La Cáscara de Nuez

Bismillahir Rahmanir Rahim.

 

Muchas veces hablamos de amor. Y en realidad, la mayoría de los seres humanos, no conoce la verdadera dimensión del amor.

Los cuatro primeros khalifas de nuestro camino amaban a Hz. Muhammad (saws) de manera diferente, pero cada uno de ellos lo hacía con una intensidad que no es posible imaginar para nosotros.

Tomando el caso de Hz. ´Umr ibn Al-Jattab (ra) él amaba a Hz. Muhammad (saws) de una manera que lo separaba de los demás.

Y quizás podamos comenzar con esto que Hz. Muhammad (saws) dijo: “Oh ´Umar, tú eres ghayur.”

Ghayur es un tipo de celo muy especial. No es el celo que puede existir entre nosotros y nuestras mujeres o entre ellas y nosotros y nuestros hijos. No es esa forma común del amor.

Ese estado es aquel en el cual uno siente un amor que hace que nosotros no existamos más que en el Amado, es decir, en el estado de fana’.

Es la forma de unión en la que simplemente nos hemos perdido, hemos dejado de existir, porque no tenemos más conciencia de nosotros mismos, sólo de Aquel a quien amamos.

Es esa forma de celos en la cual no podemos soportar que nuestro Amado sienta algo por otra cosa creada o por otro ser creado.

Hubo un santo que rezaba: “Oh Allah, cuando yo venga hacia Ti, te ruego que hagas que el resto de la Creación esté ciega porque sólo yo deseo verte y no quiero que nadie más lo haga.” Y luego corrigiendo ese pedido anterior dijo: “Oh Allah, cuando me lleves hacia Ti haz que yo también esté ciego, pues no deseo tener celos de mí mismo”.

No sé si está claro esto. Para nosotros espero que esta expresión nos llegue en toda su claridad y su potencia en una noche como esta.

Hz. Muhammad (saws) dijo: “Ya ´Umar, tú eres ghayur, pero yo soy más ghayur que tú, y Allah es más ghayur que toda Su Creación”.

Es decir, que es un tipo de celo sano, que hace que todo el resto de la Creación desaparezca. Hz. ´Umar (ra) sin duda se encontraba en ese estado.

Él existía en ese estado de fana´. Totalmente perdido y absorto en el amor por su amado Profeta (swas).

Ahora bien, para comprender esto debemos atender a un comentario que Hz. ´Umar (ra) le hizo a su hijo ´Abdullah ibn ´Umar (ra).

Estaban sentados y él le dijo: “Oh ´Abdullah, ¿Cómo puedes tú realmente saber, conocer, apreciar el sabor de nuestra religión, de Islam, si no has saboreado el estado de kufr?” 

Mi corazón tiembla con estas palabras. Simplemente porque todos nosotros, no sé los invitados, pero el resto de nosotros ha vivido en el estado de yahiliyya, en estado de ignorancia, cometiendo pecados.

Sin embargo, sabemos que todo existe porque tiene un opuesto.

Sabemos que el día existe porque existe la noche. Si no fuera así no podríamos apreciar la diferencia.

Sabemos que lo bueno existe porque lo malo también existe.

Sabemos el asma’ Ya Latif porque el asma’ Ya Qahhar existe. Sabemos que el asma’ Ya Yamal existe porque el asma’ Ya Yalal también está.

Nosotros, sin ninguna duda, hemos tenido un sabor de kufr antes de ser bendecidos con este camino.

Pero la pregunta que tenemos que hacernos, especialmente en una noche como esta, la noche de los deseos concedidos, si realmente hemos vivido ese estado de kufr. En otras palabras, si hemos tenido conciencia de vivir en un estado de yahiliyya, de ignorancia; un estado de pecado constante. En un estado en el que hicimos con intención o acción directa todo lo que está escrito en los libros acerca de todo aquello que no se debe hacer.

Yo no tengo dudas, y lloraré hasta el último día de mi existencia terrenal, porque no sé si Él me va a perdonar todo lo que yo hice de mal.

No sé si estaré entre esos, de los cuales habla el Corán i-Kerim, en el cual Él cambiará los malos por buenos hechos. Nada ni nadie, en mí caso, me puede asegurar que será así.

Ahora bien, el punto que estoy tocando con este tema es si éramos conscientes de que estábamos en ese estado cuando vivíamos en él. Si éramos conscientes de que lo que hacíamos estaba en contra de las leyes básicas de nuestra humanidad. Porque la verdadera puerta del arrepentimiento, el verdadero umbral de la fe es lo que Hz. ´Umar (ra) preguntaba cuando le hacía ese comentario a su hijo.

Porque si no tenemos conciencia de eso, ¿cómo vamos a arrepentirnos de algo que no sabíamos que estábamos haciendo?  ¿Cómo nos vamos a arrepentir de algo que en el momento que lo estábamos haciendo nos creíamos tipos inteligentes, más astutos que los demás? Porque habíamos ganado esto o lo otro, porque habíamos sustraído esto o lo otro, porque teníamos más mujeres que otros, y las mujeres porque tenían más novios que otras, etc.

Es más. En algunos casos continuábamos haciendo lo mismo luego de haber aceptado esta religión. Olvidamos lo que el libro nos ordena no hacer.

Una vez alguien llegó donde Hz. Muhammad (swas) y le preguntó: “Oh Mensajero de Allah, ¿cómo puede uno lograr la fe? ¿Cómo puede uno llegar al alma pura?” Y Hz. Muhammad (swas) dijo: “Nosotros somos como una nuez. Estamos encerrados en capas.”

Y la primera capa, la capa más difícil de romper, es la de los sentidos.

Los ojos que tenemos en la cabeza, la nariz que nos permite oler, el tacto que nos permite sentir, tocar, los oídos que nos permite que entren todos los sonidos que hay alrededor. Y dentro de eso está la capa de la imaginación, y dentro de esa capa está la capa de la inteligencia, y dentro de ésta se encuentra la capa del corazón, y dentro de ésta capa está la del espíritu, el alma.

Es decir, que este camino es el viaje interior que todos estamos tratando de realizar antes de que Él nos lleve al Más Allá y dejemos esto, el cuerpo, la pasión, atrás.

Estamos tratando de realizar ese viaje, y poder así llegar a comer esa maravillosa comida que es la nuez, Su fruto.

Porque el corazón es algo (Astaghfirullah) que Allah (swt) simbólicamente hablando hizo con Sus manos, pero el alma, el espíritu que reside dentro de ese corazón es lo que Él nos dio a todos y cada uno de nosotros, a través del aliento con el cual Él dio vida a Hz. Adam (as) y a través de Él todos y cada uno de nosotros tenemos un poco de eso.

Si es así, y si realmente comprendiéramos que es así ¿cómo podemos mirar a otro ser humano y decir que esa persona es mala, que no es buena, aunque lo sea? Pero como solamente podemos ver su aspecto exterior, deberíamos antes de mirar a otro y decir que esa persona es mala, preocuparnos en limpiar esta casa. Porque Allah (swt) nos dice: “Los cielos y la tierra no pueden contenerme, pero sí el corazón de un creyente”.

Si es así, limpiemos esa casa. Y limpiar esa casa significa, primeramente, alcanzar ese estado de arrepentimiento real, no ficticio, no producto de la imaginación. Porque la imaginación actúa, simplemente, sobre los sentidos. Si los sentidos no están la imaginación no tiene territorio donde operar.

Estas son las cosas sobre las que hay que reflexionar esta noche.

Para aquel que quede en estado de vigilia en el dergah, en su casa o en sus sueños, debe ir a dormir con este concepto.

¿Por qué nosotros hablamos de Tawhid, hablamos de Unión? ¿Pero saben? Esa primera cáscara, la más dura, la de los sentidos, y repito, esa que tiene los ojos con los cuales vemos, la nariz con la cual olemos, el tacto, el oído; esa capa, la más gruesa de todas es la encargada de que veamos mil cosas en lugar de una. Es la que divide a la Unidad en millones de partes. Ésa es la primera que hay que romper.

Si no rompemos esa primera capa con la ayuda del libro, del Corán i-Kerim, y de la Sunnah de Hz. Muhammad (swas) debemos pensar si realmente estamos haciendo un viaje, si estamos realmente sentados esperando a que alguien venga con una varita mágica y nos diga: “¡Ya estás purificado!”.

Voy a ir a confesarme un día domingo y salí como que ya dejamos todas las cositas ahí atrás, y ahora está todo bien. Yo iba a hacer eso.

Recuerdo cuando era joven que decía: “Ahora está todo bien así que haré de a poquito un poco más porque ya estoy limpio”. Y negociaba, porque al domingo siguiente iba a pedir perdón: un total estado de hipocresía.

Ustedes son mis compañeros y compañeras en este camino.

Mañana van a ser exactamente siete días desde que comenzó este maravilloso mes.

Algunos de ustedes, los que son invitados y les es permitido, pueden ayunar, otros no, por falta de tiempo o por el motivo que sea.

Algunos hacen rezos supererogatorios como insha´Allah los que están ahí hoy hayan hecho los doce rakats supererogatorios de esta noche.

Todo eso que estamos haciendo, sin ninguna duda, tiene un valor inmenso y ayuda, pero más va a ayudar cuando rompamos esa primera cáscara de la  nuez. Y salir de esta etapa y vivir como musulmanes de acuerdo a lo que el Corán i-Kerim nos ordena y la Sunnah de Hz. Muhammad (swas) nos muestra.

Es mi deseo, mi ruego, que esta noche estemos un paso más cerca de Él. Amin.

Les pido a nuestros invitados que están allí que disculpen esta manera quizás un tanto extraña para ustedes de ver a alguien y de presenciar una charla entre nosotros así nos podemos comunicar.

Estoy inmensamente agradecido a nuestro Creador y a todos los que han hecho esta maravilla electrónica posible, de manera que podamos vernos y así podernos comunicar y compartir estas palabras y estas enseñanzas.

Que Allah (swt) acepte cada una de vuestras devociones.

 

As Salam ‘alaykum wa rahmatullah wa barakatuh.

 

Sohbet Hayyi Orhan Baba – 17 de Junio de 2010 – La verdadera dimensión del amor. Historia de Hz. ´Umar ibn Al-Jattab (ra). El verdadero umbral