Purificar el corazón

Bismillahir Rahmanir Rahim.

Que Allah (swt) permita que estas palabras, los significados, lleguen al corazón  de aquellos que Él ha destinado que así sea.

Que, simplemente, si hay una impureza en mi ser, la misma  no altere en absoluto lo que cada uno de los corazones que escucha tiene que recibir insha´Allah. En el nombre de Allah (swt) y de Hz. Muhammad (saws).

Una de las maneras en las cuales nosotros conocemos nuestro camino es “El camino del corazón”.

Otros lo llaman “El sendero de la purificación del corazón”.

Y hay una definición, dentro de esas acepciones, que es quizás la que más claridad aporta al significado de tasawwuf. Proviene de la palabra en árabe safa, cuyo significado es pureza.

De modo tal que nuestro corazón adquiera esa pureza interior, que sin ninguna duda tenía cuando salimos del vientre de nuestra bendita madre, cuando llegamos a este mundo.

Y el significado es adquirir esa pureza insha´Allah, y así preparar nuestro corazón, para que nuestro Señor habite en él.

Como todos sabemos también se lo menciona a este sendero como “El camino del corazón”. Y el corazón es clave en este camino, ya que el propósito con el cual Allah (swt) nos ha enviado a este mundo, – y nuestros sheikhs siempre nos repiten que debemos encontrar – es la respuesta a tres preguntas:

1-¿De dónde venimos?

2-¿Para qué estamos? ¿Cuál es el propósito? ¿Para qué nos quiere Dios? ¿Cuál es nuestra misión en este mundo?

3-¿Hacia dónde vamos? ¿Cuál es nuestra próxima estación?

Y la respuesta a esas tres preguntas la encontraremos en nuestro corazón insha´Allah.

Por supuesto que cuando hablamos de corazón, no nos referimos al corazón físico; no a ese pedazo de carne, sino al corazón espiritual, que está ubicado como nos enseñaron: en el centro del pecho y el esternón. Y esto lo podemos comprender porque cuando hacemos el dhikr, cuando hacemos el ademán con la cabeza diciendo ¡illa llah! toda la consciencia va a ese punto.

O cuando mencionamos, por ejemplo, el bendito nombre de Allah (swt) y decimos ¡Allah, Allah! o el bendito nombre de Su esencia cuando decimos Hu, Hu, y dirigimos todo a ese punto donde se encuentra ese corazón del que hablamos.

Y hermosamente también nuestros sheikhs nos enseñan que eso comienza con la lengua, y en algún momento se vuelve cuando el sheikh dice ¡Qalbi! Es el corazón que empieza a mencionar Su bendito nombre.

Por otra parte, nos dicen que debemos limpiar el corazón de todo aquello que no sea Él. Que debemos sacar o extirpar del corazón el mundo y todo lo que nos ata a él. Solamente debe haber lugar para que Allah (swt) habite en este corazón.

Muchas veces hemos escuchado en los sohbets qué pasaría si la presidenta del país o alguien muy importante vendría un día a nuestra casa. ¿Cómo prepararíamos esa casa? Seguramente haríamos todos los arreglos necesarios.

¡Y cuánto deberíamos hacer para recibir al Señor del Universo en nuestro interior, a nuestro Dueño en ese corazón!

Allah (swt) dice que no observa nuestros actos ni nuestra apariencia. Solamente centra toda Su visión en nuestro corazón.

En un hermoso hadith qudsi Nos dice: “No lo abarcan a Allah los cielos ni la tierra, pero sí lo contiene el corazón de Su siervo creyente”.

Es muy interesante comprender, y esto es la clave del sohbet, el propósito con el cual Allah (swt) nos envía las pruebas, ¿por qué? Porque en algún momento en nuestro corazón, debido a alguna circunstancia – y eso lo podemos observar a lo largo de nuestra vida en lo que nos ha sucedido o lo que nos sucede – cuando en cierta ocasión emerge un profundo dolor. Ya sea por alguna pérdida, un ser querido que Allah (swt) se llevó a Su presencia. También algo material a lo que estábamos muy apegados y simplemente lo perdimos, Allah (swt) se lo llevó. Alguna tristeza por los actos nuestros de desobediencia o alguna sensación de que estamos actuando incorrectamente; y eso emerge en nuestro corazón.

Pero sea lo que sea que se haya manifestado es clave comprender que en este camino es Allah (swt) nuestro Señor  quien lo pone ahí con un propósito. Y siempre ese propósito, sin ninguna duda, aunque nos cueste entenderlo porque es parte de nuestro aprendizaje, eso está puesto ahí para Él. Y allí otro hermoso hadith qudsi en el cual Allah (swt) habla a través de los labios del Bendito Mensajero (saws) dice: “Yo estoy con aquellos cuyos corazones están rotos por Mí”.

Una breve reseña de este hadith según lo que investigué, un material que estaba viendo, es un hadith que está mencionado por el Imam Al-Ghazali (ra) en un libro hermoso que está en la biblioteca llamado “Bidayat Al-Hidayah”. Y siempre sucede que alguien dice eso no tiene isnad, no tiene cadena de transmisión.

También en otro momento se mencionó que se trata de un sohbet entre Sayyidina Musa, Moisés (as) y Allah (swt). También dicen que es un sohbet entre Sayydina Dawud, David (as) y nuestro Creador.

Otros dicen que lo mencionó el Imam Al-Shafi´i (ra). Otros sheikhs de este camino, dándole más claridad a esto: “Estoy con aquellos cuyos corazones están quebrados por Mí”. Es decir, que sienten una inmensa necesidad de Él, que Lo buscan con un inmenso anhelo.

Dicen que hay un propósito divino a través del cual Allah (swt) nos llama a Él y que a través de eso Él va puliendo nuestros corazones.

Todas las circunstancias están ahí, para sacar más aristas de nuestro interior del mundo, y para que simplemente continuemos buscándolo  a Él.

Y algo muy claro cuando mencionamos en el Sura Al-Fatiha  y decimos: “‘Iyaaka na’-budu wa ‘iyaaka nasta –‘iin”. “Sólo  a Ti adoramos y sólo a Ti imploramos ayuda”.

Un Imam llamado Al-Munawi relaciona este hadith con otro hadith, en este caso del Profeta (saws) que dice: “En mi comunidad los más probados de la gente son, en primer lugar, los mensajeros. Después le siguen los salihin, los siervos rectos de Allah, los awliyah”.

Y Muzzafer Efendi (ra) dice después que en esa cadena venimos el resto de los creyentes.

Cuando Allah (swt) sucede algo en nuestro corazón e inmediatamente nos volvemos hacia Él. Y nuestros deseos se desvanecen, desaparecen, y solamente queda nuestro corazón pidiendo a Él una respuesta.

Cuántas veces nos hemos visto en circunstancias y decimos ¡Oh Dios mío! Cuando nos acordábamos de Él antes y a partir de un momento y empezamos a pedir a Él.

Nos postramos. No nos importa nada excepto que Allah (swt) nos hable, nos diga qué está pasando.

Dice el Imam Al-Munawi que simplemente eso está ahí. Porque Allah (swt) a través de eso que nos envía, perfecciona nuestras virtudes, pule nuestro interior. Nos eleva en rango hacia Su presencia.

Además dice que esto no es una imperfección ni tampoco es un castigo.

Otro amigo de Allah (swt) cita esa desolación del corazón cuando Él envía estas situaciones a nuestras vidas. Hablando del pecador, dice: El creyente hace buenos actos, pero que esos buenos actos lo llevan a ser un poquito más arrogante. Tal vez da caridad, pero se siente un poquito por encima de los demás. O reza y cree en su interior que está más cerca de Allah (swt) que el resto de la gente.

Y este sheikh dice: “Es mucho más sincero un mal acto de un pecador, pero que ese mal acto lo lleve a un sincero arrepentimiento, que un buen acto que nos lleve a pensar que somos mejores que los demás”.

Y dice este sheikh que en todos los casos este acto de remordimiento, de degradación, de sentirnos con vergüenza interior, nos lleva a ser más humildes. Y de hecho dice que esta humildad, esta situación interior, es la verdadera realidad del estado de servidumbre. Estado del verdadero siervo que en árabe es ´ubudiah. El estado de los amigos de Allah (swt) de los íntimos de Allah (swt). El verdadero maqam de Hz. Muhammad (saws).

Y dice también que la corrección del alma, de nuestro interior, se hace en la compañía de los que están realizados. En el caso de nosotros es nuestro sheikh y aquellos que están más cerca de Allah (swt) que nosotros, porque su compañía, simplemente su presencia nos transporta. A Su presencia. Y que si no tenemos la posibilidad de estar con ellos, entonces leer de sus libros, aprender de sus ejemplos, de lo que nos han enseñado, pero que lo más importante en todo momento es una inmensa contemplación, una conciencia, una reflexión. Que se incremente nuestra adoración. Especialmente que crezca la humildad en nosotros. Y que esa humildad y ese estado del corazón, que se vuelca hacia Dios, porque en su interior tiene un profundo dolor, lo llevará a escuchar la palabra de Allah (swt) “No te preocupes, Yo estoy a tu lado. Yo estoy con vos”.

Cuando nuestro corazón se sienta contraído, se cierre. Y esto lo podemos entender perfectamente, porque nuestro corazón va de estado a estado. A veces se contrae y a veces se expande.

Pero lo más importante insha´Allah es que Allah (swt) nos permita comprender esto en nuestra vida. Y quiero aclarar que el primero que lo tiene que entender soy yo.

Cuando hay un dolor, cuando hay algo que Allah (swt) envía, que nos duele, que nos cuesta sobrellevar, que en vez de canalizar ese dolor en el mundo o en vez de buscar paliativos en otro lugar, inmediatamente nos volvamos hacia Él.

Porque Él nos está esperando, con los brazos abiertos, como diciendo: “Te estoy esperando hijo mío”. Porque Él es nuestro dueño, y nos ha hecho solamente eso porque Él nos quiere para Él.

Recuerden esa hermosa frase que nuestro mentor mencionó muchas veces, que Allah (swt) ha creado todo para nosotros, y a nosotros nos ha creado para Él.

Y que Él simplemente no va a parar hasta que Él habite en nuestro interior.

Un santo de este camino, muchos lo conocen, Maulana Jalal ud-Din Rumi (ra) dice algo muy lindo, una frase preciosa en uno de sus libros: “El llanto, las lágrimas de los corazones rotos son las puertas hacia Dios, es el umbral a Su presencia”.

También nos dice, por ejemplo, que Él ha puesto en nuestro corazón, el corazón de cada uno de nosotros el deseo de buscarlo. Y Él dice: “No mires a tus debilidades, no te desconcentres, no te pierdas en el camino. Concéntrate en buscarlo. Cada corazón es digno de esta búsqueda. Y pon todo lo que tengas que poner en este camino para liberar a tu alma de la prisión en la que se encuentra”.

Otro sheikh, y estas son, simplemente, las palabras de aquellos que se han realizado, que nos dejan una huella para seguir.

A otro santo le preguntaron acerca de la naturaleza del significado del amor a Dios, y dijo lo siguiente: “Consiste en expulsar y borrar del corazón todo lo que sea de Su desagrado. Todo lo que no le agrade al Señor. Y quemar de ese corazón hasta las cenizas, como las cenizas que vemos de la leña. Todas las características y deseos negativos que haya en nuestro ser, y que nos aparte de lo que Allah (swt) nos ha encomendado”.

Allah (swt) dice en un hermoso hadith, y esto está relatado por el Imam Muslim (ra) “El corazón del siervo se encuentra entre los dos dedos del Misericordioso. Y Él hace que nuestro corazón pase de un estado a otro, y le da la forma que desea”.

Fíjense. Él hace con nuestro corazón lo que sabe que es mejor para nosotros.

En el hermoso libro que mi amado Sefer Baba está preparando sobre la vida de nuestra tariqa, de Hz. Pir Nureddin Al-Yerrahi (ra) nuestro bendito santo dice algo, en una de esas perlas del libro que él tradujo, nos dice, habla a los derviches: “Para aquel que está transitando este camino, examinar su corazón día y noche permanentemente, ¿Qué hay en nuestro corazón? Para así poder convertirnos en verdaderos musulmanes y avanzar en el camino de la tariqa”.

Y recordé dos historias nada más, que la hemos escuchado y las repito brevemente. Acerca de ese amor inmenso que Allah (swt) tiene sobre cada uno de nosotros y cómo nos ha invitado al camino.

Y una de las más hermosas historias que hemos escuchado es acerca de un santo llamado Bishr Al-Hafi (ra), “el descalzo” le decían. Y él antes de entrar a este camino era un borracho. Recordemos cómo estábamos muchos de nosotros antes de entrar a este bendito camino.

Y este santo era alguien que estaba en la taberna bebiendo, y era famoso porque era muy alegre. Hasta que un día sale caminando, tambaleándose, porque estaba ebrio, y mira el piso y ve el nombre de Allah (swt). Tuvo un segundo de conciencia, lo agarró, lo guardó y continuó caminando, tambaleándose. Llega a la casa y este bendito santo, toma ese papel donde estaba la palabra de Allah (swt), lo perfuma, lo limpia y lo coloca en un lugar alto junto al Corán i-Karim y se va a dormir.

Esa noche alguien sueña, uno de los amigos de Allah (swt), y Allah (swt) le dice: “Quiero que vayas a buscar a Bishr Al-Hafi (ra) y le digas esto: Como vos has perfumado Mi nombre en este mundo, Yo perfumaré tu nombre en el Más Allá”.

Lo van a buscar a la taberna, y él entre gritos escucha que lo buscaban.

Ese día se despidió. Les dijo a todos los borrachos: “Muchachos no me verán más aquí”. Y hasta el día de hoy su bendito nombre es mencionado ante todos los creyentes.

Eso me hizo acordar ¡qué misericordia tan preciosa Allah (swt) tuvo con él como con cada uno de nosotros!

Y la última historia está relatada por Muzzafer Efendi (ra) en su libro, “El jardín de los derviches”.

Es de un santo llamado Niyazi Misri (ks) él tiene una tumba llamada la isla de Lemos, entiendo que Sefer Baba estuvo allí.

A este santo lo encadenan, y él empieza a llamar a la gente hacia Allah (swt). Todo el mundo veía un santo que congregaba y eso era peligroso para los reyes, entonces lo llevaron a un castillo y lo dejaron ahí. Así estuvo hasta el final de sus días, con sus manos y sus pies encadenados. De ese modo partió al Más Allá.

En tanto llega el hombre encargado de hacerle el wudu, el que lava los cuerpos, y se encuentra con que Nyazin Misri (ks) estuvo mucho tiempo sin bañarse. Estaba encadenado y no había tenido acceso al agua para hacer sus purificaciones ni nada. Por supuesto que había un fuerte olor.

Entonces el hombre que lo empezó a lavar, mientras lo lavaba decía: “¿Dónde habrás estado, sucio, que no te lavabas?”. Hasta que en un momento Nyazin Misri (ks) se levanta y le dice: “¿Sabes por qué me ves así? Porque estuvimos mucho tiempo limpiando nuestro interior”. Y se volvió a acostar. El hombre que lo lavaba tuvo tal rapto de conciencia que empezó a besar cada parte de su cuerpo.

Y con esto, simplemente, le pido a Allah (swt) que nuestro corazón se vuelva tan puro como el de este bendito santo. Que se vuelva un bálsamo y una cura para aquellos que están más débiles.

Recuerden que el Profeta (saws) dijo: “Un musulmán es aquel de quien el resto de los mortales, el resto de la Creación, solamente encuentra beneficios”. Porque hay gente que está pasándola mucho peor que nosotros. Está en mucho más necesidad que nosotros.

Que ese corazón comprenda el sentido de las pruebas, y que no se vuelva a nada, excepto a nuestro Creador y a nuestro Dueño insha´Allah.

As Salam ´alaykum wa rahmatullah wa barakatuhu.

La Purificación del corazón – Al Hajj Suleyman Baba Al-Yerrahi Al-Halveti – sábado 7-1-2017