La Invitación

 

Bismillahir Rahmanir Rahim

 

Uno de los versos de la Surah “As-Saff” del Corán i-Kerim, dice: “Sólo aquellos que se acoplan y están de acuerdo contigo oirán tus palabras”. De esta manera Allah (swt) se dirigía a Hz. Muhammad (saws). Esta es una Surah muy poderosa y reveladora, por supuesto, de acuerdo con el nivel de comprensión que Allah (swt) nos permita leerlo.

Cuando hablamos del Corán se trata de algo que no vemos, que le fue revelado durante un período de veintitrés años a un ser humano, en apariencia igual a nosotros, pero con una realidad interior infinitamente superior.

El Corán i-Kerim tiene una serie de reglas que tenemos que obedecer. Si el Sagrado Corán dice que el hombre y la mujer deben estar casados frente a Allah (swt) para que sea lícita la intimidad entre ellos, eso es lo que hemos aceptado cuando hicimos la Shahada.

Casi todos conocemos la siguiente historia:

Harún Al-Rashid fue un famoso Sultán en una de las épocas más destacadas e importantes del Islam. Muchos de sus contemporáneos afirmaban que el bufón de su corte aparentemente loco, llamado Bahlul, era su medio hermano. Tal era la estima y el valor que el Sultán le daba a su bufón que, cuando tenía cosas muy importantes que consultar con alguien, iba con él en busca de una respuesta.

En una oportunidad, Bahlul salió del palacio del Sultán hasta llegar al mercado. Casi todos lo conocían, pues era un personaje famoso. Sobre una mesa, en pleno mercado, puso tres calaveras, una al lado de la otra con tres carteles y un precio para cada una. Una de ellas costaba un centavo, otra, dos centavos y el tercer cartel decía: “imposible de comprar”.

La gente pasaba frente al bufón y se reía de él. Hasta que una de esas personas, no pudiendo refrenar su curiosidad, se le acercó y le preguntó: “¿Qué haces? ¡Estas tres calaveras se ven iguales, sin embargo, tú les has puesto valores distintos! Explícame por favor este misterio.”  “Vaya, por fin encuentro una persona inteligente que ha venido a preguntar”, dijo el bufón. Luego tomó la calavera que costaba un centavo, la apoyó sobre el suelo y, con un hierro puntiagudo como los que se utilizan para cocinar el shish kebab, apoyó la punta sobre la calavera y golpeó con una piedra el otro extremo para hacerlo entrar. Por más que intentó pegarle al hierro repetidas veces con la piedra nada sucedió, el hierro no pudo entrar.

A continuación, tomó la calavera de dos centavos e hizo lo mismo, pero esta vez el hierro pasó enseguida y salió por el otro lado con toda facilidad.

Por último, tomó la tercera y al hacer lo mismo, el hierro se introdujo en ella por un lado, pero no salió por el otro.

El ser humano tiene una manera muy particular de recoger el conocimiento. ¿Acaso, no ocurría esto en la época del Profeta Muhammad (saws)? Imaginemos por un instante a su primo, su propia sangre, Abu Jahl, que vivió y hablaba con él y que, sin embargo, no pudo oír nada de lo que él decía, ni una sola palabra entró en esa cabeza.

Por otro lado, Hz. Jadiyah (ra), cuando Hz. Muhammad (saws) descendió despavorido por esa primera y tremenda visión. Temblando, ella lo arropó y lo acarició. Le dijo: “Has recibido una revelación”, y así se transformó en la primera creyente.

¿Por qué uno sí y el otro no?

Islam tiene cinco pilares, la Shahada, el Salat, el Ayuno en Ramadán, el Zakat y el Hajj. Allah (swt) también nos pide que seamos generosos, no egoístas, y sinceros.

Aceptamos esto cuando hicimos la Shahada, y entendemos que el desempeño está en las manos de Allah (swt) y no en las nuestras.

Él creó a los genios y a los seres humanos para que lo adoren. Ahora, ¿por qué no hizo lo mismo con las plantas, los animales y el reino vegetal?

Por una sola razón; los seres humanos y los genios compiten con Allah (swt), mientras los otros están sometidos a Él en distintos grados y formas.

Decimos: “no quiero rezar”, “este es mi coche”, “mi compañía”, “mis hijos”, “esa mujer me gusta y la quiero poseer, no importa si estoy casado o no”, y esto implica tanto a los hombres como a las mujeres, pues no existen santos en este sentido.

Allah (swt) nos dio el habla, nos dio inteligencia, nos dio la vida.

Hz. Rumi (ra) decía que los cinco sentidos son esclavos de la inteligencia, porque la inteligencia les ordena qué hacer y les aclara el significado de lo que están haciendo.

Sin embargo, la inteligencia es esclava de la vida. Entonces, si nuestra vida está dominada por lo que sucede en este mundo, y queremos vivir en ese estado imaginario, y no importa si obedecemos o no lo que nos comprometimos a obedecer al entrar a Islam, ya que mañana será otro día; entonces somos esclavos de este mundo, y ese tipo de conducta es señal de kufr.

Aquellos que se comporten así, recuerden que Islam es un modo de vida, fuimos elegidos para transitar este camino y aceptamos esa invitación.

¿Cómo hacer para convertirnos en verdaderos seres humanos? Allah (swt) dice que además de los cinco rezos obligatorios, podemos hacer otros rezos nafile, como el salat del medio de la noche, Insha’Allah podamos agregarlo a nuestros ibadat.

La mayoría de nosotros no somos musulmanes de nacimiento, fuimos invitados a transitar este camino. Pero pregunto si alguna vez no hemos dejado de hacer el salat porque estábamos cansados, teníamos mucho sueño o no llegamos a hacerlo. En estos casos todos los salat extra que hagamos son salat que debemos, y no son nafile.

Ibadat viene de la raíz ‘abd que significa esclavo, siervo. Él dice en un Hadiz Qudsi: “Acércate a Mí a través de actos supererogatorios hasta que Te ame y tú Me ames.” Y cuando Él nos ama, ve a través de nuestros ojos, habla a través de nuestra boca.

Tenemos todos los elementos como musulmanes para ponerlos en acción acerca de Su conocimiento y, así, ser los siervos de Allah (swt), para servir a Su Creación.

Allah (swt) no necesita de nosotros en absoluto. Él dice que debemos servir a Su Creación, primero a nuestra madre, luego a nuestro padre, a nuestra hija, luego a nuestro hijo, parientes, amigos cercanos musulmanes, y luego al resto de todos los musulmanes. Aquellos que no proceden así, recuerden que esta vida es corta y se acaba rápido. Aquellos a los que no les interesa obedecer las reglas de este camino, sepan que Allah (swt) es Todo Misericordioso y si nos arrepentimos, nos perdonará. Roguemos que así sea, que acepte nuestros rezos nafile, y que no nos deje absorbidos por este mundo. Sólo para adorarlo existimos.

Todo el conocimiento de todos los Libros Revelados están contenidos en el Corán i-Kerim, y todo el conocimiento del Corán i-Kerim está contenido en la Surah Al-Fatiha, y todo el conocimiento de la Surah Al-Fatiha está contenido en el Basmalah: “Bismillahir Rahmanir Rahim”, que es el principio de esta bendita Surah. Y todo el conocimiento de Bismillahir Rahmanir Rahim está contenido en Bismillah, y todo ese conocimiento está contenido en la letra ba ( ب ) . A su vez, todo ese conocimiento está contenido en el punto que la letra lleva debajo.

Cuando hablamos de camino o senda, hay que preguntarse, ¿qué camino? Si nada existe excepto Allah (swt), que es lo que decimos cada vez que afirmamos: “La ilaha illa Allah.”  Entonces, ¿hacia dónde vamos a ir? Es escapar de un lugar del que no hay escape. Allí, dentro de uno, está el punto de la letra. Una vez que lleguemos a conocerlo nos vamos a olvidar finalmente de nosotros mismos. “Déjate y ven a Mí”, va a tomar total significado en cada uno de nosotros, Insha’Allah.

Lo importante en este camino es servir a Allah (swt) y a Su Creación.

 

 

As Salam ‘alaykum wa rahmatullah wa barakatuh.

Sohbet de Hajji Orhan Baba. “Acerca de la comprensión.” Sábado 4-09-2009