El Nacimiento de Hz. Muhammad (swas)

 

Bismillahir Rahmanir Rahim

 

Esta es una noche importantísima, porque es la celebración de la noche en la cual Hz. Muhammad (saws) llegó a este mundo, a esta dimensión.

Dicen aquellos que saben, que la Noche del Poder, Laylatul-Qadr, vale como mil meses, dicen que esta noche vale lo mismo o más, y eso lo dice Muzaffer Efendi (ra), en su libro “Irshad”. Esta noche vale más porque si Hz. Muhammad (saws) no hubiera llegado a este mundo, no tendríamos el Corán i-Kerim. Pero todo esto lo pueden leer en el libro, específicamente en el capítulo veinte.

Hoy quería hablarles de algo más, de nosotros, de ¿por qué estamos acá? Ustedes saben que hay dos elementos en el ser humano; uno es la carne, el cuerpo, que está sometido a tiempo y espacio, es decir, que estamos controlados por el tiempo y por el espacio que ocupamos.

En una oportunidad Hz. Muhammad (saws) estaba hablando, y decía: “En cien años, a partir de hoy, todos los que están en el mundo en este momento no van a estar más”, eso es estar controladas por tiempo y espacio. Pero hay otra parte en nuestro ser que nos permite estar vivos y eso es el alma, el espíritu, y lo interesante es que el alma y el espíritu no están controlados por el tiempo ni por el espacio. Entonces estamos constituidos por dos aspectos que son totalmente opuestos en los conceptos básicos, sin embargo, íntimamente unidos y es lo que nos permite estar aquí y en esta dimensión.

 

Fíjense ustedes que cuando Allah (swt) creó la primera luz, la Nur Muhammadi, la luz de Hz. Muhammad (saws) y cuando le preguntaron: “¿Cuándo fuiste tú Profeta? Él respondió: “Cuando estaba entre tierra y éter”, es decir que él ya había afirmado en ese hadiz que su existencia como Profeta era anterior a la creación de Hz. Adam (as) como ser humano.

Allah (swt) creó todas las almas y las puso en esa dimensión de las almas, donde está todo lo que ha existido, lo que existe y lo que existirá. Él puso las almas en esa dimensión y las almas lo veían, incluyendo las nuestras, ¡Alhamdulillah!, a Allahu Ta’ala de la misma manera en la que de noche vemos a la luna. Todas las almas estaban totalmente absorbidas por esa visión y no se acordaban de su propia existencia. Entonces Él dijo: “No, quiero que me conozcan, que tengan conciencia de Mi existencia, entonces vamos a crear un vehículo para cada una de estas almas.” Y ¿qué hizo?, creó un cuerpo y puso en el cuerpo las pasiones. Las pasiones, por supuesto, en el alma no existen, ya que ésta es un ente espiritual, no tiene esas necesidades ni ese estímulo, pero el cuerpo sí, necesita de todo eso y el alma cuando desciende del paraíso de las almas a esta dimensión, es decir, al feto, tiene que atravesar setenta mil velos que los separan de esa dimensión a esta.

Una vez le preguntaron a Sheikh Muhyddin Efendi (ra): “Ya Efendi ¿Cómo sabemos cuál es la distancia entre velo y velo?, ¿qué significa eso?”, a lo cual les respondió: “Miren, si ustedes pudieran ir de un velo a otro caminando tardarían quinientos años en recorrer la distancia entre velo y velo, hagan la cuenta”.

El alma entra en el embrión que crece en la octava semana y cuando sale el bebé llora, ahora ¿por qué ese niño no ríe? La respuesta es que el que llora no es el bebé, es el alma que obliga al bebé a llorar porque el alma sabe que está atravesando el último y más grueso de todos esos velos, que es la entrada al mundo y sabe que va a estar separado de su Creador por cada uno de esos velos hasta el día en que el tiempo que se nos asignó se acaba y regresamos a Él.

No es fácil estar en la tierra, no es fácil vivir la vida, no es fácil dominar este cuerpo, controlar los pensamientos que llegan a nosotros, las manos y lo que tenemos entre las piernas. Nadie está exento de todo eso, esa es la prueba por la que debemos pasar. Allah (swt) nos ha creado en pares y a puesto un hombre y una mujer para que entre los dos se unan y nazca otro ser humano.  Existe el amor y existe el odio, tenemos algo positivo y algo negativo, pero no puede existir lo positivo solo sin conocer su opuesto, porque no podríamos establecer la diferencia.

Alguien dice: “Estoy creciendo, conociendo a alguien que me gusta, quiero estar al lado de ella, quiero estar con ella”, ¿eso es amar, querer estar con una chica o ella con su novio? Sí, es uno de los diferentes aspectos del amor que Allah (swt) ha creado, pero nuestro propósito, el único propósito de estar aquí en esta dimensión es explorar esos diferentes niveles o aspectos del amor para comprenderlos, superarlos y luego trabajar en el último y en el mejor de todos los contactos, que es el amor por el Creador y todo lo que Él creó, y amarlo a través de Su Creación. Algunos van a decir: “¿Para qué sirve? ¿qué es el amor? ¿qué es el sexo?” Es una forma o aspecto del amor. Pero eso es algo alcanzable para la mayoría de los seres humanos y yo digo que no es así, no es tan fácil comprenderlo y tiene una enorme importancia para cada uno de nosotros. Por ejemplo, Hz. ‘Isa (as) fue llevado al Más Allá, de acuerdo con Islam, vivo y va a regresar hacia el final de los tiempos. Vivirá entre nosotros, se casará y tendrá una esposa con la cual se va a unir y va a conocer eso, porque sin eso, no será completo como ser humano.

Fíjense la importancia que tiene esa expresión de amor. Cuando Hz. Jadiyah (ra) estaba en sus últimos momentos en el mundo, ella se encontraba rodeada en su lecho por sus seres queridos, incluyendo a Hz. Fatimah (ra). Hz. Muhammad (saws) se acerca y le dice algo en el oído, en sus últimos instantes y ven que ella pone una cara de dolor, entonces Hz. Fatimah (ra), con el respeto con el cual hablaba con su padre le dice: “Amado padre ¿qué es lo que le has dicho a mi madre en sus últimos momentos que puso esa cara de dolor?” El amado Profeta (saws) respondió: “¡Ay!, le dije que en el Más Allá me iba a casar con la Virgen María (ra) y, por supuesto, ella puso esa cara de dolor. Hz. Fatimah (ra) vuelve a decirle: “Pero ¿por qué le dijiste eso antes de que partiera al Más Allá?”, y él respondió: “Porque ella nunca estuvo celosa de mí, y necesitaba sentir eso para estar completa como ser humano”.

Recuerden: Allah (swt) crea todo en pares y tenemos que entender que lo que nos rodea, lo que sentimos, lo que vivimos, hay que entenderlo para poder alcanzar ese nivel superior que es ser un ser humano completo.

Hay millones de personas en el mundo y la mayoría están ciegos con respecto al propósito del por qué están acá. Allah (swt) le ofreció una oportunidad a cada uno de nosotros y se la ofrece a cada uno de los seres humanos sin excepción, todos son invitados a transitar este camino, el camino de retorno, el nuestro es el último y es la suma de los demás caminos.

Recuerdo una vez que Muzaffer Efendi (ra) en mil novecientos ochenta, cuando venía a Estados Unidos, había un rabino de Filadelfia que se convirtiò en derviche de Muzaffer Efendi (ra), siguió siendo rabino y siguió siendo judío. Muzaffer Efendi (ra) le dio bayat, ese rabino es nuestro hermano y como así les puedo contar cantidades de casos. En una oportunidad estábamos en el aeropuerto de San Francisco, y Muzaffer Efendi (ra) había ido a hablar en un instituto que fue creado por quien hoy es un Sheikh Yerrahi en San Francisco. Me acuerdo cuando entramos al instituto, había una puerta abierta y yo lo veo a uno de los dos fundadores de ese instituto que estaba sentado en un escritorio. Muzaffer Efendi (ra) tenía una manera muy particular de caminar, era una persona muy alta, grande de cuerpo y caminaba muy rápido, y yo me encontraba detrás y observo que él miró de costado y nuevamente hacia arriba, cosa que duró unos instantes, miró a esa persona y siguió adelante, en ese momento le envió un flechazo espiritual. Hoy en día esa persona es el Sheikh del Dergah de San Francisco, hace casi cuarenta años, pero claro, pocos seres humanos tienen el nivel que tenía Muzaffer Efendi (ra) y su sucesor, Safer Efendi (ra).

Hay que entender que para avanzar en el camino hay que ir a través de todos los pasos que significa crecer y avanzar, y para ello necesitamos cambiar de a poquito. Pensé cuando comencé: “Se trata de amar a Dios”, pero eso lo entiendo y tardé treinta años en entender el concepto de Amor Divino. Porque una vez que ese sentimiento entra jamás se va, no podemos ni cambiar ni volver, roguemos que no tengamos que volver y que Él nos eche, pero fuera de eso no podemos volver porque al Creador lo tenemos que amar con cada átomo con el cual estamos constituidos, y hay un tiempo para todas las cosas.

Yo comencé en este Camino en mil novecientos ochenta, siete años después me pusieron el turbante de Sheik y me dijeron: “Ahora puedes dar bayat y ayudar a gente en el camino, etc”. ¡Alhamdulillah!

Otra cosa ocurrió que todavía no sé cómo, en mil novecientos noventa y siete, es decir, diez años después de que me pusieron el Tajj de Sheikh. Fuimos al Hajj con un hermano afroamericano, miembro de nuestra orden, su nombre era Omer, que Allah esté complacido con su alma. Omer era un hombre de gran contextura, increíblemente dulce. Estuvo en el Hajj con nosotros y aparentemente tuvo un sueño, nunca me enteré detalles ni qué era ese sueño, cuando volvimos a Estambul, Safer Efendi (ra) me llama, me dice: “Orhan ¿tienen ablución?” “Sí Efendi”, le dije. Entonces me lleva a donde está la tumba de Hz. Pir (ks) y toma un Tajj y vuelve a hacer la ceremonia frente a Hz. Pir (ks). Cuando yo me quedo pensando en que pasó, me dice: “Omer dreams”. No sé cuál fue el sueño ni qué significaba ni por qué, son las cosas que pasan en este Camino y cada acto, cada paso, cada estado nuestro tiene su tiempo y su momento y si no tenemos paciencia vamos a sufrir mucho.

Hz Rabi’ah (ra) era una de las sufís, de las santas más importantes en nuestro Camino. Ella vivía en una ciudad que está en Irak y vivió muchos años allí. Comenzó su vida y fue capturada como esclava, entonces trabajaba como tal a y la noche se dedicaba a rezar. El dueño de ella pasaba por donde estaba el cuarto y veía que desde el cuarto salía una luz verde. Finalmente, un día le pregunta: “Ya Rabi’ah ¿Qué es esa luz verde que sale de tu cuarto de noche? ¿qué es lo que tú haces allí?” Y ella dice: “Discúlpeme maestro, no sé de qué luz habla, no la vi, lo único que hago de noche es rezar a quien nos creó”. A toda costa este hombre quería hacer cualquier cosa, desde casarse con ella, hasta que se quedara y demás, entonces ella le dijo: “No, si tú me dejas libre me tienes que dejar ir”, y el hombre la dejó ir. Ella se fue y vivió el resto de su vida en una pequeña casa enseñando a grandes santos de Islam, entre ellos uno llamado Hassan i-Basri (ks).

Ella usaba una calle para ir a donde estaba el mercado, en aquella época era un espacio abierto donde la gente compraba sus necesidades diarias y ella hablaba a la gente tratando de que entiendan cuál era el motivo por el cual estaba en el mundo. Todos los días cuando pasaba veía a un santo que estaba allí, muy reconocido por toda la gente, que estaba sentado en los escalones frente a la mezquita, y decía: “¡Allah abre la puerta! ¡Allah por favor abre la puerta! ¡Allah por favor, déjame entrar! y eso lo hacía continuamente sentado allí. Un día ella pasa, y dijo: “Bueno esto debe acabar, no puede ser que este hombre esté allí diciendo eso mientras estaba llorando.” Hassan i- Basri (ks) decía: “¡Allah abre la puerta! ¿Por qué no me escuchas? ¡No oyes mis rezos! ¿No escuchas lo que estoy diciendo, lo que estoy pidiendo? Ella le dice: “Yo no sé por qué estás llorando, ¿por qué no paras todo esto que estás haciendo? Y él le dice: “¿Por qué?” A lo que ella contesta: “Porque la puerta ya está abierta para ti. Tú ya estás adentro, ¿Todavía no lo viste? ¿No te diste cuenta?” Hassan (ks) en ese momento la miró a Rabi’ah (ra) y tuvo un momento de total inspiración, entendió lo que ella le había dicho, se agachó, le besó los pies, y le dijo: “Si no me hubieras dicho esto jamás me hubiera dado cuenta de que ya había cruzado el umbral”. Le continuó diciendo: “¿Por qué no me lo dijiste antes?” y ella le responde: “La verdad puede ser dicha solamente en ciertos momentos y bajo ciertas condiciones, si te hubiera dicho ayer, me hubieras mirado, te hubieras enojado, me hubiera reprochado, te hubieras puesto hostil y me hubieras dicho por qué estaba interrumpiendo tu rezo”.

El rezo de un ser humano no puede ser interrumpido por otro ser humano, en absoluto.

Hz. Muhammad (saws) pone mucho énfasis en ello, entonces si queremos hablar con alguien y esa persona está rezando, nos quedamos allí sin interrumpir hasta que esa persona termina y cuando termina hablamos del tema que necesitamos, no antes, está prohibido interrumpir un rezo.

Ella le dice: “Si te hubiera dicho ayer no me hubieras creído. Hoy, ahora, finalmente estás ahí”.

Les digo estas cosas para entiendan ¿por qué están ahí? ¿por qué estamos en este camino? ¿para qué?

Esta noche celebrando el aniversario del Hz. Muhammad (saws) entrando al mundo, esta es una noche muy especial para aquellos que quieren dedicar una parte de la noche o toda la noche a pedirles cosas especiales al creador, sean para nosotros o para otros. Son noches donde los pedidos son escuchados y son aceptados. Si necesitan algo pídanlo esta noche, porque la Luz de Muhammad (saws) va estar iluminando todo lo que Allah (swt) ha creado, en honor de lo mejor de su creación Hz. Muhammad (saws). Y recuerden ustedes realmente ¿para qué estamos aquí? A este vehículo en algún momento se le va a acabar la nafta y vamos a tener que dejarlo y va a volver a los cuatro elementos de los que está compuesto y. la otra parte, esa que reside en el lado izquierdo del esternón, entre el pecho y la espalda, va a continuar su camino y va a regresar hacia Él, esa parte es la que debe estar limpia.

 

As Salam ‘alaykum wa rahmatullah wa barakatuh

Sohbet de Hajji Orhan Baba. “Nacimiento de Hz. Muhammad (saws).” Miércoles 28-10-20