La Respiración

 

Bismillahir Rahmanir Rahim

 

He hablado en muchas oportunidades de tomarse un momento antes de nuestros rezos, nuestras devociones, y sugería, como se recomienda hacer en Istanbul, que la gente se sienta alrededor del halaqa para calmar ese ser interior. Pero no solamente en el dhikr. Alcanzar ese estado de paz es importante en todo momento. Es por eso que vamos a hablar hoy de inhalar y exhalar. ¿y por qué hablamos de eso? Para aquellos que han practicado algunas de las filosofías o caminos orientales, saben la importancia que en oriente se le da a la respiración. Los occidentales que vivimos rodeados de ruidos y cosas electrónicas, no le prestamos la menor atención y, sin embargo, es algo que nos acompaña desde el momento en que nacemos y está con nosotros hasta el momento que dejamos la Tierra. Y me pregunto, ¿por qué los accidentales no nos hemos concentrado en entender el aspecto de la respiración, en comprender su importancia, en aceptar que es un elemento básico, sino que jamás se detiene cuando dormimos? Cuando nuestro cuerpo físico duerme la respiración continúa.

En oriente dicen que el aliento es el camino más fácil para llegar a un estado de conciencia. Y esa práctica, la de tomar conciencia sobre la respiración, es algo central en muchos de estos caminos espirituales. Tener conciencia de la respiración es tener conciencia del momento. Si ustedes recuerdan hemos mencionado que “el derviche es hijo del momento, del ahora, del ya, del aquí”.

Para el derviche que es consciente no hay pasado y no hay futuro, está ahora, aquí, simplemente porque está en la presencia del Señor. Pero esto sucedería si tenemos ese estado de conciencia.

Entre las Órdenes Sufís algunas le dan más importancia a la respiración que otras. La que le da más importancia son los Naqshbandis. Es más, el santo fundador de la Orden Naqshbandi decía que la base del trabajo que ellos hacen es la respiración. Y decía que cuando uno es más consciente de ese estado de respiración, cuanto más se eleva ese estado de conciencia, más avanzamos hacia ese camino interior.

Ustedes saben que en algunas de las formas de dhikr que nos han regalado los Yerrahis, hay inhalación y exhalación, especialmente cuando el que está encargado de dirigir el dhikr dice: “¡Qalbi!” y eso va hacia adentro y recitamos el Esma de manera interior. No sabemos por qué lo estamos haciendo. Sabemos que la Yerrahiyyah recibió muchos regalos de diferentes Tariqahs, y algunas de estas formas de dhikr han venido de otras Tariqahs, y otras formas han sido directamente reveladas a Hz. Pir (ks).

Ahora bien, cuando llegamos a este mundo, ¿cuál es la primera acción que realizamos? Exhalamos. Ese acto de sacar el aire hacia afuera es nuestro primer contacto con este mundo. Dicen los que saben que quien hace que lloremos al salir es el alma, porque ha atravesado el último de los setenta mil velos que nos separan del Creador. Y el alma sabe que es el más grueso y difícil de todos los velos que nos separan de Allah (swt). El Sheikh Muhiddin Efendi (ra), un santo de quien les hablé en varias oportunidades, y que vivió sus últimos años aquí en Filadelfia, a dos horas de donde vivo, decía: “Si físicamente pudiéramos atravesar, es decir, caminar de un velo hacia el otro, tardaríamos quinientos años.” Estos son simbolismos, pero simbolismo o no, para el alma, la separación del Creador es un acto increíblemente desgarrador, porque todas nuestras almas estuvieron en Su presencia en el momento en que fueron creadas. Y lo hemos visto, no con los ojos físicos, sino con los ojos del espíritu. Así pues, el alma en todo momento desea regresar a Él, lo sepamos o no. Y fíjense ustedes que el último acto de nuestra existencia terrenal es inhalar. Es decir, es la última respiración que entra y nada sale. Es el momento en que nos quedamos y el alma se retira del cuerpo. Interesante ¿verdad?

Cuando el bebé nace se supone que debemos recitar el Adhan en un oído y el qad iqamah en el otro. Cuando el alma se va del cuerpo y morimos, dejamos este mundo, se hace un salat por el cuerpo, ustedes lo han visto en las mezquitas. Ese es el único salat que no tiene llamado al rezo, porque el llamado al rezo de ese salat es el que se hace cuando el bebé llega al mundo.

Tener conciencia de la respiración es la herramienta más poderosa que podemos llegar a usar en este Camino.

Hay santos a quienes les preguntaban qué sucede cuando uno pierde la ablución, y ellos decían: “¿Tu pregunta está basada en tu persona o en la mía?”, del otro lado personas como este faqir decía: “¿Hay alguna diferencia?” porque como ustedes saben, para un musulmán, perder la ablución en ciertos momentos, en ciertos actos, significa que uno la tiene que volver a tomar. Y el santo dijo: “Sí, hay una diferencia. Para ti, cada vez que vas al baño, cada vez que haces el amor, etc. Para mí es en cada instante en que me olvido de Su nombre”.

Hay otros que han llegado al extremo de lo siguiente. Un santo estaba observando a un derviche que estaba comiendo una galletita y tomando un vaso de agua, eso es lo que él comía por día. Unos días después vuelve a pasar y ve que la galletita no estaba más, solamente el vaso de agua, pero había algo que flotaba en el vaso de agua. Era la galletita que había puesto dentro del vaso. Y le pregunta al derviche: “¿Por qué has puesto la galletita dentro del vaso? ¡Así tiene menos sabor!” El derviche responde: “Sucede que cuando la masticaba no podía pronunciar Su nombre. Al estar desecha en el vaso de agua la bebo más rápido, me beneficia físicamente de la misma manera, pero puedo volver a recitar Su nombre, casi de manera ininterrumpida”.

¿Por qué tenemos que estar conscientes en el rezo? Hay dos momentos importantes: inhalar y exhalar. Cuando uno respira, en nuestro Camino, el simbolismo es que vamos hacia el origen, hacia el punto en que todo se origina, y que está adentro de todo ser creado. Y cuando sale ese aliento la fuerza de ese punto sagrado regresa a la Creación y la renueva. ¿En qué está basado esto? En que Allah (swt) cuando le dio vida a Adam (as) y le reveló todos Sus secretos, lo hizo con Su aliento. Él exhaló y Adam (as) respiró. En ese intercambio toda la historia de la humanidad, todo lo que aconteció, acontece y acontecerá, fue transmitido.

Con cada inhalación realizamos toda la travesía de retorno a la esencia, a nuestra esencia, a esa chispa de divinidad que existe en nuestro ser. Si pudiéramos estar atentos a ese intercambio encontraríamos un instante de inmensa bendición cuando llegamos al lugar de la esencia. Si pudiéramos tener conciencia de lo que ocurre en ese momento encontraríamos una total libertad, libertad de nosotros mismos. Estaríamos libre de nuestra animalidad y en total comunión con nuestro ser espiritual. Es decir, estaríamos huyendo de eso que llamamos nuestro enemigo, de eso que el sufí llama el ego.

Nuestro trabajo es ir quitando capas de lo que la sociedad nos ha dado, que ha alimentado al ego. Es como decían, pelar una cebolla con muchísima paciencia el resto de nuestras vidas. Ese proceso, si ustedes recuerdan, en “La conferencia de los pájaros” fue claramente descripto. Había treinta pájaros, todos buscando al famoso Simurg. La palabra Simurg significa “treinta pájaros”. En este caso representaba a ese pájaro mítico. Y ellos emprenden una larga jornada en la que atraviesan diferentes pruebas, y cuando llegan y ven al Simurg, cada uno de ellos descubre que se estaban mirando sí mismos.

Nuestro objetivo es conocernos como realmente somos.

Cuando ese estado de conciencia es alcanzado con la inhalación, debemos tratar de lograr lo mismo con la exhalación. Ésta devuelve al mundo la fuerza de la esencia, y es la comunicación de nuestro estado con el reino del Creador. Él dice: “Todo fue creado para ustedes.” Somos sus khalifas en la Tierra.      

Aquellos que saben dicen que el secreto de la palabra Kun que el Creador utilizó para crear esta existencia es ese: el intercambio que se establece en la inhalación. Al exhalar llevamos parte de la esencia divina de regreso a Su Creación y se renueva. Piensen en esto cuando hacen sus salat. Llegar a un nivel de consciencia de la respiración lleva mucho tiempo. Unos dicen veinte años, otros dicen treinta años. Algunos de nosotros no tenemos tantos años, pero el resto sí. El momento de comenzar es ahora.

Con cada velo de separación que cae al estar consciente de la respiración, lo que es real se manifiesta en nosotros.

Hay gente que llega a tales estados de realización con esta práctica que no les interesa alcanzar un estado de iluminación: están en total sometimiento al Creador. Todo alrededor de esa gente crece, porque lo iluminan con esa esencia que salió a la superficie. Llegar a tener consciencia de la respiración hacia adentro y hacia afuera es anular el tremendo efecto que el ego tiene sobre nosotros. Practíquenlo y verán si es así o no.

Nada más. No hay manera de expresar esto que pueda llegar a ayudarlos. Es una disciplina interior aplicar esta práctica. Insha’Allah, para aquellos que deseen hacerlo recogerán un beneficio de ello.

Por sobre todas las cosas ruego que en este bendito mes haya unión entre vosotros, que ofrezcan comida a otros que están ayunando, ya que es extremadamente importante hacerlo durante este mes. Es un mes para caridad, para devoción, es un mes para que los corazones se abran.

 

As Salam ‘alaykum wa rahmatullah wa barakatuh         

Sohbet de Hajji Orhan Baba. “Tomarse un momento antes de empezar a rezar. Sobre la respiración.” Jueves 28-07-2011