando sea necesario.

Muchos de ustedes han ahorrado para hacer el Hajj, pues ahí tienen un ahorro. Contribuyan con el veinticinco por ciento de lo que han ahorrado para hacer el Hajj y entréguenlo.

Si no pueden hacer el Hajj este año sepan que es mucho más importante que Allah (swt) esté contento con nosotros. Es una manera de expresar nuestro agradecimiento, y ayudar a que ese dergah se convierta en una realidad. Porque no sé si nos hemos preguntado cómo vamos a financiar el edificio que se construirá en ese terreno. Y no podemos hacernos los tontos e imaginar que algo sucederá de manera que se pueda pagar todo eso.

Les ruego, consideren este pedido muy seriamente.

Si alguien nos preguntara ¿Cómo es posible ganarnos la satisfacción del Creador? Sin ninguna duda nosotros tenemos que aprender de aquellos que lo han logrado. De verdaderos Sheikhs, como Muzaffer Efendi (ra) y Sefer Efendi (ra) y todos aquellos que han escrito sobre este tema: Rida.

Una vez un hombre que  muy simple, que estaba muy preocupado en lograr, de alguna manera, la satisfacción del Creador. Y alguien le dijo: “Ve y busca a Rida”.

Ustedes saben que en los países árabes el nombre Rida es masculino, se le da a los hombres, y significa eso: satisfacción.

Este hombre se dice a sí mismo: “Debo encontrar a la satisfacción de Allah, llamada Rida”. Así pues se dispuso a buscar por todos lados y se encontró con un gnóstico cuyo nombre era Rida. Y le pregunta: “¿Cómo hago para lograr Rida?” El gnóstico le responde: “Lo primero que necesitas hacer es adorar al Creador.” El hombre le dice: “Pero yo no sé rezar.” El gnóstico replica: “¡Suplica algo, pide algo!” Y el hombre dice: “No sé ni cómo hacerlo”. Entonces el gnóstico le pregunta: “¿Y qué es lo que sabes hacer? ¿Qué has estudiado, en qué trabajas?” El hombre responde: “Lo único que sí sé hacer, y que me gusta mucho, es una pequeña danza folclórica de mi pueblo.” Así que el gnóstico le sugiere: “¿Por qué no haces esa danza en el nombre de Allah?”

Así que el hombre comienza a danzar y, después de un rato el gnóstico, Rida, ve que desciende una corona de luz sobre la cabeza de ese simple hombre que danzaba. ¿Por qué? Porque su intención era sincera: él quiso danzar, simplemente, para satisfacción del Creador.

Esa sinceridad nos debe empujar para que todos participemos en esa obra que, se convertirá en un lugar  de adoración para el Creador, y lo tenemos que hacer con la sola intención de que Él esté satisfecho con nuestra intención.

Cuando decimos “La ilāha illa llah”, está todo muy lindo. Pero, realmente, ¿Lo hacemos con sinceridad o de manera automática? ¿Lo decimos con el corazón o solamente con los labios?

Uno de estos majnun que andaba dando vueltas, un día, no se había afeitado, y esto afeaba su aspecto. Pero su corazón estaba siempre con el Creador: ése era su estado.

Cierto día, andando por la calle, dice: “Oh Allah, yo sé que me quieres mucho, pero no me has enviado nada de dinero para que vaya a la barbería y así me pueda afeitar.” No terminó de decir esto, cuando un árbol que estaba enfrente de él, se convirtió totalmente en oro.

El adab en la Creación del Creador. El adab exterior es encontrar a Allah (swt) a través de la adoración.

Nosotros buscamos más que eso. El derviche quiere más que eso. Le pide más a Allah (swt) que eso.

El derviche quiere lograr el estado de un adab interior en el cual su corazón está con el Creador en todo momento. Si ese hubiera sido mi estado no tendría que estar hablando de esto ahora, yo hubiera dado el ejemplo cuando llegase el momento correcto.

Hay historias que las he repetido muchas veces.

Ustedes recuerdan la historia de ese siervo que, en la época de Hz. Moisés (as), sabiendo que él se comunicaba con el Creador, le hace un pedido: “Por favor, tú que hablas con Él, pregúntale por mí, pregúntale si tiene algún mensaje para mí. Necesito saberlo.” En tanto, Hz. Moisés (as) lo miró y se sonrió y le respondió: “Bueno, cómo no”.

Llegado el momento, Hz. Moisés (as) le pregunta al Creador por este buen hombre. Y el Creador le responde con otra pregunta: “¿Ese siervo, Mío?” Y no dijo más nada. Hz. Moisés (as) se quedó esperando una respuesta que nunca llegó.

Cuando Hz. Moisés (as) se encuentra nuevamente con este buen hombre, éste le pregunta: “¿Qué dijo Allah? ¿Qué mensaje me traes?” Y Hz. Moisés (as) no le respondía. El buen hombre le dice: “¿Le has hecho la pregunta que te he pedido?” Pero el buen hombre insistió tanto que, finalmente, Hz. Moisés (as) le respondió: “Sí”. El hombre insiste: “¿Y Él qué  dijo?” Hz. Moisés (as) le responde: “Me contestó, simplemente, con otra pregunta: ‘¿Ese siervo Mío?’”.

Cuando el buen hombre oyó eso, dijo: “¡Allah!” Y entregó su alma. Por la sencilla razón de haber oído que el Creador lo llamó “Mi siervo”. Y eso era suficiente para él.

Algunos de nosotros hace muchos años que está en este camino. Otros se están iniciando, y otros están en el medio.

Ser siervos de Allah (swt) significa renunciar a rango y gloria. Significa considerarnos menos que cualquier otra persona.

En la época de Hz. Shams i-Tabrizi (ks) un hombre deseaba morir para encontrarse con su Amado. Y esto no se debía a una falta de agradecimiento, ni por querer cometer un pecado. Simplemente deseaba estar con su Amado, deseaba morir.

Este hombre lo ve a Hz. Shams i-Tabrizi (ks) y, con tono suplicante, le pide: “¡Por favor, por favor! Yo sé que tus rezos son escuchados. Pídele al Creador que me lleve. ¡Por favor, lo antes posible!”

Hz. Shamas i-Tabrizi (ks) aceptó el pedido, hizo el rezo, fue aceptado e inmediatamente cayeron calumnias sobre ese siervo que deseaba morir. Fue juzgado y condenado a muerte.

Cuando llega el día en que lo iban a colgar, la gente se reúne, como acostumbra a hacer, alrededor del cadalso, y ve que Hz. Shams i-Tabrizi (ks) sube y empieza a darle palmadas en la espalda al verdugo de este siervo de Allah (swt).   

La gente se preguntaba cómo podía Hz. Shams i-Tabrizi (ks) tener esos gestos de aprecio con alguien que estaba por ejecutar a un creyente. De modo tal que él les explicó la situación de la siguiente manera: “Este siervo de Allah deseaba morir, y logró su anhelo, porque él quería estar con Allah. No quería estar más aquí, en la tierra, porque se sentía separado de Su Creador. Eso fue aceptado y él murió. Pero no es fácil matar a un siervo de Allahu Ta’ala. Así pues, cuando subí al cadalso y acaricié el hombro del verdugo, fue para darle fuerzas, ya que sin eso no podría haberlo hecho.” Además el que murió hizo un rezo: ‘Allah, Tú me has honrado con esto, y siento que me cuentas entre Tus siervos. Esa es una posición de honor en el mundo espiritual. Te pido,  por favor, que retires ese honor que has puesto en mí y que me lleves al Más Allá como nada, absolutamente nada. Sólo deseo estar en Tu presencia, así, como nada. Y la estación, que me has otorgado, de servidumbre, dásela a quien acabará con mi vida terrenal’”.

Hz. Shams i-Tabrizi (ks) conociendo todo esto, acarició el hombro del verdugo, que iba a ejecutar a este buen hombre. Y con el tiempo el otrora verdugo se convirtió en un maestro, en un santo, un servidor del Creador.

Les ruego consideren estas historias, en los momentos que meditan, si así lo hacen, acerca de cuál es el propósito de estar en este camino, cuál es el propósito de reunirse, en el dergah, los sábados a adorar al Creador. Y durante la semana, a practicar meshk, aprender los himnos religiosos que ensalzan la figura de quien nos creó, y de aquellos que han sido Sus siervos.

El estado de servidumbre es maravilloso, y ruego que Allah (swt) nos otorgue ese estado antes de morir, antes de dejar esta tierra, antes de dejar este vehículo que Él nos regaló, y que Insha’Allah nos lleve al Más Allá como nada. Sólo con el deseo de estar en Su presencia.

Si tienen alguna duda acerca de esto que estoy hablando, recuerden que la belleza física es temporal.

No hace muchos años atrás no tenía arrugas y no tenía cabello blanco. Así nos ocurre a todos.

Lo que es fácil en un momento se convierte en algo mucho más difícil a medida que uno envejece.

Ambos aspectos, la capacidad física y la capacidad mental disminuye con el correr de los años.

No sé si la han pasado en Argentina, pero hay una película muy interesante que se llama “Iris”. Es la historia de una novelista, irlandesa, muy famosa. Es una historia real.

Ella vivía en Inglaterra y estaba casada con un hombre que era muy tímido, un intelectual muy tímido.

En esta película, que cuenta con muy buenas actuaciones, si la pueden ver, sugiero que lo hagan;  Iris Murdoch, famosa novelista, todo el mundo la conocía y la halagaban. Tenía una personalidad muy exuberante y por eso mismo, anulaba a su marido, como si éste no existiera. Él era como una sombra, que iba al lado o detrás de ella, a todos lados. Y así fue por muchos años.

Con el correr del tiempo, ella desarrolló la enfermedad de Alzheimer. Y al final de la película, la encontramos a ella jugando con su propio excremento.

 

As Salam ‘alaykum wa rahmatullah wa barakatuhu.

Sohbet Hajji Orhan Baba – Sábado 10-02-2018