Bismillahir Rahmanir Rahim
Ustedes están pasando quizás por un buen momento en el dergah, en todo nivel, para servir a otros con las lecturas, con los planes que tienen para Ramadán, Insha’Allah. Y quedé pensando que lo más básico de nuestro Camino es adab. Y adab no tiene una traducción correcta en castellano. Significa comportarse bien de acuerdo a una etiqueta, dentro y fuera del dergah en todo momento.
Mucha gente toma formas exteriores como algo que indica buen adab. Y es así y es correcto, pero si esa forma exterior no está acompañada de la intención que corresponde interiormente, entonces se convierte en algo que no tiene mucho valor. Por ejemplo, una vez estando allí, en el dergah, llegó de visita una señora. Una señora que había ayudado mucho al dergah, se había convertido en amiga y visitaba el mismo frecuentemente. Nos visitaba, especialmente en las celebraciones nuestras, como los ‘Id. Y nosotros le teníamos y le tenemos gran aprecio. Sin embargo, un día nos pusimos a hablar sobre adab y cómo uno debe comportarse frente a un Sheikh. Para ella, de esto que estábamos hablando era, simplemente, la forma exterior. Y la forma correcta en nuestra Tariqah de saludar al Sheikh cuando llega, es acercarse a él, colocar la rodilla derecha sobre el piso, tomar la mano del Sheikh si él se la ofrece y besarla; y si él ofrece la parte superior de la mano, uno la besa, y si ofrece la palma, uno besa la palma. Todo tiene un significado en este Camino. Nada se hace por casualidad. Así me enseñaron y así lo hice siempre. ¿Qué es lo que estamos besando y por qué lo estamos haciendo? Sin ninguna duda no estamos besando las manos de un hombre, estamos besando lo que él representa, y si nuestro estado espiritual en ese momento es un estado alborotado, realmente no sirve para nada. Es mejor pararse y decir: “As Salam ‘alaykum”, con un mano en el corazón. El Sheikh, Insha’Allah, responderá de la misma manera: “Wa ‘alaykum Salam”, y uno se sienta y se acabó. Porque hay que entender que aquel que puede ver, también ve el estado de aquella persona que se va acercando. Es lo mismo que si uno está en el agua y de pronto empieza a tirar la tinta de un frasquito, y esa tinta se disuelve en el agua y nos va rodeando, del mismo modo esas sombras nos rodean y son motivo de disturbios en el lugar en donde uno está.
Actuar con adab es hacerlo de acuerdo a las reglas de nuestra religión, a las reglas de nuestra Tariqah. Es actuar con gracia y con la intención de servir a todo lo que Allah (swt) ha creado. Y hacerlo de una manera hermosa, ¿por qué? porque Él nos dice en el Corán i-Kerim: “Hagan lo que es hermoso. Allah ama a aquellos que hacen lo que es hermoso.” Esto está en la “Surah Al-Baqarah”.
Recuerdo que un día me contaron la visita a un dergah de otra Orden, en Istanbul. Y me comentaban cuán admirados estaban con la manera en que un derviche en especial los atendió, la belleza de sus movimientos, y no era eso solamente lo que estaban viendo. Ellos apreciaban a dos niveles: lo que sus ojos veían y lo que el derviche inspiraba. Es decir, veían con sus ojos la forma, y percibían con esos otros ojos la intención. En eso reside la diferencia radical entre un acto sin intención y otro en el cual uno está consciente de lo que lo rodea, y está presente ahora, aquí, en este momento, y lo hace por amor al Creador y, como no podemos hacer lo mismo que Hz. Muhammad (saws), de ir a hablar con Él, sí podemos servir a Su Creación de una manera hermosa, como Él nos sugiere en el Corán i-Kerim. Pero aquí el elemento básico es la intención, la pureza de nuestra intención. Por ello me interesaría que practiquen eso dentro del dergah.
No tengo experiencias en otras Órdenes, he visto lo que hacen, pero ha sido muy limitado. Mi experiencia tuvo lugar con los derviches de Istanbul. Aquellos viejos derviches que llegaron en la época de los ochenta con todo el entrenamiento de una cultura, con el amor de un Camino, y con la guía inspirada de alguien como Muzaffer Efendi (ra) y Sefer Efendi (ra).
Ustedes saben que Muzaffer Efendi (ra) y Sefer Efendi (ra) fumaban. Para aclarar lo del cigarrillo, porque hay mucha controversia con ese tipo de cosas, incluso acerca de tomar café. Una vez le preguntaron a Muzaffer Efendi (ra), y también Sefer Efendi (ra) respondió lo mismo: “¿Por qué fumaban?” y respondieron: “Porque un día les permitieron ver dentro del infierno y contemplaron que no había nada de todas las cosas que se describía: las llamas, las torturas, y todo ese tipo de cosas con las que se describe al infierno. Lo único que vimos fue una planta muy fea, marrón, que afeaba todo lo demás. Esa es la planta de tabaco y por eso la quemamos”.
Cuando uno sirve una taza de té en nuestro Camino, debe hacerlo con el corazón, pero el que la recibe debe hacerlo con la misma intención.
Muchas veces volvemos cansados del trabajo, como posiblemente le ocurre a la mayoría de ustedes. Es invierno, la hora del Maghrib, hay que apurarse, hay que llegar, hace frío, y queremos irnos a casa temprano porque mañana hay que continuar. Y mañana es la noche de Laylatul Bara’a, y es entendible que lleguemos cargados de ese mundo.
Primeramente, llegamos al dergah y nos esperan con una deliciosa comida. Nos sentamos y nos gustan que nos atiendan, nos gusta comer algo delicioso, nos gusta beber un té caliente, hasta esperamos eso, y la pregunta que tenemos que hacernos es ¿en qué estado nos encontramos cuando eso sucede? La forma más perfecta de adab es cuando uno sirve al otro y espera a que el otro esté servido, antes de aceptar la comida entre nosotros.
Cuando Muzaffer Efendi (ra) venía a esta zona del mundo, repito, a principios de la década del ochenta, generalmente se instalaba en la casa que un miembro, Feriha Baci, tenía en un pueblo que no está muy lejos de aquí, una casa hermosa, enorme. Siempre había treinta o cuarenta personas rodeándolo y los demás que éramos nosotros, que vivíamos aquí y, por supuesto, los días de dhikr había aún más.
Un día, los que estaban sirviendo eran todos nuevos, todos de aquí, diferentes nacionalidades, pero todos nuevos en el Camino. Entonces, ¿qué era lo que hacían? Servían a la mesa del Sheikh primero y, al lado, había otra mesa llena de gente que venía por primera vez a visitarlo, a escuchar sus palabras y demás. Y como eran visitas, nadie les dio nada, y había un montón de mesas para servir, entonces iban en orden: primero el Sheikh, luego los derviches más antiguos, los compañeros de Muzaffer Efendi (ra), luego quienes eran Sheikhs aquí, en América, etc. Pero a los visitantes nadie les servía nada.
Sefer Efendi (ra), sentado a la mesa de Muzaffer Efendi (ra), notó eso, y de una manera muy sutil pidió permiso, y sin levantarse, se arrastró hasta la mesa de al lado donde estaba toda esta gente y, por supuesto, ¿qué sucedió? En cuanto lo vieron que se movió, vinieron y empezaron a servir comida a todos los demás. Fue todo hecho con tal dulzura, con una intención tan hermosa, que fue un bellísimo acto de amor. Si ustedes practican eso entre el uno y el otro, si se sirven el uno al otro, si cuando traen la comida a la mesa la persona que sirve con la intención, recuerden eso, la intención de servir a lo que Allah (swt) creó, y el que recibe lo hace de la misma manera; y a su vez durante la cena nota que alguien no tiene más agua, llena el vaso de agua, quien no tiene más té, para que esa persona tenga más té. Y, por sobre todas las cosas, cuando hay visitas a éstas se les sirve primero. Las visitas honran nuestras casas con su presencia.
Todos conocemos la historia de Hz. Moisés (as) y cómo él se comunicaba con el Creador.
Un día, uno de los miembros de su congregación le dice: “Oh Moisés, tú que te comunicas con el Creador, por favor dile que deseo preparar la cena para él.” Moisés (as) se da vuelta, se ríe, y le dice: “¿Acaso no sabes que Allah (swt) no necesita comer?” El que hizo la pregunta se fue muy decepcionado. Esa noche, durante sus conversaciones con Allahu Ta’ala, el Creador le recrimina: “Me apena que no Me hayas dado la invitación de Mi siervo.” Hz. Moisés le dice: “Pero Allah, Tú no comes. No necesitas comida.” Allah (swt) le dice. “Moisés, lo que tú sabes, nuestra relación, mantenla en secreto, en tu corazón. Dile al hombre que Me invitó que iré a cenar.” Cuando Hz. Moisés (as) escuchó eso su corazón se llenó de alegría, fue a comunicárselo al hombre y se hizo una fiesta monumental. Todo el mundo trabajaba, todo brillaba, había las mejores flores, había las mejores comidas, los mejores dulces, una fiesta increíble. En eso se aparece un anciano que daba vueltas por el mundo y pide si, por favor, le podían dar algo de comer y algo de tomar, pues estaba muy sediento. Le dijeron: “No nos molestes en este momento que estamos muy ocupados. Allah (swt) viene a cenar. Es más, estás invitado a la cena, pero por qué no haces algo útil y te dispones a ayudar en lo que sea necesario.” Le dieron el vaso de agua, porque tenía mucha sed, y el anciano se puso a ayudar.
Llega la hora de la cena, Allah (swt) no estaba. Lo que ellos esperaban no sucedía. Y pasó el rato, se enfrió la comida y se fueron todos muy decepcionados. Esa noche Hz. Moisés (as) va a realizar su salat y vuelve a conversar con el Creador. Le dice: “Allah, tú me has dicho que irías a cenar, yo les dije a toda la gente, ellos se quedaron muy ilusionados con verte y Tú no apareciste.” El Creador le responde: “Moisés, Yo estuve presente. Cuando Te pedí comida, tú no Me la diste.” Tengamos presente esto siempre en todas nuestras acciones.
Allah (swt) está en el corazón de cada uno de nosotros, en nuestro ser. Cada uno de nosotros es Su Creación. Cada uno de nosotros recibe lo que Él nos envía a través de Su Creación. Es un intercambio entre el que recibe y el que da, y el que da, entrega, y el que recibe, también entrega. Si está en ablución y si está presente.
La noche de mañana, viernes, durante el dhikr vamos a tener, posiblemente, más intimidad consciente con el Creador. Pídanle que nos permita perfeccionar nuestro adab. Pídanle que nos permita servir a Su Creación siempre con pureza e intención. Es por eso que Hz. Muhammad (saws) dijo: “Yo fui enviado a enseñar adab.” Creo que esto es suficiente para nosotros.
Es mi deseo que Allah (swt) les otorgue lo mejor de ambos mundos.
Mañana por la noche Allah (swt) comunica a Sus ángeles qué es lo que le sucederá Su Creación durante el próximo año, desde el quince de Sha’ban de este año hasta el quince de Sha’ban del año próximo. Les dará los nombres de Su Creación para quienes se abrirán las puertas y también para quienes esas puertas se cerrarán.
Tratemos de que nos encuentre en estado de ablución, en estado de remembranza, en estado de pureza, e Insha’Allah, que los que se queden a hacer vigilia hagan du’a por todos aquellos que no pueden hacerlo, pero que reciban el mismo beneficio por el amor que los que hacen vigilia profesan al Creador.
Ruego que Allah (swt) haga nuestro camino más fácil por un solo motivo: para acercarnos a Él cada día, con cada du’a, con cada acto de devoción que hagamos en Su nombre.
As Salam ‘alaykum wa rahmatullah wa barakatuh.
Sohbet de Hajji Orhan Baba. “Adab interno y externo. Adab con el Sheikh. Servir a la Creación de Allah (swt).” Jueves 14-07-2011