Sohbet Sheij Orhan Efendi- jueves 18-02-2016- Historia de Hadrat Sheij Sultán Sefer Muhibi Efendi (qs)

Bismillahir Rahmanir Rahim

 

Nuestro grupo comenzó a formarse en el año 1.998. Ése año tuvimos la bendición de viajar a Istanbul y vimos a Sefer Efendi (ra) ese verano hizo un enorme esfuerzo en salir del hospital y agasajarnos en su casa, ubicada en Dereseki. Uno de estos momentos quedan grabados en el alma de cualquier ser humano, por la importancia, lo hermoso, lo maravilloso, lo que enseñaba Sefer Efendi (qs) simplemente estando.

Recuerden que él estaba internado porque solamente una tercera parte de sus pulmones funcionaba, tenía líquido en los pulmones, y padecía de una afección cardíaca. Es decir, que de su parte humana había usado todo lo que Allah (swt) le envió. Ya todos cuando lo vimos sabíamos que Allah (swt) iba a pedirle que regresara hacia Él pronto. Fue un maravilloso momento, una increíble etapa en este camino para todos nosotros.

Fue allí cuando hizo la ceremonia de tomar mano (bayat). Ustedes recordarán que pidió me sentase frente a él, y algo que jamás se hace es darle la espalda al sheikh, pero me obligó a sentarme frente a él con mi espalda hacia él. Puso sus manos en mi espalda, y yo con las mías los tomé a ustedes. Y formamos un círculo, una unión, un lazo que para los que continuamos en este camino jamás se va a deshacer.

Meses después, el 21 de febrero del año 1.999, Allah (swt) se lo llevó al más allá.

Él tenía dos propiedades, un departamento en Üsküdar, que se encuentra en el lado asiático de Istanbul, que está dividida por el Bósforo: el lado oeste es europeo y el este es asiático. La esposa de Sefer Efendi (qs) al casarse heredó una casa con una vista espectacular. Una muy antigua casa de madera, que posiblemente contaba con 200 o 300 años. Recuerdo cuando la vi por primera vez: me impresionó. La casa estaba situada en un acantilado muy alto, desde donde se puede apreciar la parte vieja de la ciudad de Istanbul. Es decir, la parte de lo que fue Bizancio, rodeada por los minaretes de la mezquita. Algo espectacular.

Como ustedes saben, la profesión de él tenía relación con la sociedad que mantenía con uno de sus derviches, precisamente una compañía de construcción.

Sefer Efendi (qs) tiene un origen humilde, económicamente hablando, e hizo su fortuna, simplemente trabajando. Durante un extenso período él mismo dirigió la compañía. Y cada fin de mes, de la ganancia obtenida, llevaba una parte a su socio.

Cuando sus responsabilidades en el dergah aumentaron, él le pide al socio que se encargue del negocio. Y ése socio, todos los meses, le traía su parte, lo que le correspondía, y nunca jamás tuvieron una discusión, una disputa, cuestiona-mientos, ni siquiera un reporte sobre los gastos y demás.

Lo que estoy contando me lo dijo el mismo Sefer Efendi (qs)

Él llega al dergah, al Asitane, cuando Fahreddin Efendi (qs) era el sheikh, con su mejor amigo de aquella época: Kemal Baba. Tuve la bendición de conocerlo. Eran amigos entrañables, de siempre, desde su juventud. Y siguieron juntos el resto de su vida terrenal.

Ambos entraron a ver a Fahreddin Efendi (q.s.) y simplemente, por esas cosas que tiene el destino, ya escrito para todos nosotros, Sefer Efendi (qs) tomó mano, primero, con Fahreddin Efendi (qs). El resto de sus vidas como derviches, Sefer Efendi (qs) entraba a una habitación y Kemal Baba estaba sentado hablando con los derviches, éste inmediatamente se callaba y se paraba, en una señal de respeto, hacia su hermano, su mejor amigo.

También he sido testigo cuando a Kemal Baba, Allah (swt) se lo llevó al más allá, antes que a Sefer Efendi (qs) y él lloraba y estaba increíblemente triste por la partida de alguien tan cercano a él. Así lo quería.

Ahora bien, en febrero del año 1.999, Allah (swt) se lo llevó al más allá. Lo llevaron al dergah, su cuerpo delgado, chiquitito, consumido por la enfermedad e hicieron lo que se hace con los cuerpos de los musulmanes, y especialmente el sheikh de la Yerrahiyya. Lo lavaron y lo envolvieron en siete yardas y media y una tela blanca. Esa tela ya en preparación, pues él sabía que se iba, se había hecho lavar con agua del Zamzam. Cuando finalizaron con todo ese proceso lo dejaron en un cuarto, arriba, en el Asitane y colocaron hielo alrededor de su cuerpo, para prevenir la descomposición, porque al día siguiente era el entierro. Sus últimas palabras antes de partir de este mundo fueron: “Me voy en un viaje, una jornada”. Los últimos dos días que estuvo en el mundo, él se quedó muy quieto en su cama, puesto que no podía caminar, no podía moverse, tenía como una yilaba blanca, y se había puesto el cinturón que usan los sheikhs, un cinturón ancho.

Dicen que los  sheikhs de la Yerrahiyya, uno de los regalos que le fueron dados a Hz. Pir fue que los ángeles le avisan cuando su alma va a partir de este mundo. Sefer Efendi (q.s.) muy quieto en su cama ¡Alhamdulillah! Estaba preparándose para tener alas como los ángeles y volar hacia su Amado, en su momento.

Sefer Efendi (q.s.) decía que los khalifas de Hz. Pir (q.s.) son como soldados que esperan ir a luchar.

Nuestra responsabilidad es prepararnos y tener conocimiento de que no todos seremos llamados a ser khalifas de Hz. Pir (r.a.) pero es lo mismo estar juntos.

Cuando Muzzafer Efendi (ra) partió al más allá, el antecesor de Sefer Efendi (qs) en el año 1.985, fue la autoridad para sentarse sobre la piel azul. En el Asitane hay una piel azul, que es la piel del sheikh de la Yerrahiyya. Nadie más se puede sentar sobre esa piel, sólo el sheikh de la Yerrahiyya. Y si él no se encuentra presente, la piel queda allí, simplemente puesta, es la piel de Hz. Pir (qs) La virtud más especial de Sefer Efendi (qs) visible para un pobre ignorante como este faqir, fue su simpleza, su humildad. Dicen que él heredó la humildad de Fahreddin Efendi (ra) quien a su vez imitaba las maneras, las costumbres de Hz. Muhammad (saws)

Una vez, le preguntaron a Sefer Efendi (ra) qué es lo que él hacía, y él respondió: “Enseño lo que sé y aprendo lo que no sé”. Hay un dicho que reza lo siguiente: “Mira a tus amigos, a tus posesiones, a tu riqueza, a tus mansiones, a tu esposa, a tus regalos, y cualquier otra fortuna que tengas, míralo como un sueño o como un show de magia, algo que solamente dura unas pocas horas”. ¿Y por qué estoy hablando de esto? Pues, porque en estos últimos tiempos algunas cosas han sucedido, que no son muy ¿? entre nosotros. Somos herederos de este camino que acabo de describir, somos los dueños de esta enseñanza, pero sólo si la adquirimos con sinceridad. En nuestro camino nadie, absolutamente nadie, es empujado a unirse al camino, a unirse a nuestra religión, a ser empujado a caminar la ruta de Hz. Muhammad (saws) Uno es invitado o no es invitado. Y por lo único que debemos rogar cuando somos invitados es que Allah (swt) no nos des-invite, si se enoja con nosotros.

Algo que no he contado nunca: cuando era joven, muy exitoso en el mundo de los negocios, muy exitoso con todos los temas que pueden afectar a un hombre en esta tierra, entre las muchas cosas que hacía, bebía. Y recuerdo, en un momento en que sentí la necesidad de unirme a este camino, le dije a un tío de mi esposa (que Allah esté contento con su alma) que era de origen argentino y vino a vivir aquí por unos años, cuando tome la shahada debo renunciar al alcohol y a las demás cosas que hacía. Él me propone comprar cierta cantidad de vino y  festejar por las próximas dos semanas, y así lo hicimos. Posteriormente a ese momento, y Allah (swt) es mi testigo, jamás he vuelto a tocar el alcohol. Y hubo gente entre nosotros, como mencioné hace una par de semanas, que no solamente continuó bebiendo, luego de entrar a Islam, sino que hacía uso de drogas. Una de esas personas hizo el Hayy conmigo y con nuestro grupo. El último Hayy que hicimos. Allah (swt) se encargó de des-invitarlo, lamentablemente. Mi corazón llora por él hoy día, porque lo quiero tanto como el día en que ingresó a este grupo. ¿Por qué estoy diciendo esto? Se debe a que lo que no queremos en este camino es la bofetada de Aquél que todo lo gobierna y todo lo sabe. Mis derviches no beben ni hacen otra cosa que no sea imitar el camino de Hz. Muhammad (saws) No empujan a nadie a unirse a esta religión, porque no es el rol de ningún ser humano invitar a otro a hacerse musulmán o hacerse esto o hacerse lo otro. El único que abre la puerta es Allahu Ta´ala.

Hz. Muhammad (saws) cuando partió al más allá tenía dos capas. Y una de ellas tiene que ver con una pequeña historia relacionada con Hz. Uways Al-Qarani (qs) quien fue un místico del Yemen, deseaba conocer a Hz. Muhammad (saws) Él vivía con su madre en Yemen, y solicitó el permiso de su madre para poder ir a visitar a Hz. Muhammad (saws) en Medina, y recordemos que en aquella época los viajes eran a pie o en camello. La madre le dio permiso y le dijo: “Cuando llegues a la casa de Muhammad (saws) golpea. Si él está puedes sentarte y tener una conversación. Si él no está, inmediatamente te das vuelta y regresas aquí”. Ustedes saben cómo es el territorio de Arabia Saudita, la península Arábiga, es semidesértico, extremadamente caluroso, con muy pocas oportunidades de encontrar agua en el desierto. Hay oasis, aquí y allá pero no es una jornada físicamente placentera. Hz. Uways Al-Qarani (qs) fue, llegó a Medina, le indicaron cual era la casa del Profeta (saws) En la casa se encontraba Hz. ´Aisha (ra) y él golpea la puerta, ella lo atiende y le dice que no está el Hz. Muhammad (saws) pero se encontraba muy cerca o rezando en la mezquita. Madinah Al-Munawarah era un lugar muy pequeño en aquel tiempo. Y como su madre le ordenó, viendo que el Profeta (saws) no estaba, retornó a su hogar, en Yemen, sin poder ver a Hz. Muhammad (saws)

Hay cosas muy interesantes que ocurrieron entre ellos dos, pero no nos detendremos en esto. Lo que sí puedo decirles es que cuando Hz. Muhammad (saws) estaba listo para irse al más allá, y Allah (swt) le había ofrecido lo que él quisiera. Podía quedarse o partir. Él decidió unirse a su Amado. No obstante, cuando repartió las pocas pertenencias personales que tenía, le dijo a Hz. ´Umar (ra) y a Hz. ´Ali (ra) lo siguiente: “Este manto es para Uways Al-Qarani (qs) él vive en Yemen, búsquenlo y entrégenle esto”. Esto se trata del estado espiritual de Uways Al-Qarani (qs) quien probablemente haya sido el qutub de su época. Y así se hizo.

Lo que quería comentarles es que las dos capas de Hz. Muhammad (saws) en este momento se encuentran en Istanbul. Una está  en el salón de los trofeos espirituales, en el viejo palacio del sultán, en tanto que la capa que le fue dada a Hz. Uways Al-Qaraani (qs) se encuentra en una mezquita, cercana a nuestro dergah, donde se construyó un ala especial. Allí está esa capa, que fue cuidada por la familia de Hz. Uways Al-Qarani (qs) por cientos de años, aproximadamente 800 años.

A Muzzafer Efendi (ra) lo conocí y tuve la bendición de ser su derviche, desde el mes de febrero de 1.980 hasta el momento que él partió al más allá. Y en esta mezquita en Istanbul, durante Ramadán, muestran el manto del Profeta (saws) a los que van a rezar allí. Como Muzzafer Efendi (ra) era alguien tan conocido y tenía tal reputación entre los imames y el establecimiento religioso de Istanbul, en uno de esos años que estuvo allí, en el mes de Ramadán, Muzzafer Efendi (ra) llevó a sus derviches a dicha mezquita, y en una sesión especial, levantaron la tapa de vidrio que cubre a ese manto del Profeta (saws) pudimos simplemente acercarnos y oler el perfume que tiene esa capa. El que está encargado de cuidar esta capa, es el nieto, generacionalmente hablando, número 59 del hermano de Hz. Uways Al-Qarani (qs) y como se dijo anteriormente, está allí, cuidando ese manto.

No se puede describir cuál es la sensación de estar frente al manto que cubrió el cuerpo de nuestro Profeta (saws), no hay palabras, pues esto se encuentra más allá de  cualquier descripción posible.

El manto está hecho de tal manera que algunos dicen que se trata de algo que no pertenece a este mundo. Por el modo tan especial en que está tejida la tela.

Dicen que las vestimentas de los Profetas, como por ejemplo la famosa camisa que tenía el Profeta Yusuf (as) cuando lo tiraron al pozo del aljibe, o la ropa que tenía Hz. Abraham (as) cuando salió del fuego que no lo quemó, fueron todas traídas a este mundo por el Arcángel Gabriel (as)

Estas telas han sido hechas especiales por la energía de quienes las llevaban puestas. Las taqiyyas que tenemos puestas en las cabezas, las haidarias, las casas, los lugares donde rezamos, se hacen sagrados con nuestros rezos, con nuestras devociones.

Les ruego, les pido, que tengan eso en cuenta, cuando van a hacer algo que es incorrecto, por favor. La manera de llegar a Allahu Ta´ala es dhikr, pero el dhikr, la  remembranza tiene que estar hecha con sinceridad. Si vamos a hacer remembranza cuando vamos al dergah y el resto de la semana hacemos todo aquello que está prohibido, pues bien, Allah (swt) es quien nos va a juzgar. Pero sugiero que tengamos cuidado. Porque así como recibimos infinitas bendiciones por lo que nos es permitido hacer, con respecto a devociones, nosotros estamos en una posición un poco más peligrosa que el resto de la gente, pues porque de la misma manera que nos bendice nos puede llegar a des-bendecir, con una bofetada o con un castigo grande. Sin embargo esa no es la posición del derviche, ya que ésta corresponde a la del mendigo, que es un pobre. Y la pobreza del derviche no tiene nada que ver con las riquezas materiales. La pobreza del derviche consiste en que nunca se encuentra satisfecho en cuanto al amor que siente por Allah (swt) pues quiere tener más, quiere sentir más y le pide a Allah (swt) que le permita amarlo más. Porque el derviche sabe que si él ama más a Allah (swt) y si siente ese amor incrementándose en su ser se debe a que Allah (swt) se lo retribuye. Allah (swt) lo permite. Allah (swt) lo ama, a él a o ella con esa misma intensidad o mucho más. “Da un paso hacia mí, daré dos pasos hacia ti”. Recuerden ese hadith. Por eso les pido que no tomen este camino con ligereza, no tomen las cosas del mundo como distracciones para poder estar o no estar en el dergah, cuando debemos estar en el dergah para hacer usul o para hacer nuestras devociones. No tomen con ligereza lo que Allah (swt) nos ha otorgado, que es vivir en el mundo y tener la bendición de este camino. Y les ruego y les pido que recuerde lo que les mencioné de Sefer Efendi (ra) y de su socio: fueron socios hasta el final de la vida de ambos en este mundo. Y de su hermano, el lazo de amor que lo unía a él con Kemal Baba.

Estar en la presencia de Sefer Efendi (ra) era deshacerse en amor, eso era lo que él transmitía y lo que nosotros recibíamos y, de alguna manera, eso mismo iba hacia a él. Somos hermanos, y si un hermano hace algo que al otro le molesta, ruego que se perdonen en nombre de Allah (swt) y en nombre de nuestro Hz. Pir Nureddin Al-Yerrahi (ra) nuestro maestro, nuestro santo, nuestro guía.

 

As Salam ´alaykum wa rahmatullah wa barakatuhu.