El Dhikr

 

Bismillahir Rahmanir Rahim

 

Quería tocar brevemente un tema que se trata del dhikr o recordar a Allahu Ta’ala. ¿Por qué? porque es una de las prácticas de nuestras Hermandades. El nombre completo del dhikr es Dhikrullah, es decir recordar a Allah (swt). Y la importancia del dhikr, del recordar está en un hadiz del Profeta (saws) que dice que la gente en el Paraíso tendrá un gran acto de remordimiento, y eso es que han dejado pasar tiempo, una hora, es el ejemplo que uso Hz. Muhammad (saws). El remordimiento es haber desperdiciado la hora en la cual no recordaron a Allahu Ta’ala.

Nosotros estamos en el mundo y tratamos de entendernos, tratamos de actuar en el mundo y recordar a Allah (swt). En el “Masnavi” hay una historia muy breve en la cual hay cuatro personas que estaban sin dinero, se juntaron y alguien les dio una moneda de oro para los cuatro. El primero que la tomó era un persa que dijo: “Yo voy a comprar angur con esto.” Al lado de él había un árabe y le dijo: “No. Con esto vamos a comprar ‘inab.” El tercero que era turco dijo: “¡De ninguna manera! Con esto vamos a comprar uzum.” Y el cuarto era griego y dijo: “Señores, están perdiendo el tiempo. Con esto vamos a comprar istafil.” Y como vieron que no estaban de acuerdo comenzaron a pelearse. Y quien les había dado la moneda era un hombre de sabiduría, los mira y se sonríe y les pregunta: “¿Por qué se están peleando ustedes?” El persa le dice: “Es que yo quiero angur, el otro quiere ‘inab, el otro uzum y el otro istafil.” El hombre sabio les dice: “Devuélvanme la moneda que yo voy a satisfacer a los cuatro con esta misma moneda.” Y los otros le dicen: “¿Y cómo va a hacer eso?” Y el hombre sabio les dice: “De una manera muy simple. Ustedes tienen información, pero no tienen sabiduría.” Le preguntaron: “¿Por qué dice eso?” El hombre les respondió: “Porque los cuatro quieren la misma cosa: uvas, que es el significado en cada uno de sus idiomas”.

Nuestro mundo, en el mundo moderno en el cual vivimos ahora, nos está llenando continuamente de información.

Otro ejemplo, Hz. Junayd Al-Baghdadi (ks), como ustedes saben, uno de los más grandes exponentes del Sufismo. No perdía oportunidad de enseñarle a sus derviches.

Un día se encontraban caminando por una calle y ven a un hombre con una vaca. Llevaba la vaca con una soga, de modo que ésta lo seguía a todos lados. Suele usarse para un buey, pero en este caso la vaca estaba sujeta por un anillo en la nariz, un lugar muy sensible y doloroso para la vaca, entonces la vaca lo seguía porque no se quería exponer a incrementar el dolor que le causaba tener el anillo en la nariz. El hombre lo ve a Junayd Al-Baghdadi (ks), quien era un hombre de mucho conocimiento, y les pide a sus derviches que rodearan al hombre, que se prestó contento a lo que Junayd Al-Baghdadi (ks) quería hacer y se quedó en medio de todos ellos con la vaca. Así que Junayd Al-Baghdadi (ks) les pregunta a sus derviches: “Miren bien aquí, ¿quién es el maestro y quién es el discípulo?”, refiriéndose al hombre y a la vaca. Y todos dijeron: “Él es el maestro y la vaca es el discípulo, la vaca lo sigue a él.” Junayd Al-Baghdadi (ks) sacó un cuchillo, cortó la soga, la vaca empezó a mover la cabeza, y cuando vio que nada la sujetaba salió corriendo y desapareció. Junayd Al-Baghdadi (ks) dijo a todos: “Fíjense ahora quién es el maestro y quién es el discípulo.”  El maestro era la vaca, y el hombre corriendo detrás de ella era el discípulo. ¿No es así, acaso, nuestra vida a diario?

Nosotros estamos llenos de información. Acumulamos constantemente toda esa información sobre lo que nos rodea. Y de alguna manera nuestro cerebro nos permite archivar muchas de estas cosas. Pero fíjense qué sucedería si pudiéramos remover todo eso que inunda nuestro cerebro y quedara sólo lugar para el Creador.

El dhikr tiene cuatro niveles. El primero, el acto más común es tratar de estar conscientes de la presencia del Creador, de que todo depende de Él. Y ese acto en sí es todo lo opuesto de la pereza. Es decir que estamos trabajando en ello. Ese es el primer nivel. Cuando rezamos estamos invitados a estar en la presencia de Allahu Ta’ala. El segundo nivel es hacer dhikr repitiendo, invocando, usando las fórmulas de los Nombres Divinos. Esa es la “Remembranza de la Lengua.” El tercer nivel, después de un tiempo, luego de mucha práctica, se alcanza una estación espiritual en la cual tenemos consciencia del Creador y sentimos temor de hacer cosas que Lo disgusten. Y eso nos domina, es todo lo que podemos llegar a sentir. Estamos totalmente separados de las preocupaciones del mundo, y ese es el “Recuerdo del Corazón”.

Muchas veces pensamos que nos hemos pasado toda una vida tratando de alcanzar al Creador a través de prácticas de ascetismo, de renunciamiento, de dormir poco, de comer poco, de meditar mucho; pero nos olvidamos de eso que hablamos al comienzo, de todas esas cosas que están dando vueltas dentro de nosotros.

En la mejor de todas las épocas para la humanidad, ustedes recordarán este caso, había dos creyentes, Compañeros del Profeta (saws), y estaban discutiendo si era posible hacer dos rakats de namaz sin estar distraídos. El Profeta (saws) los mira y les dice: “Por qué no prueban, y al que no se distraiga ni por un segundo de rezar, de recordar a Allah (swt), de estar totalmente concentrado en eso, le regalaré uno de mis dos mantos.” El Profeta (saws) tenía dos mantos con los cuales se cubría. Entonces uno de ellos empieza a hacer los dos rakats, y al final dice: “No puedo lograr ese estado de concentración.” Es el recordatorio del corazón, no olviden eso. El segundo recita el Takbir: “¡Allahu Akbar!” y hace el primer rakat totalmente concentrado, y en el segundo rakat se ve una pequeña sonrisa en el rostro del Profeta (saws) y miró hacia abajo. El que estaba rezando termina de hacer sus dos rakats, y el Profeta (saws) le pregunta: “¿Cómo estuvo tu rezo? ¿Has podido concentrarte totalmente en él?”, responde el Compañero: “¡Oh, Rasulullah! Tú sabes mejor que nadie lo que ha ocurrido dentro de mí. En el primer rakat no tuve ningún problema, pero en el segundo comencé a pensar cuál de los dos mantos iba a elegir”.

No debemos dejar que todas esas cosas que están en nuestro cerebro nos impidan conectarnos con Él.

El cuarto nivel, en lugar de un estado se convierte en una estación espiritual. En ese cuarto nivel la consciencia de que todo lo que existe es Allah (swt), está siempre con nosotros, nunca nos abandona, ni siquiera por un instante. Ese es el estado del “Rezo interior constante”.

Un santo sufí dijo: “Antes de esto había un corazón y mil pensamientos, cuando crucé el umbral de esta puerta dentro de mí sólo quedo: ‘La ilaha ila Allah’”.

Concluiré este sohbet con una pequeña historia.

Un hombre estaba cierto día caminando por una meseta, cuando de pronto se da vuelta y ve que un tigre corría hacia él a toda velocidad porque se lo quería comer. El hombre empieza a correr y de pronto llega a un precipicio. Y pensó si tirarse al precipicio o dejarse devorar por el tigre. Entonces se tiró al precipicio, pero había una rama a un costado y quedó colgado de ella. Y estaba como a tres metros de altura. El tigre lo miraba desde arriba y rugía, porque sabía que si saltaba se moría. El hombre agarrado de la rama miró hacia abajo, y vio que como a treinta metros había rocas y un mar ferocísimo, y también se dio cuenta de que si se soltaba moriría de todas formas. Mientras todo eso sucedía mira las paredes del precipicio y ve que había dos ratas caminando, ve que se aproximan y empiezan a morder las raíces de la rama de la que él estaba agarrado. El hombre desesperado grita rogando: “¡Allah, Allah, Allah! ¡Sálvame!” y el Creador le dice: “Sí, Te salvaré cuando sueltes la rama”.

Ruego que el dhikr de esta noche sea para ustedes una experiencia similar a la que este hombre debía exponerse.

Para cuando hagan el dhikr, mi Sheikh Muzaffer Efendi (ra) recomendaba que los derviches se sienten donde están las pieles y que, por unos minutos, traten de vaciar su corazón antes del dhikr. Por último, quien dirige el dhikr, ingresa al círculo cuando sabe que, tanto los corazones de hombres y mujeres, se han vaciado del mundo. Entonces La ilaha ila Allah será un solo sonido, muchas almas unidas mencionando los Nombres, los Atributos Divinos de Allahu Ta’ala.

Ruego que consigan esa unidad porque así sabrán cómo se siente el corazón del universo.

 

 

As Salam ‘alaykum wa rahmatullah wa barakatuh

Sohbet de Hajji Orhan Baba “Diferentes tipos de Dhikr.” Jueves 21-05-2015