Acerca de la Creación

Bismillahir Rahmanir Rahim

 

¿Cómo entendemos la Creación? ¿Cómo comenzamos a comprender, a refinar nuestro ser? Esto es posible volviendo a Allah (swt) en vida.

El Profeta Muhammad (saws) dijo: “Yo soy la Ciudad de la Sabiduría.” Y agregó: “Y ‘Ali (ra) es la puerta a la Ciudad del Conocimiento”.

Estas son, por supuesto, expresiones alegóricas sobre lo que implica ser verdaderos seres humanos. El mundo material existe a través de nuestros sentidos. Es a través de los sentidos que se manifiesta este mundo material, y si no tuviéramos estos sentidos no podríamos verlo y no existiría para nosotros. A través de estos cinco sentidos básicos que tenemos se manifiesta el mundo material.

Dentro de esa manifestación podemos llegar a decir que, para que el ser humano exista, tiene que tener un cuerpo y ese cuerpo tiene que tener una forma. Nosotros somos parte de este mundo material, pero en realidad si nos empezamos a analizar, somos un compuesto químico y, en este compuesto químico que está combinado de cierta manera, existen las demás cosas que nos rodean.

Recordemos que todo lo creado, según nuestra tradición, existe para nosotros para hacer posible nuestra vida aquí en esta tierra y en este cuerpo, para que podamos volver a Él. Volver a Allah (swt) es todo el propósito de nuestra existencia en este mundo.

Antes de que este cuerpo nos fuera dado, las almas fueron creadas y estaban en el malakut, en la dimensión espiritual, en el “Paraíso de las Almas”, pero nuestras almas estaban tan embelesadas con la visión de Allah (swt), totalmente absorbidas, que no tenían conciencia de su existencia, no sabíamos que estábamos.

Sin embargo, nosotros somos lo que somos desde ese momento, y no desde el momento que salimos del vientre de la madre, desde ese momento porque eso es lo que es eterno, indivisible y no cambiante en nosotros: nuestra alma, nuestra esencia.

En esta etapa que está la Tierra, esto que queremos tanto es un período ínfimo, pequeñísimo, es un punto casi invisible en la trayectoria de la creación y nosotros estamos incluidos en esa creación.

El ser humano crece y tienen, para estar en este mundo material, que existir ciertas condiciones para ello. Lo primero que tiene que existir es una dimensión, tiene que tener ancho, profundidad y altura, es decir que se puede medir. Eso a su vez tiene tres características:

  • Lo que es absolutamente necesario.
  • Una posibilidad de que algo sea necesario o que no.
  • Lo imposible. Tiene que tener la característica de no ser.

El ser humano es como es, y para ser llamado ser humano tiene que tener la forma y el cuerpo. Eso es necesario para que seamos seres humanos, y estoy hablando de la parte material exclusivamente.

Puedo necesitar estar parado o no, estar acostado o no, puedo necesitar hacer una cosa o no, pero en esa regla potencial de lo posible lo que puede ser es igual a lo que no puede ser y, por último, está lo que no puede ser. Nosotros no podemos ser ninguna otra cosa que lo que somos ahora. No podemos convertirnos en ningún otro objeto, eso es una imposibilidad, y estamos hablando en términos muy simples.

Ahora bien, sabemos que la forma es cambiante, si tiene una forma lo podemos reconocer, pero también sabemos que dentro de todo esto de lo cual estamos hechos hay cosas que no son divisibles y cosas que no tienen ni espacio ni tiempo, y esa es la otra parte nuestra.

Todos estamos de acuerdo en que tenemos inteligencia y espero que estemos todos de acuerdo en que tenemos alma, porque el que no tiene alma es el diablo y, al no tener alma, no puede amar. Por eso el diablo nunca duda en hacer mal, pues no comprende otra cosa.

Entonces la inteligencia que es lo que nos diferencia del resto del reino animal, es lo que ilumina la materia, nos hace diferentes, no hace posibles y el alma, donde de acuerdo a nuestra tradición se origina y está establecido el intelecto y es la cuna de la inteligencia, es lo que nos conecta a la esencia, al origen de nuestra creación.

Siempre estamos regresando. Y si siempre estamos regresando vamos a regresar a lo que nos creó. Si volvemos a ese punto original, entonces recuerden:

“Si este punto es el origen de todo y a él volvemos, en realidad no hemos viajado nunca a ningún lado. Nunca nos hemos movido de nuestro origen”.

Las partículas subatómicas se conciben como la unidad más pequeña de la materia, tomémoslas como punto de inicio. A estas partículas no es posible dividirlas. Hay diferentes expresiones de la materia, lo cual no significa que sea divisible. Una cantidad de partículas subatómicas se unen para formar un átomo, una cantidad de átomos se unen para formar una molécula, una cantidad de moléculas se unen para…

Es decir que aquello que uno concibe como divisible en realidad nunca es divisible. Son diferentes elementos que se van uniendo para formar otros, el cambio.

Estamos de acuerdo que en el ser humano todo lo material está relacionado a otra parte material, porque estamos formados de lo mismo. Es decir que esa materialidad es lo que nos une, un ser humano se identifica con otro ser humano porque ve algo con lo cual congeniamos, algo que podemos reconocer, pero al mismo tiempo dentro de esas existencias hay diferencias. Diferencias visuales.

Porque las diferencias nosotros las establecemos con los sentidos, pero si todo viene de Allah (swt), en realidad no hay diferencia alguna.

Si todo es parte de una verdad absoluta esa parte también es verdad. Es verdad absoluta. La diferencia está en su parte exterior, no en su esencia.

Entonces, si no hay diferencias en nuestras esencias, si somos todos iguales en ese aspecto, si todos estamos compartiendo ese algo ¿por qué no queremos a los demás de la misma manera en que nos queremos a nosotros mismos? ¿Por qué vemos diferencias? ¿Por qué vemos a uno más alto, a otro más gordo, más flaco, mejor, más inteligente, menos inteligente? ¡Los vemos diferentes! Y, a veces, tomamos a este otro ser y lo queremos matar, como está ocurriendo hoy en día en varios lugares del mundo.

Allah (swt) decide crear esta creación porque desea verse a sí mismo a través de sus manifestaciones y dice: “Kun” (sé), y la creación Es.

Cuando Allah (swt) dice: “Kun”, entre la letra kaf [ﻙ] y la letra nun [ﻥ], en ese espacio comienza el movimiento de la creación, entre los dos sonidos y ese movimiento, la primera onda es la Luz Primordial que nosotros llamamos Nur Muhammedi.

Por eso cuando le preguntan al Profeta (saws), éste dijo: “Cuando Adán estaba entre el agua y el fuego.” Es decir que el ser humano no había sido formado todavía como nos vemos hoy día.

Si miramos una luz, si nos acercamos y miramos al centro de esa luz, hay una cierta intensidad que nos ciega e ilumina demasiado, y lo que está inmediatamente alrededor de ella no lo podemos ver, no podemos identificar prácticamente la lamparilla o el elemento incandescente. Produce tanta luz que no podemos ver claramente.

Pero si nos vamos alejando de esa luz cada vez más, la claridad de la visión disminuye y vemos menos, con menos claridad lo que está más lejos, hasta que llegamos al mundo de las sombras. En cambio, esa luz que está allí, en su emisión, ¿es diferente a la que se originó? No. Es la misma, el elemento se dispersó, está más lejos, pero es la misma luz.

Apliquen el mismo concepto, el mismo conocimiento al concepto del amor:

“Allah (swt) envía amor a Su Creación y es también una luz que no podemos percibir ni ver, pero no significa que porque estemos aquí nos amará menos”.

En realidad, no hay ningún grado de amor. Intelectualmente lo tenemos que diferenciar para poder comprenderlo, pero cuando dejamos el estado intelectual, Insha’Allah, y para entender el Amor Divino, tenemos que entender simplemente que, para aprender a amar a nuestros padres, en otra edad amar a nuestras parejas, y luego de esa unión amamos a nuestro bebé y así sucesivamente, el amor va creciendo dentro nuestro. No obstante, en realidad no hay ninguna diferencia: ese amor es el mismo amor que vamos a sentir si alguna vez llegamos a entender a Allah (swt).

El ser humano habla de inteligencia y de conciencia. La inteligencia superior que es la que se origina en el intelecto, la que está conectada a nuestra esencia a través del alma, no está afectada por la ilusión o por la desilusión. No está afectada por nada de eso, está más allá de esa influencia.

Es nuestra parte animal nuestra que imagina nuestra esencia, por eso la esencia animal no es del Más Allá, sino de este mundo. El animal no puede tener el concepto de la esencia ni el concepto de Allah (swt), tiene alma pero tiene alma animal, y el alma animal caduca cuando muere esta parte animal.

Entonces esa parte material nuestra que concibe, que imagina, es incorrecta.

Nuestro cuerpo está constantemente cambiando, entonces si le pregunto a alguien si es un ser humano, éste responderá que sí. Es decir que está consciente de su existencia, pero el “yo soy” ¿a qué se refiere? Se refiere a ambas cosas, porque si se pone a deducir cómo dice “yo soy” y de dónde proviene ese pensamiento, indudablemente no comienza de su parte animal. Lo que está diciendo “yo soy” es otra parte nuestra que es la opuesta de la existencia material. Es decir que la existencia material es divisible al dividirse en otros elementos, es degradante y es temporal. En cambio, nuestra otra parte, la inteligencia, el alma, nuestra esencia no cambia, es permanente y es eterna porque viene de Allah (swt).

Y si creemos que esto es así ¿cómo podemos llegar a no apreciarnos? Pero no porque somos mejores, sino para estar agradecidos con nuestra existencia.

Tenemos que pasar por ciertas experiencias, pero de una manera consciente.

Si vemos al cuerpo humano, nos tenemos que dar cuenta de que estamos en un estado de descomposición permanente. Nos estamos descomponiendo en todo momento, lo que muere lo eliminamos, de la comida utilizamos la parte que queremos y el resto atraviesa el intestino y lo desechamos.

Entonces ¿qué es lo que hay de hermoso en esta fábrica química que es el cuerpo? El cuerpo está constantemente en proceso de nacer y morir desde el momento en que llegamos a este mundo, como en cada momento que nace una célula y muere otra. En cada momento algo se convierte.

Ahora, ¿somos conscientes de que eso está ocurriendo dentro de nosotros? ¿Somos conscientes de que nos estamos muriendo segundo a segundo? No.

Y si vemos a esa parte nuestra que tanto cambia, si vemos que todos vamos a llegar a ser viejos y que vamos a terminar del otro lado; miremos también esa parte nuestra que no muere. Esa parte que nos conecta con Allah (swt). Miremos a la parte que hay que alimentar. Esa es la segunda luz, la primera es la de la Creación.

As Salam ‘alaykum wa rahmatullah wa barakatuh

 

Sohbet de Hajji Orhan Baba. “Acerca de la Sagrada Creación de Allah (swt).”  Sábado 1-10-2009