Besarse las Uñas

 

 

Bismillahir Rahmanir Rahim.

 

Cuando el Qad Iqamah es cantado, y se menciona el nombre de Rasulullah (saws), nosotros besamos nuestras uñas y las pasamos por nuestros ojos.

¿Saben por qué? Les relataré la historia.

Cuando Hz. Adam (as) y Hawa (as) se encontraban en el jardín de los cielos, sus intenciones eran tan puras que, de alguna forma, eran como dos recién nacidos. Ni siquiera estaban conscientes de su sexualidad. Y sus cuerpos estaban cubiertos con una capa de protección, algo así como una tintura. Cuando se acercaron al árbol prohibido se dieron cuenta de su sexualidad y perdieron su estado de pureza; aunque, siendo consistentes con su fe, sintieron vergüenza, y como consecuencia de este sentimiento se manifestó en ellos la necesidad de cubrirse. Esta historia está explicada en el Corán i-Kerim.

Había muchos árboles, e inmediatamente buscaron hojas con las cuales cubrir sus cuerpos, pero como está descrito en el Corán, las ramas de los árboles se retiraron de ellos, excepto el árbol de la higuera.

Allahu Ta’ala hace un juramento en el Sagrado Corán, precisamente en la Surah de la Higuera: “Juro por la higuera y por el olivo…”, Este ayat nos recuerda el momento en que estaban tratando de cubrir sus cuerpos.

Cuando abren la fruta del higo, ¿han visto la cantidad de semillas que tiene? Cuéntenlas a ver cuántas semillas encuentran. Y Allahu Ta’ala por el hecho de mencionar el higo está jurando por la multiplicidad que simboliza el higo. Después de mencionar esto hace referencia al olivo, a la semilla del fruto del olivo que es sólo una. Eso atrae nuestra atención hacia la unidad.

Luego de que el Profeta Adam (as) se acercara al árbol prohibido, y fuera expulsado del Paraíso, la tintura transparente que cubría sus cuerpos en su estado de pureza, al descender a la tierra, se contrajo y se concentró en las uñas.

El Profeta Adam (as) continuó reprochándose a sí mismo, sentía mucha vergüenza de haber sido enviado al mundo. Constantemente se arrepentía y rogaba que lo perdonen, y en su vergüenza nunca miró más allá del suelo.

Aunque llevaba largo tiempo pidiendo perdón, no había recibido el signo de la aceptación de su arrepentimiento. Y recordaba los días que pasó en el Paraíso, en donde era puro, y lo echaba de menos.

Dos cosas ocurrieron. Al recordar sobre sus días en el Paraíso, se dio cuenta de que en todo y en cada cosa había visto el nombre de Rasulullah (saws) inscripto. Es así que al descender al mundo, cuando pedía perdón, recordaba sus días en el Paraíso, miraba esa tintura transparente que se había concentrado en sus uñas y se las besaba por todas las veces que había visto el nombre Muhammad (saws).

Una de las razones más importantes por las cuales los rezos son aceptados, es que cuando rezamos enviamos salawats al Profeta Muhammad (saws), al igual que lo hizo el Profeta Adam (as).

Hasta la época del Profeta Abraham (as), los sacrificios en nombre de Allah (swt) no sólo eran de animales. La gente ofrecía trigo, flores, vegetales, todo tipo de posesiones, y había ocasiones especiales en que llevaban lo que querían sacrificar en nombre de Allah (swt), lo colocaban en ciertos lugares particulares, y si sus sacrificios eran aceptados, aquello que habían ofrecido para sacrificar desaparecía. Así es como sabían si sus sacrificios u oraciones eran aceptados.

Ahora bien, todos conocen a Caín y Abel. Una de las tensiones entre estos dos hermanos existía en relación con el tema del sacrificio. Abel sacrificaba lo que él consideraba que era más valioso para Allahu Ta’ala, por ejemplo, el animal más grande, la flor más bella, etc. Por otro lado, Caín buscaba el animal más débil, el peor de todos, juntaba vegetales que estaban ya casi podridos y ofrecía eso en nombre de Allahu Ta’ala. El Creador siempre aceptaba el sacrificio que Abel le ofrecía, pero no aceptaba el que Caín ofrendaba. Y Caín se resintió con eso, y decía: “¿Por qué Dios no acepta mi sacrificio y sí acepta el de Abel?” Esa fue la primera tensión que se produjo entre ellos.

Como nota aparte, en el budismo y en el brahmanismo también hay lugares especiales donde la gente ofrece sacrificios, y llevan comida, vegetales, y dejan sus sacrificios en estos lugares y el sacerdote recoge todos estos sacrificios y se los come.

Particularmente en los países donde los musulmanes no son mayoría, hay mucha confusión y no se ponen de acuerdo acerca de qué carne es halal y qué carne no lo es.

Tienen que entender la verdad sobre esto.

Suelen hablar solamente de la carne cuando quieren definir qué es lo que es halal y qué no.

Imagínense un templo budista en donde está siendo ofrecido en sacrificio una hermosa flor a una deidad que no es Allahu Ta’ala. Oler esa flor está prohibido para nosotros. O pueden estar ofrendando fruta y ponerla en nombre de una deidad que no es Allahu Ta’ala. Tocar o comerse ese fruto tampoco está permitido. Así que lo halal no se delimita solamente al tema de la carne.

En cuanto a la carne, hay que distinguir entre la carne que compran del carnicero, que es un animal sacrificado para alimentarnos, de los animales que son para ser sacrificados en nombre de Dios, para utilizar como Sacrificio.

Si un carnicero u otra persona – con el objeto de alimentarse a sí mismo o a otra persona, sea o no musulmán – si cualquier persona sacrifica un animal degollándolo y lo deja para que se desangre, sin decir: “Bismillah”, sin pronunciar el nombre de Allahu Ta’ala, comer la carne de ese animal no está prohibido. Si el animal se desmaya y después lo cortan, la carne de ese animal está permitida.

Ahora, si a un animal lo matan por medio de electricidad SIN que su sangre haya sido extraída del cuerpo, o le disparan o pegan con un mazo en la cabeza y el animal muere, pero la sangre queda DENTRO del animal, entonces la carne de ese animal está prohibida para nuestro consumo.

En el judaísmo, si el animal no es sacrificado por un rabino, ellos no comen ese animal y tampoco comen las partes del animal, pero sí pueden comer, por ejemplo, las patas. Todas las demás partes como el hígado, los riñones, y demás no las comen. Pero si el animal es sacrificado por un carnicero judío, aunque no lo sacrifique un rabino, si pueden comer esas partes y comprar esa carne.

La única situación en la que uno no puede comer un animal es cuando el animal tiene el fin de ser utilizado como animal de sacrificio, pero el nombre de Allahu Ta’ala no fue pronunciado al sacrificarlo; entonces esa carne está prohibida. Incluso si sacrifican un cordero para ser consumido como alimento, sin decir el nombre de Allahu Ta’la, la carne de ese animal puede comerse. Es aceptable. Pero no será aceptado como animal de sacrificio si no dicen el nombre de Allahu Ta’ala al sacrificarlo.

Volviendo a la historia de Hz. Adam (as). Tan pronto como recordó el nombre de Rasulullah (saws), miró sus uñas, y volvió a su memoria el tiempo que pasó en el Paraíso. Tampoco se olvidó de que el nombre Muhammad (saws) estaba en todas partes, así pues, se besó las uñas, y así recibió la confirmación de que había sido perdonado.

Estando en Medina, Rasulullah (saws) les contó esta historia de Hz. Adam (as) y Hz. Hawa (as) a los Sahabas.

Un par de días después de haberlo hecho, en el momento del Salat Al-‘Asr, cuando Hz. Bilal (ra) empezó a cantar el Iqamah, – Rasulullah (saws) se dirigía desde su casa al mihrab – al decir Hz. Bilal (ra): “Ashadu Ana Muhammadan Rasulullah”, Hz. Abu Bakr (ra) se besó sus uñas, y las pasó por sus ojos.

El Profeta Muhammad (saws) vio lo que Hz. Abu Bakr (ra) hizo, fue al mihrab a rezar, y cuando terminó, antes de que la gente se fuera, Rasulullah (saws) se volvió hacia Hz. Abu Bakr (ra) y le dijo: “¿Por qué hiciste eso?”

Hz. Abu Bakr (ra) le contestó: “Tú nos relataste la historia de nuestro Padre Hz. Adam (as), de cómo él pidió perdón. Yo soy más pecador que él. Sólo estoy siguiendo la tradición del Profeta Adam (as) con la esperanza de que mis pecados también sean perdonados, y también sé que tú eres la Luz de toda la creación y la luz de mis ojos. Yo sé que no seré capaz de entrar al Paraíso si no es contigo, y beso mis uñas honrando tu luz, la Luz de Muhammad, y como eres la luz de mis ojos también me paso las uñas por mis ojos.” Cuando Rasulullah (saws) escuchó esta respuesta sonrió, y dijo: “Lo que hizo Abu Bakr es algo bello y también correcto”.

Es por eso que nosotros también hacemos lo mismo.

No piensen que las tradiciones de Rasulullah (saws) se limita a lo que él dijo solamente. Cualquier acción que él aprobó durante su vida también es parte de la Sunnah, de la tradición.

Así que, siguiendo la tradición del Profeta Adam (as), la tradición de Hz. Abu Bakr (ra), con la aprobación de Rasulullah (saws), es algo que nosotros hacemos, y a través de ello tenemos la esperanza de recibir su intercesión. Amin.

Hay algo más que quiero compartir con ustedes y después haremos el rezo de la tarde.

Cuando cantamos el Qad Iqamah, y decimos: “Qad qamatis salah”, ¿Cuál es el verdadero significado de esto? La invitación comienza con: “¡Allahu Akbar!”, pero particularmente ¿qué significa Qad qamatis salah? El verdadero significado es que el rezo ha comenzado, así que el muedhdhin está anunciando que ha comenzado el rezo.

El muedhdhin está diciendo que el rezo ha comenzado, y el Imam no comienza sino que mira hacia la derecha, luego hacia la izquierda… es decir, pone al muedhdhin en una posición muy difícil.

De cierta forma es como si dijera: “El medhdhin no sabe de lo que está hablando.”

Lo que deberíamos hacer tan pronto como el muedhdhin dice: “Qad qamatis salah”, es decir de inmediato, junto con el Imam: “¡Allahu Akbar!”, sin esperar, pues allí comienza el rezo.

 

As Salam ‘alaykum wa rahmatullah wa barakatuh.        

 

Sohbet Tugrul Efendi – Buenos Aires, Julio 2019