El loro y el derviche

 

 

Bismillahir Rahmanir Rahim.

 

Deseo relatarles una historia que se encuentra en el “Mathnavi” de Hz. Rumi (ks), acerca de alguien que tenía una tienda y un loro.

Imagínense a este señor en el bazar central de Istanbul, caminando por allí. De pronto, vio un loro hermoso, de increíbles colores, plumajes y demás.  Se enamoró del loro, que además tenía la habilidad de hablar.

El hombre quería atraer clientes a su negocio, entonces compró el loro y una jaula. Ubicó al loro cerca de la puerta de entrada. Su intención era, repito, atraer gente a su negocio. Si el loro estaba cerca de la puerta era mucho más visible, la gente por curiosidad se iba acercar, oiría que el loro hablaba, entrarían a continuar hablando con el loro, e Insha’Allah, verían la mercadería y la comprarían.

Así, al poco tiempo, entraba mucha más gente a comprar al negocio.

El loro hablaba tanto que el dueño del negocio le puso un nombre, lo llamaba “lengua dulce”. Aunque el loro de dulce tenía muy poco, ya que repetía cualquier tipo de cosa que decían, y además parecía comprender lo que estaba ocurriendo, así que él podía tener charlas con el tendero, y llegaba a decirle cosas muy rudas a la gente que entraba, pero esto a la gente no le importaba y le parecía que todo estaba bien.

El negocio este continuó creciendo, y al tendero se le ocurre vender más mercadería. Pensó que era mejor agregar la venta de artículos de farmacias homeopáticas, y además perfumes, etc.

Empezó, entonces, a llenar los estantes de diferentes medicinas y píldoras, todo lo que se vende en una farmacia homeopática, y el negocio era cada vez más grande. Y también el tendero llegó a tener tanta confianza con el loro que, al final, lo dejaba fuera de la jaula, suelto en el negocio.

Un día el tendero se va a su casa, cierra la puerta, el loro se queda en el negocio. Al día siguiente va a abrir el negocio y huele perfumes, olores raros, que salían del negocio. Abre la puerta, enciende la luz, y se da cuenta que el loro había tirado unas botellas, de noche y sin luz, se movió hacia otro estante y echó las otras botellas. Había hecho un desastre y estaba todo roto. La vida es así, ¿no es cierto?

Lo ve al loro que empezó a decir cosas, el tender se puso tan violento que lo agarró al loro y le empezó a dar sopapos en la cabeza. Le dio tantos que lo dejó casi muerto y sin plumas en la cabeza. Quedó calvo el loro. Lo metió nuevamente en la jaula, cerró la puerta, y no lo quería dejar salir.

El loro había quedado tan traumatizado que, de pronto dejó de hablar, no se quiso comunicar más. Y el tendero se dio cuenta que había perdido su propaganda.

La gente cada vez quería ir menos al negocio. Entraban, veían al loro calvo (parecía horrible, por supuesto, sin sus plumas) se daban vuelta y se iban, no querían quedarse y compraban cada vez menos.

Como el loro era macho, se le ocurrió al tendero, ir a conseguir un loro hembra, para que el loro pudiera reavivarse, tener más alegría y pudiera comunicarse nuevamente. Pero nada de eso sucedió, el loro estaba mudo, no quería hablar más.

Así pasó el tiempo, y este hombre vendía cada vez menos.

Cierto día, aparece caminando por ahí, un derviche: totalmente calvo, no tenía ni un pelo en la cabeza, solamente su barba. El loro lo mira, y le dice desde su jaula: “Hey, ¿a ti qué te pasó que estás así, calvo? ¿Tú también has roto botellas como yo?” El derviche se da vuelta para ver quién le hablaba, y se da cuenta que era el loro.

Cuando el tendero se da cuenta de que el loro le había hablado al derviche, lo invita a éste, y le dice: “Por favor, entre, a ver si usted puede hacer algo por este loro que es la primera vez que habla después d un largo tiempo.” Y le explicó que el loro había roto las botellas de medicinas, que él le había dado unos sopapos, que el loro había quedado calvo por eso.

Las plumas nunca más volvieron a crecer en la cabeza del loro.

Así pues, el derviche se acercó a la jaula y le dijo al loro: “¿Así que tú crees que yo estoy calvo por las mismas razones que tú?” El loro le dice: “¿Y por qué otra razón estarías calvo así, sin pelos?” El derviche le respondió: “Oh loro, mi señor me dijo lo siguiente. No hay dos cosas en el mundo que sean idénticas, una a la otra. Nada es igual, ni siquiera dos hojas del mismo árbol son idénticas. Tenemos que tener los ojos para apreciar cuáles son las diferencias. Hay gente que puede ver esas cosas y adquiere sabiduría, y hay gente ciega ante eso que sucede, y continúan siendo ignorantes. Es como hablar de la diferencia entre el bastón de Moisés (as) y el de Arón (as). El bastón de Moisés (as) transmitía el poder del Creador, el bastón de Arón (as) hacía magia. Es decir, tenía, simplemente, el poder de los hombres. Nada le causa más problemas a la gente que juzgar lo que sucede a otro ser humano por su apariencia. Es extremadamente importante poder llegar a ver la esencia de lo que sucede y de quienes nos rodean. Por ejemplo, la abeja y el abejorro. Son casi idénticos, pero la abeja produce miel y, el abejorro si te pica, produce intenso dolor”.         

El derviche en ese momento dejó de hablar, miró al loro, miró al dueño, y salió del negocio.

El dueño, que se quedó abismado, por la charla entre el loro y el derviche. Sale corriendo, de pronto, y no ve al derviche. Preguntaba a los demás, a su alrededor, si habían visto al derviche pelado que había salido de su negocio, pero nadie había visto a ningún derviche pelado salir de su negocio.

La guía de Allahu Ta’ala se adhiere a los corazones sinceros, a quienes lo buscan como el objetivo, en este camino de retorno.

Mi hermana me envió un material, en el cual alguien le preguntó a Hz. Rabi’ah Al-Adawiyya (ks): “Tú debes odiar al shaytan ¿no es cierto?” Ella se dio vuelta, lo miró, y le dijo: “No, yo no odio al shaytan.” La otra persona le dijo: “¿Cómo es posible que no odies al shaytan?” Y Hz. Rabi’ah Al-Adawiyya (ks) le respondió: “Simplemente porque todo mi corazón está lleno de amor por el Creador, y en mi corazón no cabe ningún otro sentimiento”.

Es lo que ruego y deseo para todos y cada uno de nosotros Insha’Allah.

 

As Salam ´alaykum wa rahmatullah wa barakatuh.

 

Sohbet de Hajji Orhan Baba. “La historia del loro y el derviche, una historia del Mathnavi de Hz. Rumi (ks).” Sábado 2-2-2019