Bismillahir Rahmanir Rahim
Las condiciones básicas de nuestra naturaleza es algo que todos conocemos.
Estas condiciones pueden designarse con diferentes nombres en este camino (nafsi ammara), aunque siempre estemos hablando de ese ingrediente que existe dentro de nuestro ser y que se denomina alma animal. Es el alma que nos dirige, que nos gobierna.
El término “alma animal” o “alma baja” es utilizado en la terminología sufí. Algunos piensan que son los atributos, cuando por ejemplo decimos nafsi ammara nos referimos a todo aquello que está envuelto en el nivel mas inferior de nuestro ego. Otros piensan que simplemente ese término denota o describe los saltos de voluntad que dirige esta alma baja o alma animal.
De la misma manera, nuestro espíritu estaría dominado por nuestra inteligencia, pero si tenemos un espíritu que no tiene la facultad de la inteligencia, sería un espíritu imperfecto. ¿Y cómo puede ser que esto se presente en los casos de personas con síndrome de down? Allah (swt) no creó nada imperfecto. Simplemente el espíritu quedó en otro nivel.
El hombre, si se encuentra en un nivel bajo, es controlado constantemente por el alma animal. Ahora bien, ¿qué es la pasión? En la pasión hay dos elementos principales:
- El primer aspecto es el deseo (el más básico es el deseo de placer y de lujuria)
- El segundo es el deseo de honor y autoridad.
El primero es el más simple, y quizás el menos peligroso, porque aquel que desea placer y tiene deseos de lujuria va a cierto lugar donde esos deseos pueden ser aplacados.
El mayor problema es con aquellos que desean honor y autoridad, porque el que vive en el nivel más bajo se hace daño a sí mismo, pero aquellos que buscan honor y autoridad pueden herir y llevar por el mal camino a otros. Generalmente, a quienes buscan honor y autoridad podemos encontrarlos en cuevas como ermitaños, o dentro de monasterios. Pues piensan que encerrarse y hacer ciertos sacrificios básicos los va a llevar a estados espirituales en los cuales podrán disfrutar de ese honor y esa autoridad.
Sin haber conocido a gente que está encerrada en cavernas o en monasterios, he podido observar a mi alrededor a personas que trabajaban constantemente para eso. Cierta vez alguien me dijo que deseaba llegar a ser un ‘alim, un hombre de sabiduría, y yo le respondí: “¡Mucha suerte!” ¿Cómo podría llegar a ser un hombre de sabiduría, si no se conoce a sí mismo?
En una oportunidad, un famoso santo del siglo de oro del sufismo llamado Ibrahim Hawwas, se enteró que había un monje que permanecía encerrado en un monasterio desde hacía setenta años. Esto le resultó fabuloso, ya que generalmente completar los votos de la fe de esa manera lleva aproximadamente unos cuarenta años. Se dirigió hacia el monasterio y el monje, al abrir la puerta, le dijo: “Oh Ibrahim, ¿cómo te encuentras? Sé perfectamente el motivo de tu visita, y quiero decirte, antes de que realices cualquier pregunta, que sé perfectamente que llevo setenta años aquí dentro y que he cumplido con mis cuarenta años. Pero la única razón por la cual continúo encerrado es que tengo un perro dentro de mí y que está absolutamente lleno con deseos de pasión y lujuria. Y la única manera de proteger al resto de la gente de este perro es permaneciendo aquí.”
Ibrahim Hawwas, quien pensaba que alguien que no practicaba nuestra religión no transitaba el camino correcto, exclamó: “Oh Señor, ahora he aprendido que puedes otorgar estados espirituales de esta naturaleza incluso a aquellos que van por un camino equivocado”.
El monje al oír estas palabras, dijo: “¿Cuánto tiempo más Ibrahim vas a continuar buscando a hombres, o buscando sabiduría a través de otros hombres? ¡Ve y búscate a ti mismo! Y cuando te hayas encontrado mantente muy atento a lo que ocurre dentro de ti, pues la pasión se viste de trescientas sesenta y cinco formas diferentes todos los días, y si uno le obedece, simplemente, se desvía del camino”.
El diablo no puede entrar en el corazón del hombre hasta que el hombre desea cometer un pecado. Sin embargo, cuando una cantidad de pasión aparece, el diablo la toma, la despliega y la introduce en el corazón con toda su potencia, esto es lo que se llama waswasa, sugestión diabólica.
Recuerden que todo acto está iniciado por nosotros mismos y comienza dentro de nuestro ser. Cuando shaytan el maldito se encontraba frente a Allah (swt) amenazó con seducir a la creación, y Allah (swt) le respondió: “Verdaderamente tú no tienes poder sobre Mis siervos, excepto sobre los descarriados que te sigan”. (Surah Al-Hijr 15:42). La pasión es el diablo que tenemos cada uno de nosotros dentro.
Hz. Muhammad (saws) dijo: “No hay ser que no haya sido subyugado por shaytan, excepto ‘Umar. Él ha dominado a su diablo.” Sabemos que el Profeta (saws) también lo había hecho. Él mismo dijo que había convertido a su diablo en creyente.
Hay otras instancias, otras tres cosas que doblegar: la boca, las manos y lo que está entre las piernas.
Cierta vez un santo se encontraba en el baño, y como es la tradición, se estaba afeitando las partes íntimas. Al ver lo que tenía entre las piernas se dijo a sí mismo: “¡Abdallah! ¿Por qué no te cortas ese miembro que es el origen de todos los pensamientos de lujuria y de deseo, que te mantiene tan ocupado y con influencia diabólica?” Y una voz desde su corazón dijo: “Siervo Mío ¿es que acaso no están todos tus miembros a Mi disposición, bajo Mis órdenes? Si te cortas ese miembro juro que te pondré mil veces más deseos en cada uno de los cabellos que cubren la zona púdica”.
Los seres humanos no tienen poder sobre sus vicios. Sólo pueden cambiar a través de la vía divina. Si el ser humano se entrega a Allah (swt) debe sentir la sinceridad de esa intención. Sin esa sumisión, sin ese deseo de cambio, no hay posibilidad de dominar esta parte. Recuerden que alma animal tiene relación con nuestros sentidos.
La lujuria de los ojos es la vista, la lujuria del oído es la audición, la lujuria de la nariz es el olfato, y así cada una de estas partes nos pueden conducir al desvío.
Allah (swt) es generoso, Allah (swt) perdona, Él nos envió un Profeta (saws) como la representación de Su misericordia en la Tierra, y si nosotros seguimos ese camino no necesitamos ninguna otra opción.
Quiero despedirme con algo, un conocido comentario de Hz. Shibli (ks).
Cuando se estaba acercando su muerte un médico dijo que debía abstenerse, entonces él le dijo: “¿Abstenerme de que? ¿Debo abstenerme de aquello que Allah (swt) ha predestinado para mí? ¿O debo abstenerme de aquello que Allah (swt) no ha predestinado para mí? Porque si debo abstenerme de aquello que está predestinado para mí, es imposible. Y de lo otro ¡también es imposible!”
No es necesario aclarar más.
Insha’Allah que nuestra separación sea momentánea, no me preocupo mucho por el tiempo que esto tome, en el Más Allá vamos a pasar una eternidad juntos Insha’Allah. Ruego que Allah (swt) acepte vuestro dhikr y cada una de las devociones que practiquen.
As Salam ‘alaykum wa rahmatullah wa barakatuh.
Sohbet de Hajji Orhan Baba. “Acerca del alma animal.” 4-03-2009