El propósito de nuestra existencia

 

Bismillahir Rahmanir Rahim

 

Nuestro hermano Mahmud Baba (ra) ha tenido una importancia fundamental, no solamente en la vida de ustedes, sino en la vida de todos nosotros.

El ser humano cuando es creado no sabe cuál es su destino, y en este caso Mahmud Baba (ra) fue el umbral, aquello que sirvió, que abrió las puertas para que podamos conocernos y estar charlando en este momento. Ese fue su trabajo en este mundo y lo ha hecho, indudablemente, muy bien. Y digo esto por la manera en que Allah (swt) se llevó su alma al Más Allá.

Allah (swt) dijo: “Yo soy un tesoro escondido y deseo ser conocido, y por eso he creado la creación.” Y a través de esta frase Allah (swt) indica cuál es el propósito de nuestra existencia. De manera que el ser humano es la única entidad que existe en esta dimensión que tiene la posibilidad de conocerlo a Él. Ése es el deseo de Allah (swt): que Lo conozcamos. Y tenemos dos maneras de hacerlo, una es mirar alrededor, Su Creación, observar, aprender. No hay nada que sea feo en Su Creación. Todas son herramientas de trabajo y depende de nuestra actitud el ver, aceptar y aprender o no.

Un hermano me preguntó acerca de la adquisición de conocimiento. La respuesta está en la primera revelación que le llegó a Hz. Muhammad (saws), lo cual indica la total y absoluta importancia que tiene la adquisición de conocimiento para los seres humanos.

Allí está la respuesta, nunca jamás detengan ese deseo de aprender y, además, de compartir lo que se aprende con otros, es la base de nuestra religión. ¡Alhamdulillah!

Hablamos de la creación del hombre, del macrocosmos y del microcosmos. En realidad, el hombre es el macrocosmos y todo lo creado es el microcosmos, porque todo ha sido creado para nosotros y nosotros para Él.

Cuando Allah (swt) creó al primer hombre, Adam (as) estuvo trabajando con sus dos manos, simbólicamente hablando, durante mucho tiempo. Algunos dicen que a medida que iba formando el cuerpo lo primero que formó fue la cabeza y le permitió a ésta ver el resto del cuerpo. Y Adam (as) miraba sus manos de barro, sus brazos de barro, sus piernas de barro, sus pies de barro, y llegó a entender que sin Allah (swt), sin el Creador, no era más que una masa hecha de barro.

Cuando Allah (swt) nos da vida nos obliga a buscar el propósito de nuestra existencia. El ser humano tiene esa curiosidad y esa necesidad de saber: de dónde viene, por qué está acá, a dónde va. Ahora si en esta vida, la vida terrenal, no descubrimos el propósito de nuestra existencia, ese dicho: “Yo era un tesoro escondido y he creado la creación porque deseaba ser conocido”, no descubrimos eso y empezamos a pronunciar Su Nombre como hacemos en nuestras devociones nuestra existencia no tiene ningún sentido.

Recordemos el primer pecado cometido acá en la Tierra. Todos hemos oído hablar de Caín y de Abel, los hijos del Profeta Adam (as). Hay varias versiones. La que les voy a relatar, la que conozco, a través de nuestros maestros Muzaffer Efendi (ra) y Sefer Efendi (ra). En esa nos dicen que Hz. Adam (as) y nuestra madre Hz. Hawa (as), cada vez que concebían tenían mellizos, un hombre y una mujer. Y así llegaron a tener veinte pares de mellizos. Las secuencias de estos nacimientos eran que las mujeres en un par de mellizos eran muy hermosas, en la siguiente eran menos hermosas, la que continuaba era más hermosa, en la siguiente era menos hermosa, etc.

Cuando estos primeros seres humanos comienzan a habitar el mundo, recordemos que no había otros seres como nosotros con los cuales los hombres y las mujeres, los hermanos, los hijos de Adam (as) y Eva (as) no podían unirse para tener más. Entonces Allah (swt) ordena a Hz. Adam (as) que case a un hombre de un par con la mujer de otro par, y así se los iba cruzando. Hasta que los seres humanos se fueron reproduciendo y ese tipo de unión ya no era necesaria, y luego fue, como ustedes saben, prohibida.

Dos cosas ocurren con Caín y Abel. La hermana melliza de Caín era muy hermosa. La hermana de Abel era menos hermosa. Entonces el Profeta Adam (as) le ordena a Caín que se case con la hermana de Abel, y le ordena a Abel que se case con la hermana de Caín. A éste eso no le agradó nada porque se tenía que quedar con la menos hermosa, y Abel nunca objetó una orden que su padre le daba.

Abel era de los que tenían altos principios morales. Caín no era así, era lo opuesto. Así es que Adam (as) ya avanzado en años decide que Abel iba a llevar el mensaje del Creador a las generaciones futuras; Caín no puede aceptar eso, porque él era mayor que Abel y en aquella época eso era determinante dentro del estatus en la familia. Primero el padre, el hermano mayor, etc. Entonces Caín le avisa a Abel que lo iba a matar, porque él no aceptaba lo que le había sido otorgado. Y Abel le dice: “Tú debes hacer lo que debes hacer, yo jamás voy a tratar de matarte antes de que pierda mi vida, pues tengo mucho temor de aquello que el Creador ha ordenado para nosotros, y tomar una vida sin motivo, simplemente por venganza significa una vida eterna de castigos”.

Caín y Abel fueron a ver a su padre. Caín, además, quería dejar a su esposa y casarse con su hermana melliza, cosa que Adam (as) prohibió totalmente. Y les dice que él había obtenido permiso del Creador para que hicieran una ofrenda a Allahu Ta’ala. Y el que entregara la ofrenda que iba a ser aceptada por el Creador recibiría todos los beneficios y demás. Así lo hicieron. Les fue ordenado que la ofrenda fuera llevada a la cima de un monte, cerca de donde ellos vivían, y cuando ambos entregan sus ofrendas Allahu Ta’ala acepta la ofrenda de Abel, porque era la ofrenda de alguien que tiene el corazón puro, alguien que creía en el Creador, creía en las reglas que habían estado establecidas y que pronunciaba Su Nombre constantemente. Y la ofrenda de Caín fue rechazada por el Creador.

Un día, Abel estaba demorando en llegar a su casa. Adam (as) le pide a Caín que lo vaya a buscar, lo encuentra en el camino y allí fue cuando lo mató. La historia continúa, no es necesario en este momento hablar de los otros detalles.

Caín se arrepintió muchísimo de tamaño pecado, y lloró durante muchos años por lo que había hecho, pero ya su suerte estaba echada. Dicen que uno sale del vientre de la madre ya con el destino escrito y sabemos que es así. Pero también sabemos que Allah (swt) nos otorga a todos y cada uno de nosotros la posibilidad de hacer cambios, y es por eso que todos nosotros estamos así, sentados con una corona en la cabeza, los hombres con la taqiyyah, las mujeres con el pañuelo verde. Si el pañuelo se enrosca alrededor de la taqiyyah se convierte en el turbante de Hz. Pir (ks). Y ese es el regalo de los derviches, hombres y mujeres: tener las coronas sobre nuestras cabezas.

La vida está dedicada a adorar al Creador, es nuestra obligación, es nuestra única opción.

Cuando llega el final de esta existencia terrenal se abre otra dimensión para el alma, y allí es donde nuestro hermano Mahmud Baba (ra) está en estos momentos. Él está en el Barzakh. El significado de la palabra Barzakh es “velo”, algo que separa. Y ese algo son los dos mundos: el mundo corpóreo, el mundo material, y el mundo de los espíritus. Si este velo no existiera, la existencia no sería posible para los otros dos mundos. Hay pocas Surahs en el Corán i-Kerim que hablan de este velo. Una de ellas es “Surah Ar-Rahman”: “Él ha hecho que los dos mares fluyan libremente, de manera que pueden unirse, pero entre ellos hay una barrera, una barrera que no pueden pasar”.

Quería relatarles una anécdota que algunos de ustedes conocen.

Muchos de ustedes habrán oído hablar de Jacques Cousteau, quien fue un explorador francés, fue capitán del ejército francés durante la Segunda Guerra Mundial, nació en mil novecientos diez y murió ochenta y siete años después, en mil novecientos noventa y siete. Se casó dos veces. Enviudó y se casó con su segunda esposa y tuvo cuatro hijos. Con ellos exploraba los mares. Amaba la exploración. Dicen que fue el primero que llegó al Amazonas, porque le habían contado que había unos delfines rosados viviendo en esas aguas. Ustedes saben que los delfines son mamíferos de agua salada. En algún momento estos delfines hicieron la transición del agua salada al agua dulce del Amazonas y viven allí ahora mismo. Sin ninguna duda Jacques Cousteau no los descubrió, pero a él se lo contaron y él los hizo conocidos en el resto del mundo. Y así fue su vida, totalmente dedicada a eso. Los equipos de buceo que tenemos hoy en día fueron perfeccionados por él.

Un día estaba en el Mar Mediterráneo y no se podía explicar por qué había tanta diferencia de salinidad entre el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico donde ambos se unían, en el Estrecho de Gibraltar. Pero él medía la salinidad de este lado, del lado del Mar Mediterráneo, y después lo cruzaba un par de millas más allá, en el Océano Atlántico, medía la salinidad y ésta era mucho menor que la del Mar Mediterráneo. ¿cómo podía suceder eso cuando esas masas de agua se unían ahí en el Estrecho de Gibraltar? Y en el equipo que estaba con él en el barco había un científico musulmán, y le dice: “Pero está claro. En nuestro libro sagrado, en un ayat del Corán i-Kerim dice que así es.” Jacques Cousteau se da vuelta, lo mira y le dice: “Recíteme, dígame que dice ese ayat.” Y así es, en “Surah Ar-Rahman”, en el ayat que está entre la diecinueve y la veinte que les acabo de recitar. El musulmán le recitó: “Hay una masa de agua, un velo, de agua dulce entre estos dos mares, y entre todos los grande mares y océanos del mundo que no permite que ambos se unan.” Jacques Cousteau dijo: “Si eso es verdad yo tomaré la Shahada.” Dicen que descendió, encontró la masa de agua dulce que separa el Mar Mediterráneo del Océano Atlántico, y dicen que hizo la Shahada en ese barco. Allah (swt) sabe si es verdad o no y sólo Allah (swt) conoce el resto.

No obstante, como dijimos, el Barzakh es una dimensión que el Creador ha creado para que las almas cuando dejan este vehículo que es el cuerpo esperen el Juicio Final en el Más Allá.

Dicen algunos, como Hz. Muhammad (saws), que es posible ver lo que ocurre en ese mundo y que en ese mundo sucede lo mismo que sucede aquí, sólo que todas las necesidades de este cuerpo no existen, porque allá es espíritu. Hz. Muhammad (saws) relató en una oportunidad que él vio a su tío Hamzah (ra) en el Barzakh, y su tío estaba muy sonriente comiendo de una fuente que tenía granada, uno de los frutos del Paraíso. Y mientras hablaba con su tío, Hz. Muhammad (saws), vio que las granadas se convertían en dátiles. Es decir que en ese momento expresó la necesidad de comer dátiles. Y dicen que allá lo que deseamos nos es otorgado, y que mientras más comemos, más de estas cosas maravillosas aparecen para continuar satisfaciéndonos.

También dicen que a las almas les es otorgado un cuerpo espiritual que es idéntico al de aquí, con una diferencia: aquellos que han vivido una vida virtuosa tienen cuerpos iluminados y los que no, tienen cuerpos oscuros, como una premonición de lo que les espera el Día del Juicio Final.

Una vez que llegamos a esa otra dimensión, al Barzakh, no es posible deshacer lo que hemos hecho en este mundo. Es decir que ese es el equipaje que nos llevamos: lo bueno y lo malo. Y lo único que podemos hacer por aquellos que están en esos lugares es enviar salawats. Dicen que la primera vez que el alma cruza le es permitido regresar a los cuarenta días. Es un día para recordar a Mahmud Baba (ra). Él regresará al nivel más cercano a la Tierra para ver quién lo recuerda. Espero que lo recibamos todos con muchos salawats en agradecimiento por habernos mostrado este Camino, por haber permitido que nos conozcamos, por haber permitido que estemos juntos compartiendo este momento.

A mis hermanos y hermanas del dergah de Mahmud Baba (ra) les digo que las transiciones son difíciles. Siempre difíciles. A veces funcionan, a veces no.

Para nosotros los dergahs son las casas de Hz. Pir (ks). No nos pertenecen a nosotros, son sus casas, y estamos allí porque somos invitados. Esta es la casa de ustedes para que vengan cuantas veces quieran. Una vez que llegan más de tres veces al dergah, entonces cada uno tiene una función, y les ruego que hablen con aquellos que saben para que cumpla cada uno con esas funciones y responsabilidades. Así podemos tener el lugar limpio, el lugar funcionando, para que haya comida cuando todos nos reunimos y sean cubiertas todas las necesidades básicas de un templo. Le damos la bienvenida y espero que puedan establecer hermosas relaciones y que pueda haber armonía en esta unión.

 

As Salam ‘alaykum wa rahmatullah wa barakatuh

Sohbet de Hajji Orhan Baba. “Era un tesoro oculto y quise ser conocido. Caín y Abel. Barzakh.” Jueves 10-03-2016